Clara Serra: "Las feministas tenemos que poder ser 'leonas y zorras' en política"
Daba clases de filosofía en un instituto. Kant. Beauvoir. Platón. Arendt. Ese universo de las ideas. Pero llegó el 15-M y luego la creación exprés de Podemos y acabó siendo elegida como diputada en Madrid: "Fue un lío en el que nos metimos de lleno sin tener ni idea de qué iba a suceder", dice. Ahora, antes de presentarse a la Comunidad como mano derecha de Iñigo Errejón, después de más líos internos de los que hubiese deseado, ha escrito un libro sobre lo que le arrebata el corazón: el feminismo. Sus problemas, contradicciones, el plan a seguir. Se llama 'Leonas y zorras', un título llamativo adrede, algo que ya dijo Maquiavelo hace siglos… pero referido solo a ellos. Pues eso: "hacía falta que todo deje de estar referido solo a ellos", dice.
¿Por qué 'Leonas y zorras'?
Es una frase de Maquiavelo, uno de los señores que más consejos han dado sobre cómo gobernar. Él dice que en política hay que imitar la fuerza del león y la astucia y la persuasión de la zorra. Pero a los hombres. Y ahora llegamos nosotras, ¿y qué pasa? Pues que si una mujer ejerce la coacción o la seducción, parece que está feo. Hay mucho estereotipos soterrados ahí. Creo que las mujeres también tenemos que reivindicar esas dos características tan necesarias en política, no vaya a ser que nos quedemos excluidas por esas connotaciones. Está bien visto en ellos, pero si nosotras lo usamos se nos tacha de malas, poco de fiar y manipuladoras. Quiero reivindicar ser leona y zorra, pero sin connotaciones. ¿Por qué siempre las mujeres inteligentes son sospechosas?
¿Te lo has encontrado en la práctica?
Sí, claro. Yo y muchas mujeres. Cuando llegué a la Asamblea de Madrid, por ejemplo, me hicieron sentir como una intrusa. Los señores nos trataron con condescendecia: ay, la niña esta que viene a hacer política.
¿Es difícil ser feminista en Podemos?
Sí, aunque mucho más en otros partidos. Si cuesta en la izquierda, imagínate en los partidos de derechas, que no tienen la intención de partida de serlo. En el libro quería sacar a la luz por qué la rápida creación de Podemos nos lo puso especialmente difícil a las feministas.
¿Por qué?
Un partido que se construye a la velocidad de luz lo tiene más difícil para revertir las dinámicas machistas presentes. Si no tienes el tiempo y el cuidado para pensar cómo vas a ir poniendo diques a esas dinámicas, no vas a poder luchar contra ellas. Dinámicas tan sencillas en algunos casos como que si las asambleas son a las 9 de la noche las mujeres no estarán, o no todas, porque estarán dando de cenar a los niños. Esas cosas hay que pensarlas. Y porque es un partido concebido estratégicamente como uno de asalto rápido al poder. Y ahí imperan estereotipos: a las feministas no se nos asocian con eso. La política tradicional no cree que el feminismo tenga mucho que aportar en cuanto a estrategia de cómo se gana el poder.
¿Es machista la izquierda?
Claro. Aunque más la derecha. Las feministas llevamos toda la vida pidiendo a nuestros compañeros que hagan autocrítica.
¿Errejón es feminista?
Sí, claro.
¿Pablo Iglesias?
Por supuesto.
Siguiendo tú reflexión, ¿en la práctica podrían serlo más?
Siempre se puede ser más feminista en la práctica (risas).
Te preguntas mucho en el libro: '¿Existe el botón de apagar el patriarcado?'
Y no, no existe (risas). Ojalá pudiéramos cambiar las cosas de golpe. Eso obliga a hacer política feminista con un plan, conscientes de que hay que tener paciencia y librar primero unas batallas y luego otras.
¿Cuál es ese plan?
