Fue el pijo-canalla por excelencia de los 80. Jersey anudado, sonrisa, 'sufre mamón' y marcapasos. No había carpeta que se resistiese a su lunar. De aquello hace ya más de treinta años y ahora David Summers está más contemplativo, satisfecho. Mira cómo tocan la guitarra y cantan sus dos hijos adolescentes, Lucía y Daniel, se escapa siempre que puede con Marta a la casa de Zahara de los Atunes y sigue yendo de gira con Rafa, Javi y Dani, sus compadres-familia, pero "más de tranqui y sin salir de pedo cada noche como antes", dice. El líder de 'Hombres G' trae estos días un libro, 'Hoy me he levantado dando un salto mortal', que no es una biografía sino un compendio de las cosas que estructuran su identidad. A saber: el amor como motor, la música, el éxito y el fracaso, los amigos tótem, su padre como referente y la creatividad por bandera.
Es difícil hacerse una idea en esta época millennial de lo que significaron aquellos 'Hombres G' de la Movida y cómo conquistaron, a base de pósters, las habitaciones de toda España. Unas trescientas personas esperaban cada día a David en su portal y el portero le entregaba un taco de cien o doscientas cartas llenas de corazones y dedicatorias, ("corre corre, cartero, que es para el niño que más quiero y cosas así", dice riendo). Era una vida "surrealista y muy loca, sobre todo con la película, que gracias a dios bajó de ritmo. Lo llegué a pasar mal, pero hice un esfuerzo consciente para no ser prisionero de mí mismo", admite. Ahora que peina canas y junta a tres generaciones en sus conciertos, le hemos pedido que nos explique él mismo las frases más destacadas del libro. Esta es la radiografía del enemigo de Ricky Lacoste en el 2017:
"Mis hijos también son artistas y yo les digo: sed vosotros mismos"
Mi hija Lucía canta que te cagas y Dani es un obsesionado de la música. No para. Voy a despertarle para llevarle por las mañanas a clase y me lo encuentro tocando en la cama en calzoncillos. En él es más evidente lo que quiere hacer: quiere ser como papá. Está deseando acabar el colegio para irse de gira y cree ingenuamente que va a ser así (risas). Y eso me encanta: porque cuando estás así de convencido, sucede.
"Tienes que crear tu propio monstruo"
Mi padre me lo decía a mí y yo a mi hijo. Se sacaba los solos como George Harrison y los Beatles y un día le dije: mira, si tú quieres hacer algo en la música, tienes que hacer tus propias canciones. Y se puso a componer el cabrón como un loco: tiene ya como treinta y tantas canciones. Y son muy bonitas, con unas melodías muy especiales y un estilo propio que no se parece ni a mí siquiera. Creo que lo estoy consiguiendo con él: en breve va a ser un gran músico y un gran compositor. Me adora y yo a él. Si le sigues en Instagram vas a flipar, solo pone que su padre es el tío más cojonudo del mundo (risas).
"Mi padre siempre ha sido mi gran referente"
Me marcó muchísimo: por dónde yo pasaba él había pasado cien veces. Siempre me decía que tenía que ser distinto en lo artístico y que tenía que confiar en mí mismo. Y que valorara mis creaciones, sin intentar ser mejor o peor que otros, sino la mejor versión de mí mismo. Cuando murió, que me quedé destrozado, perdí también a la persona que mejor me sabía aconsejar. Luego tuve que empezar a pensar por mí mismo (risas).
"Sin la experiencia del amor no se puede hablar con propiedad de nada"
El amor es el motor de la vida. La magia existe y está ahí y en la música. Te transmiten sensaciones que se escapan de tu control. Si estás enamorado la vida es sencillamente maravillosa, estés donde estés. Pero, si no tienes amor, todo es una mierda y da igual la casa o el coche que tengas. ¡Y es una mina para componer! Yo he escrito sobre mi mujer Marta y sobre otras novias que tuve antes, pero también de historias que les pasaban a otros amigos. Las relaciones entre las personas, la soledad, la compañía, las contradicciones… me parecen grandes temas sobre los que investigar, me aburren los temas más sociales y políticos.
