Tamara Gorro, sobre su libro: "No soy escritora, pero mis experiencias pueden ayudar a mucha gente"
Tamara está muy contenta. Eso dice, que ha ido consiguiendo muchos de sus sueños "a base de cambiar los bajones por motivación" y que está "feliz". "Enamorar a su marido", el futbolista Ezequiel Garay, tener su niña Shaila, que nació por gestación subrogada hace dos años, quedarse embarazada ahora de su pequeño Antonio, que nacerá el próximo enero… Experiencias íntimas que ha reunido precisamente en su "sueño cumplido más reciente", el libro 'Ser feliz no es gratis, pero tampoco cuesta tanto', un volumen que pretende ayudar a mucha gente que pueda estar pasando por situaciones similares.
¿Cómo surgió ponerte a escribir?
Leo mucho, pero siempre me encantó escribir: puedo sacarte mil cosas que he escrito que tengo almacenadas en mi casa, que hasta ahora leía solo Ezequiel o mis amigos. Así que siempre he querido tener un libro, pero es como subir un escalón: a quien canta, le gusta tener un disco; a quien le gusta la tele, presentar un programa… Siempre lo he tenido en mente como un reto personal y ahora lo he hecho: he escrito cada palabra.
¿Qué querías contar?
Quería hacer aquello que me gustaría que hubiesen hecho conmigo: ayudar al que lo necesita. He plasmado qué soluciones he dado a muchas experiencias personales difíciles. No te cuento mi vida, sino cómo he girado una situación para afrontarla mejor. Qué ha pasado y con qué actitud lo he superado. Cómo hay que recurrir al optimismo para los bajones.
Haces mucho hincapié en el optimismo: ¿debe leerse entre líneas que los bajones te preocupan especialmente?
Mucho. Soy una persona muy segura de mi misma, pero no lo fui. Fui muy insegura. Y le pasa a mucha gente: nunca estamos 100% seguros de nosotros mismos. Un trabajo, un pantalón, un novio… Hay que jugar con esos niveles de emoción: no puedes dejar que te pisen.
¿Qué momentos duros reflejas en el libro?
La muerte de mi papá, los problemas de mi embarazo, decantarme por mi profesión, no sentirte insegura por venir de dónde vienes, que nadie te juzgue, que luches y puedas demostrar tu valor…
¿También en el amor?
Yo digo que el amor hay que regarlo: es como una planta, hay que estar regándolo continuamente porque si no se pudre. Mi marido y yo llevamos siete años juntos, la idea es no entrar en la monotonía. Si me tiro cinco días en casa con él comiendo palomitas, que no haya un sexto: rompe la dinámica, crea, haz. A ver, a él se le ocurren mil cosas y a mí también, lo bueno que tenemos es que siempre nos sorprendemos.
Hablas de una inseguridad con Ezequiel que casi os llevó a no seguir en vuestros comienzos…
Es el capítulo de 'Miedo al no'. Siempre dependemos del miedo. Él pidió mi teléfono, conectamos, nos vimos y en un momento dado me dice que no puede seguir, que no me haga ilusiones. Si en esa relación llego a tirar la toalla cuando me dice eso, no estaría aquí. En ese momento a mi cuerpo le dio un subidón y me di cuenta de que me importaba. Le pregunté si podía ir a su casa y cuando llegué le pregunté si tenía miedo de enamorarse de mí o si es que era que no le gustaba y solo quiso acostarse conmigo. Su respuesta fue que tenía miedo porque sabía que podía enamorarse de mí. Y ahí luché. Si llego a tener miedo al no, no estaría casada con él y con una hija y otro en camino.
¿Tú ya estabas enamorada?
Me di cuenta ene se momento de que sí.
Otro momento muy interesante en cuando a lucha es cuando no logras quedarte embarazada…
No hay que bajar los brazos. Luché por ello, hasta me obsesioné. Hay que tener motivación.
¿Te pusiste muy triste?
