La metamorfosis de Antonio Velázquez o cómo ser el boxeador más pasional

divinity.es 14/10/2014 20:41

Antonio Velázquez está acostumbrado a prepararse los papeles en profundidad. Ya antes tuvo que aprender a montar a caballo, torear a lo Paqurri o disparar con la precisión de un francotirador. Pero ninguno de estos procesos los ha incorporado tanto a su día a día como el último, el de 'Hermanos', que además de marcarle en lo personal por traer a su vida a Álvaro Cervantes y María Valverde , dos de sus mejores amigos ahora mismo, le ha dejado la épica del ring como actitud: "El boxeo me ha enseñado a ser mejor persona y no lo voy a dejar; ese es uno de los regalos que me ha dado el personaje de Juan", cuenta el actor.

Conseguir ser un boxeador (y no solo parecerlo) en la pantalla no ha sido fácil. Antonio (Granada, 1981) se ha dejado por el camino decenas de tardes corriendo por la ciudad, muchas horas en el gimnasio y miles de golpes frente al saco. También ha cuidado su alimentación, especialmente para los primeros capítulos, en los que su personaje tenía apenas 18 años y estaba "muy fibroso y muy fuerte": proteínas (pollo y atún) para los músculos, algo de hidratos-gasolina (arroz) y piña, el ingrediente diurético por excelencia. Moraleja: quien algo quiere, algo le cuesta.

"Las inseguridades, los conflictos y las luchas personales de Juan son mucho más entendibles si conoces el mundo del boxeo. Además, este deporte me ha ayudado a definir físicamente al personaje: una forma concreta de moverse, de mirar, de hablar. Juan es impulsivo pero el boxeo le hace aprender a contenerse en mil y un momentos", explica Velázquez en el 'Diario de rodaje' de la serie. Ahora, una vez rodada, le sirve para desestresar y liberar adrenalina.

"Los días de grabación me he llevado golpes hasta en el DNI, ¡y eso que no aparecen todos! Cuando me preguntaban que cómo hacía las escenas tan realistas, me limitaba a enseñarles los golpes que tenía por todo el cuerpo", bromea.

Todo esto no hubiese sido posible sin el ex campeón de Europa y también actor Jero García, que se ha convertido en su sombra y en una suerte de mentor con los guantes, casi un hermano mayor. Juntos han entrenado durante meses en el gimnasio que García tiene en el barrio madrileño de Lucero, un lugar emblemático en una de las zonas más castigadas por las drogas y el desempleo en los años ochenta, donde ya enseñó a dar ganchos y crochets de derechas a otros colegas, como Hugo Silva ('Dioses y perros'), Penélope Cruz ('Sin noticias de Dios'), Álex González ('Segundo asalto'), Natalia Verbeke y Dani Guzmán ('A golpes') o Roberto Álamo ('Urtain').

"Jero me ha inculcado un lema que me sirve para definir la vida de Juan: 'El Boxeo es vida, vive duro'", dice Antonio, quien tiene hasta un mote cariñoso: 'la truchita granaína'. "Estuvimos trabajando noche y día. Pero Jero es muy perfeccionista y me decía: '¡A mí me dejan un año contigo y te hago campeón de Europa!'", añade.