No me he informado en absoluto, pero apostaría mis dos piernas a que el creador de Pinterest fue una novia. Y alabada sea ella y toda su estirpe. Hasta hace dos meses, mi vida social 2.0 se limitaba a Twitter, Facebook e Instagram, que no es poco, pero Pinterest es ahora mi ojito derecho. Futuras casaderas, bien merece la pena invertir una tarde en aprender a manejar pines y tableros, porque a cambio obtendréis un sinfín de ideas que ojear, detalles en bodas reales que cotillear y, si te gustan, guardar para adaptar a tu propia boda. Y, además, te enseñará a cribar qué tipo de comida, invitaciones, decoración o fotos pegan con vuestra boda. ¡El paraíso de las que nos intentamos ahorrar el contratar a una wedding planner!
1. Mantén la cabeza siempre fría. Maldito sea todo aquello que no me puedo permitir
El presupuesto es el verdadero talón de Aquiles de Pinterest, más que nada porque no tiene, así que mejor mantén siempre la cabeza fría. Yo maldigo la hora en la que me enamoré de una carpa transparente sin una calculadora cerca y decidí que no es que me gustase, es que la necesitaba. Desde entonces, se han convertido en un tipo de cambio: nuestro coche vale tres carpas transparentes, el viaje de novios nos va a salir por casi dos, la paciencia de mi chico va a aguantar... ¿quizá doce menciones más a la dichosa carpa transparente?
Mi objeto de deseo, visto en Pinterest
2. La inspiración es gratis: ¡el DIY es el nuevo must de mi boda!
Que sí, que te casas una vez en la vida (o no) y no vais a ser unos cutres, pero tampoco por eso vamos a tener que pagar diez euros por invitado en algo en lo que, invirtiendo un fin de semana, puedes fabricar a dos euros por barba. Para esto, Pinterest es el mayor expositor de ideas DIY del mundo mundial, con manualidades para todos los gustos y niveles de dificultad. Además, no me negaréis que los detalles hechos a mano tienen más encanto. Visto así, ¡que vivan las tardes de lluvia con Pinterest entre fieltros, cuerdas, tijeras y pegamento!.
3. ¡Soy ordenada! Mi armario es un caos, pero mi Pinterest dejaría k.o. a mi madre
La primera vez que jugué con Pinterest, creé un tablero que se llamaba 'abran paso que me caso' con la idea de meter todo lo que me pudiera ser útil. Já, já, já. Doce horas después, eso era un collage de peinados, ramos de flores, zapatos, cartelería y damas de honor, todo desperdigado. Y aprendí que si no quería que mis horas y horas rebuscando en Pinterest fueran en balde, necesitaba orden y disciplina. Los tableros son tus aliados imprescindibles, mantenlos a raya y triunfarás. La colada, de momento, puede esperar.
4. Más no es mejor, y yo no soy la modelo de la foto. ¡Cuidado con los excesos!
¿Os acordáis de cuando se pusieron de moda los pantalones pitillo? Al principio me horrorizaron, pero después, a base de verlos en televisión, revistas y a las chicas más guapas del instituto, me hice tan fan de ellos que hipotecaba mi circulación sanguínea por llevarlos. Pues con la moda nupcial pasa igual, y Pinterest es un concentrado de propuestas estilísticas cada vez más locas. Yo me inicié queriendo llevar alguna florecita en el pelo el día de la boda y si no llegan a frenarme, acabo con un jardín en la melena, con sus gorriones y todo. Es importante que, aunque tus tableros sean privados, compartas con tu círculo de confianza 'esa foto tan original que has visto' para coger perspectiva.
Novia con maxicorona, vía Pinterest
5. Pinterest también es el escaparate de tu próximo proveedor
Es cierto que cotillear supone el 85% del tiempo invertido en Pinterest, pero es importante también sacarle jugo a la herramienta como escaparate. En él, los pequeños negocios especializados en bodas suelen colgar sus trabajos, interactuar y dar pistas de qué les inspira, algo que nos viene fenomenal a las novias que no teníamos ni idea de quién en nuestra ciudad diseña ramos de flores o quién maquilla a domicilio. ¡Que no se diga que esto de Pinterest es perder el tiempo!
Fotografía vista en Pinterest