Tatiana Santo Domingo: Celebrity hermética, tuitera cercana
Ya ha anunciado su boda con Andrea Casiraghi. Tatiana Santo Domingo va a entrar a formar parte del clan de los Grimaldi, una de las familias que más noticias, dramas y misterios aporta al papel couché. Y es un mundo que no le es ajeno, porque la suya, su familia, no le va a la zaga en culebrones. Hasta cuenta con el respeto de Carolina, la que será su suegra, que la ha calificado con tres gratos adjetivos “rica”, “guapa” y “educada”.
La prensa, en cambio, le busca una vuelta de tuerca más al enlace. Tatiana gestiona una tienda de ropa por Internet junto a una amiga –Muzungu Sisters- y los titulares ya hablan de la primera IT Girl que se colará en la corte de Mónaco. En otros casos, se destaca que su estilo es muy ibicenco, muy hippie y que se trataría de toda una ‘vagabunda chic’ entre el glamour monegasco.
Sea como fuere, no nos encontramos ante la típica famosa que sonríe a los flashes y no aporta más que posturas hieráticas en momentos solemnes y luego lleva una existencia hermética jalonada de declaraciones lacónicas y protocolarias. Sí, como Charlenne Wittstock, por ejemplo. Tatiana no suele conceder entrevistas, pero es activa en las redes sociales. En el Twitter de Muzungu Sisters cuelga sus fotos probándose ropas de toda clase en sus largos viajes por el globo y no renuncia a interactuar con los demás usuarios, incluso a seguir sus consejos y ponerse lo que le sugieran.
Lo que no quita que no viva un particular idilio con la prensa. Trabajó en la edición americana de Vanity Fair y, casualmente, esta cabecera la señaló como la mujer más elegante del mundo. Y no tenía por qué ser necesariamente un favor entre amigos. Ella es habitual en los rankings de estilo. Para ‘E! Online’ es una de las diez mujeres mejor vestidas de Latinoamérica.
Resulta muy curiosa esta doble faceta. Ahora mismo sería la famosa por la que cualquier medio del corazón desembolsaría un buen dinero por arrancarle unas palabras sobre su relación con Andrea, o chascarrillos acerca del trato con sus familiares. Pero ella, como una top-celebrity, no suelta prenda. Sin embargo, en su timeline disfruta como una adolescente cada vez que citan su ropa en cualquier revista de moda. Escanea todas y cada una de las menciones y las cuelga llena de orgullo. Nadie podrá acercarle una grabadora a la boca, pero con sólo una mención en Twitter con algo interesante que comentar, tendrás su respuesta directa. “Me siento cómoda con los periodistas siempre que sea para hablar de mis proyectos”, dijo en ABC. Tatiana lleva la mayor parte de su vida perseguida por los paparazzi, pero parece que eso, como le ocurriría a cualquiera, no la ha enloquecido.
Vive para su proyecto, su marca de ropa. Con Muzungu Sisters, que traducido significa “hermanas viajeras”, estas dos amigas juntaron sus dos máximas aspiraciones. Ella lo que quería era conocer todos los rincones del mundo, viajar. Su amiga, Dana, por su parte, es experta en Derechos Humanos, y quería apoyar a artesanos de comunidades indígenas y desarrollar el comercio justo. El punto en común que encontraron fue la moda, aunque Tatiana precisa que se trata de un concepto de la ropa ligeramente exento de tendencias. Valora lo “atemporal”, señala en una entrevista a la blogger Vega Royo-Villanova, lo que se puede llevar siempre.
En este encuentro también adelanta que quiere tender puentes entre dos mundos aparentemente opuestos, como son los artesanos humildes de lugares exóticos y los diseñadores de alta costura. Tatiana y Dana tienen como objetivo a corto plazo lograr algún tipo de colaboración entre ambos. No le faltan contactos, Armani, Karl Lagerfeld, Valentino, Donatella Versace, Marc Jacobs son sólo algunos de sus amigos. Como prueba, que no falla nunca en la primera fila de cada uno de sus desfiles. Pero a lo suyo, en Telva por ejemplo, lo llaman “gypsy-setter”, Tatiana asegura que “un bolso artesano puede ser más exclusivo que un Gucci”.
Este gusto por lo hippie es inseparable de la influencia de su padre, que falleció hace un año. Era el más libertino de su extenso clan familiar. En Vanity Fair publicaron que era “famoso por sus juergas de juventud en París y por haberse escapado a vivir al sur de Francia a los 19 años con la ex esposa del cantante canadiense Michel Delpech, 12 años mayor que él”.
En un cuestionario a una blogger también da pistas inequívocas sobre esta personalidad distendida. Para el tiempo libre, quiere “no tener obligaciones”; ¿Joyas? Simples para cada día y elaboradas para la noche; ¿tendencia must? “¡ni idea!”; se describe como “perezosa” y “hogareña”, también “hambrienta” y “leal” y un amor, su perro. No es, de hecho, la primera ni la última vez que declara que en un mundo perfecto, envejecerá rodeada de canes.
Pero para ser hogareña y reservada, está hecha toda una trotamundos. En casi todas las entrevistas repite un patrón. Dice que está cansada. En una ocasión es porque acaba de llegar del Carnaval de Río, en otra porque viene de la India. “¿Sabes cuando estás tan cansada que no puedes dormir?”, le espetó a los redactores de Telva. Aunque su ciudad, que es también donde creció, es Nueva York. La califica del lugar más divertido que recuerda, pero actualmente las escapadas y fiestas se las pega en Ibiza, en Formentera… lo que no quita que tampoco le faltan elogios para el país de donde es originaria su familia, Colombia. En ABC manifestó que es un paraíso, que antes sólo se relacionaba con drogas y guerrillas, pero que ahora cada vez más se están empezando las cosas “bonitas” y “positivas” que tiene, porque es “un destino maravilloso”.
De modo que es imposible tratar de adivinar dónde asentará a su familia esta auténtica ciudadana del mundo. Hasta es difícil calcular a cuánto ascenderá su riqueza cuando consume su unión con Andrea. Ella, por lo pronto, es heredera de un ‘pellizco’ de más de 8.000 millones de dólares. Y si se diera la casualidad de que Alberto de Mónaco no tuviera descendencia con Charlenne, también estarían segundos en la cola para heredar nada menos que el Principado de Mónaco. Con tanta juventud, dinero, belleza, saber estar y proyectos, lo único que le falta a esta pareja son adjetivos que puedan describir semejante fortuna.