Mucho. Cuando no consigues algo que quieres mucho es frustrante, claro. Fueron tres años de intentos.
También cuentas que fuiste a un psicólogo…
Y volvería a hacerlo. No hay que tener miedo a decirlo, no por recurrir a uno estás loco. Tienes que apoyarte en lo que necesitas en cada momento. Y sé que el libro puede ayudar a gente.
¿Parte de lo escrito son sus consejos?
No, he escrito vivencias que he superado por mí misma. El psicólogo lo acabé dejando yo cuando me vi mejor. Eres tú al fin y al cabo: lee el libro, da el paso tú y tira para adelante.
¿Cómo fue el viaje a Estados Unidos a conocer a tu niña?
Maravilloso, espectacular. Fui con mi madre porque Ezequiel no podía por trabajo. Bonito, único, precioso.
¿Es verdad que al principio te dio cosa conocer a la gestante?
Sí, volvemos a lo mismo: tenía miedo. Y el miedo paraliza. Pero di el paso y fue muy bien.
¿A qué tienes el miedo hoy?
Ahora tengo miedo a que me digan que no les ha ayudado el libro. Me daría rabia no poder ayudar. Pero en vez de tener miedo, lo convierto en incertidumbre y motivación: ¿Gustará? ¿No gustará? ¿Qué me dirán? Soy una persona que ha escrito un libro, no soy escritora. Decir lo contrario sería desprestigiar a los escritores de verdad, y nada más lejos de mi intención. Solo he cumplido uno de mis sueños, y ya está.
¿Cómo fue ese momento en el que te dicen que estás embarazada?
Precioso. Lo que te decía: fue el resultado de nuevo de la motivación. Se mezcló con otro momento muy duro: la muerte de uno de mis mejores amigos. Sucedió mientras yo estaba intentándolo en Estados Unidos y estuve a punto de volverme a su funeral, pero pensé: voy a luchar por algo que él habría querido. Y sucedió. Me lo ha mandado y mi niño se llamará como él, Antonio.
¿Shaila qué dice de tener un hermanito?
No es muy consciente. Espérate a que lo vea (risas), que seguro que tiene cosas qué decir. Ve la tripa más gorda y dice 'bebé grande', pero no asocia.
¿Tu chico qué dice del libro?
Lo leyó el primero. Ezequiel lee, eh, no está vacío. Y le llamó la atención. Está súper orgulloso de ver que lo que me propongo no paro hasta conseguirlo y eso le produce un orgullo inmenso y a mí me lo produce que él lo esté. Es una cadena, regar la planta.
¿Tú también estás orgullosa de él?
Soy una auténtica admiradora. Su vida sí que da para escribir un libro. Y ayudaría a mucha gente.
¿Igual se lo puedes escribir tú?
Por supuesto, este invierno me pongo manos a la obra. Otra cosa es que se publique en una editorial o lo lance yo a través de las redes. Se lo propuse a él, mira, esto nunca lo he dicho: antes de escribir mi libro le propuse a él escribir el suyo. Mi marido es súper discreto y no rompería eso si no quiere.
Dices en un capítulo que es una persona muy humilde…
Es que somos iguales. Hemos encontrado nuestra alma gemela: somos iguales, pero con carácter distinto, gracias a dios. Todo lo contrario a mí: me aporta paz, tranquilidad y serenidad. Lo que yo necesito.
¿Es muy diferente al mundo del que venías?
'Hombres mujeres y Viceversa' fueron mis inicios, nunca voy a renegar. Lo que sí pasa es que desde que soy madre mido mucho más lo que hago y digo. No me arrepiento de nada, eso también te digo. Lo que importa es conocer a la persona, no si eres futbolista o carpintero. No estoy casada con Ezequiel Garay, sino con Ezequiel.
¿Es buen padre?
El mejor. Es que es perfecto para mí. Bueno, tiene un defecto enorme que no voy a decir bajo ningún concepto.
