Llevan poco tiempo juntos, la cantante Soraya y el modelo Miguel Herrera, pero parece que fuera mucho tiempo a juzgar por las fotos que comparten, las cosas que hacen juntos y cómo se quieren. Es una pareja bonita de ver. De las que sabes que están verdaderamente a gusto.
Miguel viene a formar parte de la gran nueva etapa vital de Soraya. Operaciones, cambios estéticos y, por supuesto, cambio de pareja. Su querido sueco, Jonathan, quedó atrás. También una historia de amor que estuvo a punto de llevarla al altar. Todo se fue al traste, pero Soraya encarnó uno de esos cambios del no puedo estar peor al no puedo estar mejor.
Él es más joven que ella, que le saca siete años. Pero lo de los hombres más jóvenes que su chica es algo que ha pasado de ser extraño a casi una constante. Con unos ojos azules de museo y una carrera de modelo que empieza a despegar, queda claro que Miguel es lo mejor que le ha podido ocurrir a la extremeña.
Y hacen una pareja entrañable porque no caen en los tópicos habituales. De su vida en común no nos llegan las típicas imágenes haciendo deportes de riesgo o contemplando amaneceres. Ellos comparten con sus seguidores recetas de cocina que preparan juntos, con el libro de gastronomía abierto por la página pertinente, como en una ocasión que se pusieron a hacer juntos madalenas de chocolate.
Todo lo contrario a lo que debía ser la vida con su sueco. Una relación fría, y no por los topicazos sobre los escandinavos, sino por lo gélida que es la distancia cuando hay amor. Ahora cuando Miguel retuitea la foto de los calcetines con cara de osito con los que ha dormido Soraya vemos que hay otra cosa.
Miguel invita a eso. A compartir cosas sencillas con él, del día. Sólo así se puede vivir con alguien que, aunque presuma de gustos sofisticados, como el DJ David Pop, reconoce que se pasa el día cantando la canción del Mercadona “con oferta del día incluida”, dice en Twitter.
También hemos visto que se han comprado gorros de los que están de moda en Estados Unidos, al menos entre las celebrities, y que a España no terminan de llegar para invadir los cocos de las It Girls, pero verles a ellos disfrutarlos en casa, como sabiendo que pronto no desentonarán con ellos en la calle, pero que por ahora son un despiporre. Pues eso, te los acerca. Tú harías lo mismo con tu novia.
Otro detalle de esta vida doméstica tan tierna. Su adicción al programa de Iker Jiménez. Miguel se pregunta si el presentador no se morirá de miedo después de cada entrega. Él dice, concretamente “se caga”. Pero es que son muy fans del misterio y éste, como el helado de madrugada, en pareja sabe mejor. Pero también salen juntos al cine. Los dos estuvieron en la premiere de Lo Imposible y, como todo el mundo, fliparon. No dejan de recomendarla.
A su chica la llama “mi princesa”, y con ella se divierte en Ibiza, en sus viajes, pero también en el parque de atracciones. Ahí disfrutan como enanos, y es luego se refiere al fin de semana, cuando se acababa, que se llevaba “una maleta llena de bellos momentos”. Si es que parece la parte bonita de una comedia romántica para teenagers.
Por lo demás, sabemos que a Miguel le encanta Barcelona. Aunque después diga que nunca la cambiaría por su Sevilla, pero es adicto a las playas catalanas. Y nosotros a que nos lo muestre, el sombrero con el que se protege del sol tumbado en la arena es una cucada.
Mister Cádiz 2009 compagina su trabajo de modelo con el de relaciones públicas. Digamos que tampoco para. Cuando acaba una sesión, que tiene que ser agotador, sale directo al gym. Es lo que tiene tener que vivir de un cuerpo perfecto del que todo le guste a todos siempre. De su noviazgo con Soraya ha dicho una perlita que igual pasó inadvertida, pero es toda una declaración de intenciones en este mundo de las celebw: ''El amor verdadero, nunca es una estrategia...''. Soraya, no lo sueltes.