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A pesar de que ha ocasionado muchos problemas, la coloración tradicional, es decir, la que suele hacerse con tintes artificiales, amoníacos e ingredientes químicos, sigue siendo la más usada. Pero cada vez son más las alternativas que surgen a ella. En concreto, los tintes naturales
Los tintes naturales y los tintes vegetales son aquellos que se usan para dar un nuevo color al cabello con ingredientes orgánicos y, como su nombre indica, naturales, es decir, en teoría no contienen ninguna sustancia química para hacer el baño de color en el pelo. Algunos de ellos son la henna, los óleos, que son aceites con activos botánicos, pero también la coloración ácida o las especias que tiñen como la cúrcumae, el indigo, el hibisco, etc.
A simple vista, ya con su propia definición, parecen mejor para el pelo, por lo que si los tintes convencionales no nos convencen, pueden ser una muy buena alternativa. Pero antes de lanzarnos directamente a los tintes naturales también hay que tener en cuenta que no es oro todo lo que reluce y que también tienen una cara b.
Por eso, antes de tomar la decisión de probar suerte con los tintes vegetales, lo mejor es evaluar en profundidad estos pros y contras para saber si es nuestra coloración ideal.
Este tipo de tintes no contiene ni amoniacos, ni parabenos ni siliconas, solo ingredientes naturales, salvo en ciertos casos como los óleos o la coloración ácida que pueden contener un pequeñísimo porcentaje de ingredientes químicos. Además solo da un baño de color, no penetra en la fibra capilar pudiendo dañarla, secarla o romperla. En definitiva, se trata de tintes menos agresivos.
Pero no solo no daña el cabello, sino que además los barros, por ejemplo, regulan la grasa de este evitando el exceso y controlan la caspa. Además, los tintes naturales también hacen que la melena crezca más rápido, que se caiga menos el pelo y que se vea mucho más fuerte y brillante. Es decir, sirven como una especie de tratamiento.
Y no nos referimos a los ingredientes, sino a que el resultado queda mucho más natural, pues los tonos no son tan intensos. Además, suelen amoldarse a la tonalidad del cabello y, por ejemplo, los óleos se amoldan incluso a los matices y a las diferencias de tonalidades del pelo.
Al ser coloración natural y que no contiene ingredientes dañinos para el pelo y que solo implica un baño de color, se adapta a todo tipo de cabello, ya sea fino, al que vendrán particularmente bien porque darán cuerpo, al pelo graso, al que también ayudarán, pelo grueso, corto, largo, etc.
Pero también están especialmente indicados para los cueros cabelludos más sensibles que suelen irritarse con los tintes químicos tradicionales incluso para los que tienen alergia a algunos de sus componentes químicos. Estos tintes vegetales, al estar formulados con ingredientes naturales y orgánicos dan menos alergias. Eso sí, esto no significa que no haya que hacer una prueba previa sobre la mano para asegurarnos de que el tipo de tinte natural o alguno de sus ingredientes, por muy naturales que sean, tampoco nos producen ninguna alergia.
Entre sus inconvenientes está que este tipo de tintes no son demasiado efectivos a la hora de cubrir las canas. Al tratarse solo de un baño de color y no penetrar en la fibra capilar, las canas, aunque pueden quedar en su mayoría cubiertas, no se cubren del todo o no demasiado, por lo que vuelven a salir pronto. Si lo que queremos es cubrir las canas lo mejor para ello será la coloración ácida, que es la que mejor funciona sobre ellas porque se amolda a las variaciones de pigmentación del cabello.
Como no penetra en la fibra capilar y no contiene ningún ingrediente que elimine el pigmento del cabello sino que lo que hace es dar otro diferente, la decoloración Por eso también será complicado pasar de tonos oscuros a claros con este tipo de coloración.
Decimos que los tintes naturales son más complejos ya que son más difíciles de aplicar que los tintes tradicionales, pues con ellos es más fácil de manchar el lugar en el que nos tiñamos. Además, el proceso para preparar el tinte es mucho más elaborado. Por ejemplo, con los barros hay que disolverlos en agua, hervirlos, dejarlos reposar, aplicar y dejarlos actuar durante tiempo suficiente para que se fijen bien en el pelo. Algo similar ocurre con los óleos. La forma más rápida son las coloraciones ácidas y, aún así, la fijación tampoco se produce de forma rápida, hay que dejarlos reposar para que se adhiera y bañe bien de color el pelo.