Educar al cuerpo en la alimentación saludable: dos expertas explican cuándo se debe ir al nutricionista
¿Cuándo conviene ir por primera vez al nutricionista? Dos profesionales explican en Divinity.es todos los casos por los que puede ser beneficioso pedir cita en una consulta.
Cuando sufrimos arritmias, visitamos al cardiólogo; en el momento en que nos salen irritaciones en la piel, pedimos cita en dermatología. El campo de estudio de algunos profesionales de la salud está muy claro y prácticamente nadie duda de su validez, pero en el caso de otros, la duda es la norma. Les ocurre a los nutricionistas; aunque nadie duda del impacto de la alimentación en nuestra calidad de vida, a muchas personas les parece una cuestión que pueden solucionar por su cuenta, sin asesoramiento profesional.
Un mito que, por desconocimiento, puede llevarnos a caer en las famosas ‘dietas milagrosas’, esos planes de alimentación unificados para todos los pacientes, independientemente de sus características, que van en detrimento de la salud de los mismos. “Nosotros enseñamos a educar y escuchar al cuerpo, a conocer nuestra relación emocional con la comida y a encontrarnos bien. No solo en cuanto a mi percepción física, sino en torno a la mejora de mi calidad de vida”, explica a Divinity la dietista y nutricionista especialista en obesidad y trastornos de la conducta alimentaria y patologías digestivas Elena de la Fuente, con más de diez años de experiencia en consultas privadas.
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Por su parte, la endocrina y coach nutricional Belén González, del centro de bienestar Naw, propone encarecidamente visitar al nutricionista en caso de obesidad, “cuando sientes que tu tu peso está haciendo que tu calidad de vida disminuya o incluso está poniendo en riesgo tu salud, y ves que con tus recursos habituales no puedes manejarlo”. A este planteamiento principal añade “el deseo de bajar de peso”, pero también “los deportistas que desean mejorar su composición corporal”; “los enfermos de diabetes o patologías renales, entre otras enfermedades”; aquellas personas que observan que hay alimentos que les sientan mal”; las personas con “trastornos de la conducta alimentaria”, en colaboración con un psicólogo; o personas que desean “mejorar sus hábitos de alimentación”. “Visto lo visto”, resume la endocrina, “parece que casi cualquiera acabará necesitando, a lo largo de su vida, asesoramiento nutricional en algún momento”.
SI entras en alguno de los anteriores supuestos, pero no sabes qué esperar de la primera cita con un nutricionista, sigue leyendo: estas expertas explican a Divinity.es el proceso a seguir en la consulta con los pacientes primerizos.
¿Qué beneficios puede tener ir al nutricionista?
Los beneficios de acudir a un nutricionista son múltiples y tangibles prácticamente desde la primera sesión. Ambas expertas concuerdan en que el paciente se sentirá mejor en muchos aspectos; por ejemplo, apunta González, en el caso de los pacientes con obesidad estos “pueden tener limitada su vida en cuanto a su movilidad, necesitan ayudas para respirar (CPAP), se cansan con cualquier movimiento o tienen dolores articulares”, entre otros. Una dieta adecuada les permitirá mejorar, más allá del aspecto estético (que lleva, explica la endocrina, “a sentirse señalado por los demás o perder oportunidades laborales”), a hacer que la persona “sea más feliz”.
Una opinión que comparte con de la Fuente, quien considera la nutrición un campo de estudio que enseña “a comer de forma personalizada”. La nutricionista recuerda que, aunque “solemos entender el peso como marcador de éxito”, existen otros parámetros que también mejoran con una buena dieta y aumentan nuestra calidad de vida, “como las digestiones, el ritmo intestinal o los niveles de energía”, que son “incluso más importantes” que la cifra marcada por la báscula.
En ese sentido, la nutricionista recuerda que los pacientes integran rápidamente “la satisfacción de una dieta más adecuada”: “Cuando aprendemos a disfrutar de lo que comemos y salimos de la zona de confort de lo que solemos comer, cuando probar cosas nuevas y formas diferentes de cocinado, es inevitable que nos sintamos más satisfechos. Es importante recalcarlo”, asegura.
¿Qué debemos esperar de esa primera consulta?
La primera consulta es una toma de contacto entre el paciente y el médico, aseguran estas dos profesionales de la nutrición. En ella, se pregunta por los antecedentes y por su patrón alimentario actual, explica de la Fuente: “Se les pregunta qué les gusta y qué no, cuándo tiene hambre, su relación con la ansiedad y con la comida. Después, según lo que nos ha contado reestructuramos esa ingesta alimentaria, aunque siempre le hacemos participe del proceso”, cuenta. La nutricionista recalca la importancia de este último punto, ya que, si el paciente no está de acuerdo, “probablemente no cumpla la pauta que hemos preparado”. De esta forma, se reduce el índice de abandono.
Por su parte, González remarca que en esa primera cita “es fundamental conocer la actividad física del paciente”; saber si practica algún tipo de deporte, en qué horarios, durante cuánto tiempo… “Siempre vamos a hablar del ejercicio en la entrevista nutricional, ya que el objetivo de bajar peso (reducir la grasa manteniendo una buena masa muscular) solo se logra complementando la alimentación con la actividad física”, explica. Por eso, añade, es tan importante la última parte de la consulta, la medición de su composición corporal “mediante una báscula tipo impedanciómetro tetrapolar, a través de la cual, aparte del peso, vamos a tener el tanto por ciento de grasa, índice de grasa visceral y masa muscular”, explica.
“Estos datos son importantísimos, pero una de las tareas más difíciles con los pacientes es ir aumentando la conciencia de la importancia de los porcentajes de grasa/músculo frente al simple dato del peso o el índice de masa corporal, el cual no diferencia entre edades, sexo, o composición corporal”, recuerda la endocrina.
Lo más importante, concuerdan las dos, es conseguir que el paciente se sienta cómodo, así como plantear objetivos viables y negociados con quien, al final, tendrá que llevarlos a cabo. Las nutricionistas le acompañarán durante todo el proceso y estarán a su disposición para cualquier duda que le surja.