Vaya cebo, ahora lo tienes que decir…
(Risas) No, provocaría mi divorcio. A veces le amenazo: le digo de risas que si algún día me deja voy a contar su defecto. También sé que ha sido perfecto solo conmigo, no con todo el mundo antes.
¿Con otras chicas no?
No, bueno, se resume en que no había estado enamorado realmente, como yo tampoco lo estuve. Es puro, es real, es perfecto y lo tengo yo.
¿Te ves de viejecita con él?
Lo veo no, es lo que va a pasar. Con él soy de todo lo que no sabía que era: cariñosa, emocional, seductora, sexy y protectora: tengo la necesidad de protegerle, me sale el instinto animal. Hay gente que le da miedo que se sepan sus puntos débiles. A mí no: a mí no me hundes, me haces más fuerte. Mi familia, en la que también entran mis amigos, son intocables. A mí me puedes decir lo que quieras, para eso estoy y para eso me expongo, pero a ellos no.
¿Qué tal llevas las críticas?
Bien, no pasa nada. Hay de cal y de arena. Odio la palabra fan, pero yo tengo una 'familia virtual', que así la llamo, a la que quiero y respeto y que me ayuda en lo bueno y en lo malo.
¿Has notado que al ser madre te critican más por tus decisiones?
Me pasó con el cinturón de embarazada, ni sabía que existía, yo me lo ponía para abajo y recibí cientos, miles de mensajes avisándome de que me lo había puesto mal. Es un ejemplo de que a veces lo que te dicen tiene utilidad. Lo importante es decir las cosas respeto.
¿Planeas dar pecho al niño?
Me encantaría, porque es muy bonito, pero lo que me diga el médico. Mi hija se ha criado con biberón porque yo no podía y no ha pasado nada. A quien le guste bien, y a quien no, pues aceptaré la crítica constructiva, pero no el insulto. Hay gente que no me soporta: vale, no importa, pero solo pido respeto. Con eso se puede llegar a todas partes.
¿Para cuándo nacerá Antonio?
Estoy de seis y pico. Para el 5 de enero, para Reyes, aunque rezo para que se adelante o se atrase un poquito para poder pasar los Reyes con mi niña en casa.
¿Planeas tener salus?
¡No, qué dices! Lo respeto mucho, pero yo no lo haré. Será como lo he hecho con Shaila, con la ayuda de mi madre y mi marido. Yo creo que los hijos se tienen para criarlos, no para que te los críen. Es mi pensamiento, pero respeto que tengas 25 niñeras, que así tienen trabajo.
¿Tu madre es una figura esencial, no?
Todas las madres. Es imprescindible. La nombro mucho porque es un ejemplo a seguir. Otra vida terrible de libro…
¿Y tu abuela?
Es todo. Soy su princesa, su reina, su jet set. Va por el barrio que no cabe. Y farda de saber secretos y cotilleos de la tele (risas). Hay que luchar por lo que uno quiere y conseguirlo. Si estoy en esta profesión es porque ella me lo inculcó desde pequeña. Veíamos 'Tombola' juntas y llamaba mi madre, que trabajaba muchas horas en un bingo, y le preguntaba si me había acostado y mi abuela me guiñaba un ojo y decía que sí, que llevaba un rato dormida, pero seguíamos viendo la tele. También veíamos Miss España. Y cuando me ofrecieron ir, pensé: ¿dónde voy yo con esta cara de orco? Y cuando se lo dije le encantó tanto que fui. Es mi mayor fan.
¿Próximo reto?
Me encantaría tener mi propio programa de televisión, uno de esos que te hace sentir bien ver a la gente feliz. Algo así como un 'Diario de Patricia', pero a mi estilo. Ahora bien, también anunciaré en breve alguna que otra cosa...
*Créditos:
Estilismo de Villarrazo Madrid
Maquillaje y peluquería de Sara Estilistas
Producción de Víctor Madrid