Es casi imposible no asociar a Fran Perea con 'Los Serrano', la serie que le colocó en un trono dorado del imaginario popular. Y eso tiene dos caras. Él lo sabe bien. Hace ya 12 años del fenómeno, pero el malagueño aún pelea implícitamente por reivindicar su trabajo de actor a secas, sin la coletilla de 'el de' que tanto ayuda y/o pesa en las carreras. Ahora está centrado en una obra llamada 'La Estupidez', que ha puesto en pie con su propia compañía (Feelgood), ha invertido en los Teatros Luchana junto con otros colegas ("como compromiso que uno tiene con lo que hace") y sigue componiendo temas guitarra en mano. "Mi trabajo es solo hacerlo lo mejor posible. Aunque es verdad que a veces tengo la sensación que debo hacer mi trabajo… y un poquito más", dice.
¿De qué va 'La Estupidez'?
Una comedia que trata sobre la codicia y los comportamientos absurdos que tenemos los seres humanos cuando queremos más y más sin fin.
¿La gente quiere más y más todo el rato?
Pasa muchísimo, fíjate el mundo que hemos creado. Siempre digo que nada más que hay que echar un vistazo al desequilibrio que hay por ahí. Somos muy capaces de mirar para otro lado mientras tengamos casa caliente y bolsillo lleno.
¿Qué has aprendido de tu propia codicia con esta obra?
Que lo que importa es estar bien e intentar hacer feliz a los que te rodean, más que ese rollo de querer más y más y más.
¿En España somos muy 'estúpidos'?
Sí, somos 'estúpidos' en el mundo en general, pero también aquí. Mira Levante, por ejemplo. Era un secreto a voces.
La obra se inspira en el cuadro de El Bosco de los siete pecados capitales, ¿cuál es tu favorito?
La pereza. Lucho contra ello, pero hoy por hoy ni la lujuria me gana, porque estoy tan cansado que preferiría dormir cinco días seguidos.
No debe de ayudar que interpretéis 24 personajes entre cinco actores…
El reto de cada función es enorme, y la produzco también con Feelgood y estoy con una serie también… Esta profesión es así, ¡y que dure!
¿Qué chip te pones en la cabeza para hacer cinco personajes?
Lo vas desarrollando en los ensayos. Al principio te obsesionas porque físicamente sean diferentes, pero es verdad que luego te das cuenta de que importa más lo químico, cómo viva cada uno una situación. Pensar como él pensaría sin forzarlo: cuando fuerzas es cuando la cagas y solo haces caricatura. Tenemos cambios de ropa rapidísimos, además. Hay dos funciones, la que se ve y la que está por detrás de todos corriendo.
¿Es bonita también esa esquizofrenia, no?
A mí me encanta, vaya. Esta profesión es el cambio mismo. Durante un tiempo estás en el tiempo de tu personaje por completo.
Hablando de metamorfosis, ¿qué te queda de 'Los Serrano'?
¡No sé, muchas cosas! Era yo hace unos 12 años. ¡Cómo pasa el tiempo, 12 años…! Queda la ilusión del trabajo, incluso la inocencia entre comillas, sentirlo todo como la primera vez…
¿Qué fue lo mejor y lo peor de aquella época?
Descubrir lo más bonito y lo más feo de esta profesión. Cuando se genera mucho dinero, lo peor nace a tu alrededor de pronto. Sale la avaria, ¡hemos llegado el mismo tema, fíjate!
¿Has hecho un esfuerzo consciente después por dejar a ese Fran Perea?
Sí, claro. Consciente absolutamente. Dejar la serie fue una decisión meditada. Veía que me limitaba y yo quería dedicarme toda la vida a actuar. Decidí buscar otras vías, empecé a hacer teatro, que lo había abandonado durante años.
Ahora además te has hecho productor...
Forma parte también del compromiso que uno tiene con lo que hace. Tengo la compañía Feelgood con otros colegas actores y también he invertido en los Teatro Luchana. Al final es invertir en cultura. Es mi manera de entender esto. Y la compañía nos permite hacer proyectos que a lo mejor no nos van a llegar por otro sitio, como esta obra de 'La Estupidez'.
¿Te fastidia un poco que te sigan asociando con el Fran Perea de hace unos años?
No. Bueno, un poco sí. Quiero decir, que lo que me parece es que es normal que la gente te asocie, aquello lo veía ¡el 40% de la gente! Era una pasada de audiencia. Dentro de eso hay gente que te asocia pero a la vez ha visto trabajos tuyos en teatro, en cine y otros en televisión… y hay gente que solo se queda ahí. Mi trabajo es solo hacerlo lo mejor posible. Aunque es verdad que a veces tengo la sensación de que debo hacer mi trabajo… y un poquito más. No viene mal tampoco, he de decir, así te vienes arriba y mejoras.
¿Cómo te ves en cinco o diez años?
No lo sé, si sigo como ahora me puedo dar con un canto en los dientes. Sí que me gustaría que la compañía fuera bien, solvente, y poder vivir del teatro. También cine... Sigo cantando y tocando la guitarra, pero no tengo ni tiempo ni dinero para sacar un disco ahora. Hay muchas cosas por ahí.
¿Sigues componiendo?
Sí, sigo componiendo también. Quién sabe lo que pasará con la música...