"Escribo sobre lo que me pasa o me pasará"
En el libro cuento que, mucho antes de tener mi casa de Zahara de los Atunes, quería regalarle a mi mujer una casa en la playa y en ese momento no tenía dinero y le regalé la canción, una que se llamaba ‘Al lado del mar’. Años más tarde compramos la casa y, si escuchas la canción, parece que está describiendo lo que se ve desde ella. El sol poniente, el lugar escondido…
"Cuando tenía 30, a mi mujer le decía: 'Marta, por favor, no me dejes salir a cantar 'Sufre mamón' con 50"
(Risas) Se lo decía, es verdad. Pero luego lo hice, y además el día de mi 50 cumpleaños y lo dije en el micro. Ahora que tengo 53 me veo cantándolo hasta los 65 o lo que nos echen. Esto no tiene techo. Estamos consiguiendo cosas que no conseguíamos en los 80, como tener éxito en Estados Unidos.
"Nunca hago planes a más de un año vista"
Somos nuestros propios jefes. Ahora nos vamos de gira y en marzo sacaremos el nuevo disco, pero no sé qué más habrá a la vuelta de la esquina. Me encanta el nuevo disco. Hemos hecho un esfuerzo importante para que sea un punto importante en nuestra carrera, porque si no nos podríamos quedar anclados siempre en el 'Sufre mamón'. Tengo que luchar contra nuestros clásicos. Es importante marcar un nuevo punto de partida hacia adelante.
"Es muy fácil sentirse solo en el éxito"
La soledad es un tema muy recurrente para mí, porque a menudo me he sentido solo ante miles de personas. Esa soledad tan grande que sientes cuando llegas al hotel después de haber estado cantando para 50.000 personas, cuando tienes los oídos pitando todavía... Esos primeros diez minutos de silencio que te sientas en la cama… Es una soledad que me enseña mucho. Todo es efímero en el éxito.
"La fama nunca me gustó, no la busqué, no la pedí"
Es que no es nada cómoda. Te sirve para que te den una mesa en un restaurante o te traten con cariño, cosa que yo agradezco muchísimo, pero no hay que confundirlo. Como decía Ray Charles: 'nunca quise ser famoso, pero siempre quise ser genial'. Aspiro a hacer algo genial, especial, bonito… no a que me paren por la calle sin más.
"Sinatra es como mi Dios musical"
Es el artista por excelencia, la esencia. Su voz, su modo de estar en el escenario, su carisma, sus problemas con la ley, su leyenda, su relación con la mafia y las mujeres. Un personaje de novela. Soy muy fan.
"Ser creativo es un don"
Como dicen los gitanos, el flamenco es o muy fácil o imposible. Eso es así. Tienes que tener una predisposición innata. Mi padre era hiper creativo, no paraba de inventar y crear cosas y me enseñó la importancia de eso. Crear de lo que no hay algo que pueda emocionar a alguien es magia pura.
"Claudicar es de pringados"
Nunca en mi vida, desde que tengo 18 años, nadie me ha dicho lo que tengo que hacer. Ni que no haga algo, o vístete así. He tenido suerte de tener éxito muy joven, y he podido gestionar mi vida y hacer las cosas cuándo y cómo he querido. Antes ni dejaba a la discográfica escuchar el disco hasta que no estuviese grabado. ¿Te imaginas eso ahora?
"La amistad es esencial en mi vida"
Nosotros somos un grupo de amigos que montamos un grupo. Javi Molina, el batería, es mi amigo desde los 5 años. Dani casi igual. Y a Rafa le conocimos cuando teníamos 18 años. Imagínate: toda una vida juntos. Como hermanos. Me preguntan mucho cómo es posible no haber peleado y siempre decimos que no vemos de otro modo, que nos queremos mucho y nos lo pasamos muy bien como para discutir. Lo que más nos gusta hacer del mundo lo hacemos a la vez los cuatro. Somos más que familia. Hemos pasado por bodas, bautizos y de todo. Tengo 53 años y llevo 33 con los Hombres G, así que imagínate: con ellos no me asusto de nada. Llevo más de media vida siendo un Hombre G.