Mayim Bialik, Blossom ya es mamá... y mamá divorciada
En los años noventa, si no te reías con el Príncipe de Bel Air, querías ser como Parker Lewis y que Blossom fuera tu mejor amiga, es que algo grave te estaba pasando. Básicamente, que no tenías televisión. Del elenco encabezado por Will Smith se ha hablado bastante en Divinity, del niño que nunca perdía habrá que hacer un 'Qué fue de' más que otra cosa, pero la prota de Blossom, sin embargo, sigue de rabiosa actualidad.
Fue nominada a los premios Emmy por su papel en la exitosa Big Bang Theory a la mejor actriz secundaria. Y viene al pelo porque su personaje podría preguntarle a los matemáticos expertos que protagonizan la serie si existe alguna teoría que vincule celebridad y sucesos. Porque ha sido volver a estar en la pomada y que le haya pasado de todo recientemente: un accidente de coche, un divorcio.
Pero antes de eso pongámonos en antecedentes. Mayim Bialik nunca fue una actriz cualquiera. Ni de niña, ni ahora. Procede de una familia que huyó del Holocausto judío en Europa en la Segunda Guerra Mundial. Es, de hecho, dice ella, descendiente de uno de los poetas judíos más importantes, el ruso Chaim Nahman Bialik, que inmigró a Tel Aviv ya en los años 20. La familia de la actriz, en cualquier caso, procede de lo que era antes Checoslovaquia, Polonia y Hungría.
Es decir, también tiene un cruce cultural entre eslavos y germanos, lo que es ser puramente centroeuropeo, que se manifiesta en detalles como en su gusto por la música, toca el piano y la trompeta, y fuera una estudiante brillante. Mientras era una de las actrices jóvenes más importantes del mundo en Blossom, en lugar de pensar en cosas superficiales, Mayim aprendió a bailar gracias a la serie y estudió hasta el punto de que se la rifaron dos de las universidades más célebres del país, Harvard y Yale. Aunque ella finalmente se quedara en UCLA, quien sabe si por no ser capaz de renunciar al sol de California. Al menos eso decía en la serie, como recordarán al dedillo los criados en la EGB que estén leyendo este texto "Y toma nota, nena, seguro que hoy el sol brillará".
El caso es que se convirtió en una reputada neurocientífica, experta en trastornos obsesivos-compulsivos, y no por ello abandonó su carrera de actriz. Ahí sigue, en el prime time, sin haber renunciado a nada de lo que ella quería. Es admirable. Porque también es mamá desde los 29 años –su segundo hijo lo tuvo a los 32-. Lo cual ya es la repanocha, pues ha ido cumpliendo con sus deseos en las diferentes etapas de la vida como un reloj suizo. También nos parece admirable.
No obstante, donde esta mujer tan perfecta deja de ser tan atractiva e interesante es a partir de este punto. Mayim Bialik profesa, como es natural dados sus antepasados, la religión hebrea, pero lo hace de una forma tal vez excesivamente 'militante'. Recientemente explicó en un artículo publicado en su blog cómo contarle a tus hijos el conflicto que ahora mismo recobra virulencia en Israel y Palestina y no podía mostrar un punto de vista más fanático. Los palestinos, en su texto, no existían como tales, sólo eran terroristas de Hamás. Este conflicto se puede interpretar de muchas maneras, pero negar directamente a una de las partes es difícil verlo tan sesgada ni en los espacios más parciales. Sus lectores estadounidenses, de hecho, se la echaron encima en los comentarios por pasarse cuatro pueblos. Otro ejemplo, se plantea celebrar los cumpleaños de sus hijos sin regalos para evitar que sean materialistas. Noble propósito ¿pero ese ese el camino que manda el sentido común?
Paradójicamente, pues en realidad Estados Unidos es un país cargado de aparentes contradicciones para nuestra forma de pensar europea, luego ella es demócrata convencida. En la reelección de Barak Obama se emocionó profundamente: "Lloré cuando vi el discurso de Obama, cuando se lo agradeció a su esposa y dijo que amaba Estados Unidos como la amaba a ella, lloré, y la sonrisa en su rostro me hizo sonreír y llorar. Creo en los principios del partido demócrata y soy feliz, mi chico ganó".
Luego presume de ser una "tradicional madre judía", a lo que hay que añadir que es una vegana muy activa. Que no tiene nada de malo per se, pero la suma de todo ello es complicada. Nos explicamos:
En la reciente fiesta de Halloween se enfrentó a un problema. No le gusta que sus hijos coman dulces. De pronto, uno de ellos llegó a casa con una bolsa entera. Se la habían dado los padres de sus amigos. Sí habían cuidado que fueran golosinas veganas y ahí respiró aliviada, pero no quería que el chico se convirtiera en un zampabollos "No hacemos 'trick-or-treating' en esta casa", dijo. Entonces ideó un plan, se las compró todas. Así, según confesó, estimuló su deseo por ahorrar, aprendió matemáticas y ella se quedó contenta de que no se las iba a comer. ¿Pelín retorcido, no?
En cuanto a su vida pública, dice que le gusta ir siempre de negro sin más accesorio trendy que unas Converse. La gala de los Emmy fue, por tanto, todo un reto para ella. Sobre todo porque sus representantes tenían derecho a meter mano en el atuendo. Fue con un Pamela Roland color Burdeos. Intentó lograr el glamour clásico de Hollywood. Entre joyas que llevaba, una estrella de David con diamantes. Bolso de Judith Lieber, detalle curioso porque ha contado que eligió el color del vestido por el bolso y no al revés. También llevó una férula, tras el accidente, que ella denominó como "de Batman". Luego no se llevó el premio y confesó no estar contenta, pero tampoco devastada.
La actriz no se siente del todo cómoda en este tipo de eventos, por eso lo que más celebró de su nominación a los Emmy fue 'seguir viva para contarlo'. Es decir, estar a la altura. En su blog también se puede leer lo incómoda que se siente con tanta actriz joven que tiene mejor figura que ella. El concepto de la educación que tiene para sus hijos, formar una familia vegana, creer tan firmemente en la religión también la convierten en una persona extraña en los tiempos que corren. Y ahora que se ha divorciado y cargará, por el momento, con todo esto ella sola, más. Eso sí, su punto excéntrico 'dentro de un orden' es mucho más interesante, hasta edificante, que el sota, caballo y rey de otras celebrities.