Es difícil de explicar. Los planes siempre son concretos para hacer política. Maquiavelo también dice que hay que hacer política para los medios, no para los fines. Tienes que tener muy claros los fines a los que llegar, pero sabiendo que a veces están lejos y habrá que dar rodeos y tener paciencia. El plan es cómo llegar a los fines, pero yo no quiero un feminismo que solo piense en los fines. Que solo diga: quiero una sociedad justa y en igualdad. Ojo, que nos toca pensar los medios, el plan. Cómo llegar a los fines a través de los medios.
¿Un ejemplo?
Cuando Cuidadanos dijo que no iba a la huelga del 8-M porque no eran anticapitalistas. Hubo un debate para ver qué responder. ¿Puede haber un feminismo de derechas? Pues yo creo que no, pero no era muy bueno estratégicamente decirles que ellos no eran feministas, porque ellos dirían que sí y no saldríamos de ahí.
¿Cuál sería el plan entonces?
Habría que pensar en el camino para ganarles: invitarles, darles la bienvenida al feminismo como feministas que dicen ser, y luego ya confrontarles sus contradicciones: ahora que estáis aquí vamos a hablar de escuelas infantiles gratuitas y demás medidas. En el momento en el que entran en la etiqueta de feministas tendrán que enfrentarse a sus contradicciones prácticas.
¿Seducción es eso?
'Los gobernantes más fuertes son los que ni siquiera tienen que usar la fuerza', decía Maquiavelo también. Hay que convencer a los hombres y mujeres machistas de que dejen de serlo. No puede hacerse por la fuerza, obligándoles, seguro que es más efectivo con lenguaje y estrategia. Que ellos mismos quieran serlo.
¿Cómo definirías tu feminismo?
Popular, pensado para llegar a la mayoría. Apuesta no solo por hacer política con el dolor, sino con lo que las personas desean ser. Y estratégico.
¿Dos retos del feminismo consigo mismo?
Saber cómo habitar esto sin pedir carnets de pureza. Es decir, admitiendo que hay muchos feminismos diferentes y que puede que haya desacuerdos. Esta cosa ambigua y poroso no es una escuela con un dogma, es una gran conversación muy plural. Por tanto, es un reto saber mantener eso unido para conseguir avances juntas. Y luego seguir demostrando que es el proyecto más interesante del mundo: una llave de esperanza global.
¿Hay un antes y un después del 8-M?
Dimos un paso de gigante. Es el ejemplo clarísimo de algo que empieza a atraer tanto a la gente que hasta los adversarios políticos tienen que unirse. Fui feliz (risas).
¿Carmena como primera presidenta del gobierno?
No estaría mal. Aunque no sé si querría. Aún estamos acabando de convencerla para que se vuelva a presentar al Ayuntamiento de Madrid, así que no sé si a lo otro querría.
¿Tres feministas que te hayan influido?
Judith Butler, porque es radicalmente subversiva y te obliga a repensar lo que es ser un hombre o una mujer. Nancy Fraser, porque es una de las mejores representantes del feminismo anticapitalista. Y Celia Amorós en España, que revisa la filosofía en clave feminista.
Beyoncé y su 'girl power', ¿bien o mal para el feminismo?
Bien, pero si conseguimos aprovechar su tirón para hacerlo más radical, mejor. Necesaria pero insuficiente. Tiene muchas posiblidades, pero hay que aprovecharlas.
Camiseta de Zara con lema feminista, ¿sí o no?
Depende. Si es solo un revestimiento y un lavado de cara de la empresa, mal. Si conseguimos las feministas sumarlo a la causa, mejor. Si a las chicas que compran camisetas les anima después a seguir con su interés por el feminismo y a leer sobre ello más, bien.
50 sombras de Grey, ¿bien o mal?
Depende. Tiro al no. Es malo y machista. Pero hay que saber ver su ambivalencia y los efectos inesperados que provoca: como la reaparición del deseo de las mujeres de leer buena literatura erótica, que hizo que se reeditase 'La sonrisa vertical'. Rebusquemos también en las paradojas de las cosas ambivalentes que no nos gustan.