Yoga facial: ejercicios para mantener a raya las arrugas
Está muy bien que erjercites los músculos de tu cuerpo, pero no olvides hacerlo también con los del rostro.
El yoga facial es una forma natural y eficaz de devolver a tu rostro su luminosidad mientras restrasas la aparición de las arrugas.
No hay forma más natural de cuidar la piel de tu rostro. Practicar el yoga facial está de moda, y cada vez encontramos más celebrities que lo practican, como Eugenia Silva, Meghan Markle o Gwyneth Paltrow. Se trata de una disciplina creada en los años 70 y que se basa en el Hatha Yoga, el más tradicional de todos, y está enfocada hacia el cuidado estético del rostro.
El punto de partida es que podemos trabajar los músculos faciales, que son más de 20, de la misma manera que los del resto del cuerpo, con el objetivo de retrasar la aparición de las arrugas, e incluso revertir las que ya existen. El resultado es una piel menos flácida y más tersa, gracias a unos músculos faciales bien tonificados.
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Beneficios del yoga facial
El yoga facial ayuda a ejercitar los músculos del rostro y el escote, mientras que se activa el riego sanguíneo de estas zonas y del cráneo, lo que hace que además de mejorar el aspecto de la piel, nuestros gestos se noten mucho más relajados.
Los ejercicios de yoga facial también favorecen la producción de colágeno, a la vez que se oxigenan los tejidos. Unos beneficios que puedes conseguir sin necesidad de cremas ni de tratamientos estéticos. La piel se redensifica, se eliminan impurezas y se produce un efecto drenante que permite apreciar mejor el volumen muscular del rostro. Con él también puedes reducir las ojeras y combatir el descolgamiento de los párpados.
Existen más de 60 ejercicios de yoga facial que puedes practicar en casa. Desde aquí te proponemos esta selección para que los combines como tú quieras y empieces a entrenar tu piel para cuidarla como se merece. Si los realizas durante unos minutos cada mañana, además de mejorar tu piel, podrás comenzar el día más relajada, controlando los niveles de estrés, algo que también se refleja en tu cara.
Neck roll
Mira hacia delante y gira la cabeza a la derecha de tal forma que quede alineada con el hombro. Desde ahí, gira la cabeza hacia atrás y mantenla en esa posición durante 5 segundos. Gira después la cabeza hacia el lado izquierdo y haz lo mismo. Repite esta acción tres veces por cada lado.
Tono del cuello
Con este ejercicio puedes reducir las líneas y arrugas del cuello, reducir la flacidez de la piel y reafirmarla, y tonificar la mandíbula. Inclina la cabeza hacia atrás y desliza los dedos desde la parte superior del cuello hasta la inferior. Recupera la posición inicial y repite dos veces más.
Papada
Con la cabeza mirando al frente y en actitud relajada, pon la mano en la barbilla como si estuvieras sujetándola. Empuja la barbilla contra los dedos, hacia abajo, y con la mano libre sujeta el codo del brazo contrario. Mantén la postura durante tres respiraciones profundas. Luego desliza los dedos de las manos alternándolas por la barbilla.
Sonrisa suave
Este ejercicio ayuda a reducir las líneas de expresión que se forman alrededor de la boca. Oculta los dientes con los labios y pon la boca como si fueras a decir la letra O. Desde esa posición, esboza una amplia sonrisa, con los dientes siempre ocultos. Repite esta sonrisa seis veces, y si notas que los ojos se te arrugan puedes estirarlos con las manos.
Tornado
Reduce los pliegues del labio y la nariz con este ejercicio. Con la boca cerrada, pasa la lengua por la zona interior de los labios realizando un círculo. Después hazlo en la dirección contraria y traga la saliva. Repite el ejercicio tres veces.
Para una piel brillante
Con los dedos índice y pulgar de cada mano, aprieta las mejillas con suavidad durante medio minuto. Puedes llegar a abarcar incluso la zona que va desde el labio superior hasta la nariz. Con este sencillo gesto tu piel lucirá más brillante cada mañana, adquirirá volumen y mejorarás la circulación del rostro.
Cara de sorpresa
Mira fijamente un punto enfrente de ti y abre los ojos tanto como puedas sin que se formen arrugas en la frente. Respira tres veces profundamente y cierra los ojos. Así se trabaja la musculatura que rodea el ojo y se fortalece el nervio óptico. Así se consigue reducir las arrugas de esa zona y una mirada más enérgica.
La V
Forma una V con los dedos de ambas manos y colócalos, ejerciendo presión, a ambos lados de los ojos. Entorna los ojos mientras miras hacia arriba y después relájalos. Repite este ejercicio seis veces. Para terminar, cierra los ojos durante 10 segundos con fuerza y luego relaja. De esta manera se reducen las bolsas que se forman bajo los ojos.
Relajación del rostro
Golpea con suavidad todo el rostro con la yema de los dedos. A continuación, frota las manos para que estén calientes y colólocalas sobre los ojos cerrados. Respira profundamente mientras relajas todos los músculos de la cara. Cuando termines, haz una última respiración profunda.