Las varices ('insuficiencia venosa crónica' es su nombre científico) son una de las enfermedades más frecuentes en los países desarrollados. Se trata de venas dilatadas debido a una pérdida de la elasticidad de sus paredes por una reducción de colágeno. Esta debilidad hace que aumente el diámetro y se vayan deformando los vasos, con el consiguiente dolor y pesadez de piernas.
Tanto es así, que muchos afectados se plantean pasar por el quirófano para hacerlas frente, un proceso que solía resultar traumático. Sin embargo, los métodos han avanzado mucho en los últimos años. En la actualidad es puntero el tratamiento con 'espuma esclerosante', que permite abordar el problema sin pasar por el quirófano ni interrumpir la vida normal y se realiza en clínicas especializadas y con la última tecnología, como Varicentro. Es más, no es necesario anestesia ni reposo.
¿Cómo funciona?
La idea es que este tratamiento te cuida desde dentro. Se inyecta en la vena afectada una sustancia convertida en espuma pero utilizada desde hace años en forma líquida llamada polidocanol. No se mezcla con la sangre sino que la desplaza, con lo que aumenta su efecto y daña el endotelio del vaso enfermo, independientemente de su tamaño, evitando así pasar por una intervención quirúrgica.
Las espuma esclerosante, pionera en su campo, cierra y endurece las varices para que posteriormente el organismo las absorba y haga desaparecer.