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En muchas ocasiones, observamos cómo va creciendo un pequeño lunar que tenemos en alguna zona de nuestro cuerpo. También, vemos cómo aparecen distintas manchas por nuestra piel. En ese momento, podemos preguntarnos qué está pasando y si esto tendrá alguna relación con el tan temido cáncer de piel. Lo cierto es que la mayoría de ocasiones, no suele ser nada grave, aunque lo mejor siempre será consultarlo con tu dermatólogo.
El especialista intentará darte una respuesta e informarte de lo que está sucediendo. Eso sí, deberás conocer unas cuestiones básicas para saber identificar si lo que tienes es preocupante o no. El cáncer de piel se produce por el crecimiento anormal de las células de la piel y suele desarrollarse en aquella piel que está expuesta al sol. También, puede ocurrir en las zonas de la piel que, normalmente, no están expuestas a la luz solar.
Existen tres tipos principales de cáncer de piel: el carcinoma bascular, espinocelular y melanoma. Para reducir el riesgo de padecer cáncer de piel, lo más adecuado será no exponerse demasiado al sol y echarse protección solar cada día. Una detección temprana de este tipo de cáncer lo que hará será proporcionar una mayor probabilidad de que el tratamiento del cáncer de piel sea exitoso.
“Existen diferentes tipos de cáncer de piel, pero como rasgo general se tratan de lesiones cutáneas nuevas o cambios sobre lesiones antiguas. Cualquier lesión que cambie debe hacernos sospechar”, explica Dra. Constanza Bahillo a Divinity.es. Como ya hemos comentado, el cáncer de piel se desarrollará en aquellas partes del cuerpo que más están expuestas al sol. Por tanto, las zonas más afectadas serán el cuero cabelludo, el rostro, los labios, las orejas, el cuello, el pecho, los brazos y las manos, y, en el caso de las mujeres, las piernas.
Además, los síntomas están bastante claros. “En lesiones más evolucionadas puede aparecer picor, molestias o sangrado de la lesión, pero deberíamos evitar llegar a eses punto y detectarlas en sus inicios”, añade la especialista a este portal. Eso sí, podremos diferenciar entre los signos del carcinoma de células basales, el espinocelular y el melanoma.
De este primero podemos decir que los síntomas más comunes serán un bulto ceroso o perlado, una lesión plana o una úlcera de costras o sangrante, que suele curarse, pero que al poco tiempo regresa. Por su parte, los signos del carcinoma espinocelular se producirán en aquellas zonas que están expuestas al sol, como el rostro, las manos, las orejas y las manos. Este podrá aparecer como un nódulo rojo y firme o como una lesión plana con una superficie más escamosa y con costras.
El melanoma podrá formarse en cualquier parte del cuerpo, en la piel normal o en un lunar existente que puede volverse canceroso. Este melanoma suele aparecer, con más frecuencia, en el rostro o en el tronco de los hombres afectados. Por su parte, en las mujeres se suele dar en la parte inferior de las piernas.
Los signos de melanoma serán diversos y podremos incluir un área grande y amarronada con pintitas oscuras, un lunar que cambia de color, tamaño, sensación o que sangra, una lesión pequeña con un borde irregular, una lesión dolorosa que pica o que arde y lesiones oscuras en las palmas de las manos, de los pies y en las yemas de los dedos. Sí que es cierto que podemos encontrarnos con otros tipos de cáncer de piel que serán menos frecuentes, como el sarcoma de Kaposi, el carcinoma de células de Merkel y el carcinoma de glándulas sebáceas.
Además de saber qué tipos de cáncer existen y cuáles serán sus síntomas, también habrá que ser consciente de cuándo tendremos que acudir a un especialista. “Como vemos que hay múltiples formas de presentación lo adecuado es consultar ante el cambio de lesiones previas o aparición de lesiones nuevas.
En pacientes con múltiples lunares o manchas se recomienda revisiones periódicas ya que es más difícil que el paciente se percate del cambio”, añade la Dra. Constanza Bahillo. Pero, ¿cuándo deberemos preocuparnos? “El melanoma es el cáncer de piel relacionado con los lunares. Debemos preocuparnos si vemos crecimiento o rápida aparición de un lunar, así como asimetrías, formas distintas a las redondeadas o lesiones que su color no es uniforme. Otros tipos de cáncer de piel, distintos al melanoma, pueden aparecer con cambios más sutiles, como pequeñas manchas de aspecto rosado o blanquecino”, explica la Doctora.
Sí que es cierto que habrá personas que corran más riesgo que otras como aquellas que tengan la piel clara, antecedentes de quemaduras por el sol, la exposición excesiva, que vivan en ambientes demasiado soleados, tengan lunares, alguna lesión cutánea precancerosa, antecedentes familiares, el sistema inmunitario debilitado y aquellas que estén expuestas a la radiación. Por eso, lo mejor será tomar determinadas precauciones para evitar su aparición.
Habrá que evitar el sol durante el mediodía, utilizar protector solar todos los meses del año, evitar las camas solares, tener especial cuidado con los medicamentos fotosensibilizantes, controlar la piel regularmente e informar de los distintos cambios que se producen a tu médico. Respecto al tratamiento, “en la mayoría de los casos es la cirugía. Algunos tumores diferentes al melanoma, que son menos agresivos, se pueden beneficiar de tratamientos más conservadores, como terapia fotodinámica para un mejor resultado estético”, explica la Dra. Constanza Bahillo a Divinity.es.