'Te comería a versos' o las misteriosas frases que crecen en los pasos de cebra de Madrid
Lunes. Barrio de Malasaña. Madrid. Semáforo en rojo. Las noticias son grises, el cielo está cargado y la mirada vuela bajo. De pronto, unas letras blancas en el paso de cebra: 'Te comería a versos', dice el asfalto. Un segundo de sorpresa. Sonrisa. Mirada al cielo. Otra chica que espera a cruzar la calle saca el móvil para hacer una foto. Me pregunto con quién querrá compartirlo. Y también a quién debemos darle las gracias por volver el día un poco más humano. La poesía toma la ciudad.
Este párrafo describe un hecho verídico. Sucedió hace unos días y desde entonces al centro de Madrid le han crecido, como setas creativas, mensajes evocadores en los pasos de cebra: 'Mi más sentido bésame', 'Perdona rápido, agradece lento', 'A veces reírse es lo más serio', 'Te haré el humor hasta llegar al orgasmo', 'No hay mejor skyline que verte tumbada', 'Fuimos a hacer el amor y parece que volvimos de la guerra', 'No hay imposibles, solo improbables'… Y así hasta veintidós, aunque puede que el número esté aumentando mientras esto se escribe. La pregunta es obligada: ¿quiénes son los artífices de este acto de amor a Madrid?
Todo este emotivo experimento nace, crece y se reproduce gracias a Boamistura, un grupo de arquitectos, diseñadores e ilustradores nacidos en la 'capi' que ya han llevado su arte a las favelas de Brasil, los 'doodles' de Google y los barrios de Sudáfrica, Panamá, México, Georgia o Argelia. Colaborando con ellos en esta ocasión, las sugerentes palabras del cantante Leiva y el rapero Rayden, amigos desde hace tiempo.
Si jugamos a detectives y ponemos chinchetas en el mapa, los puntitos ocupan casi todo el círculo central madrileño. Quizá hayas tenido ya la oportunidad de sorprenderte si eres una de las miles de personas que cada día cruzan decenas de calles de camino al trabajo por Castellana, de cañas cerca de Gran Vía, hacia los puestos de flores de Tirso de Molina, el mercado de Tribunal, en busca de las aceitunas de anchoa del Rastro o los domingos en La Latina, quizá un vermut de la Almudena, los bancos del Dos de Mayo y los colores de Chueca. El paso de cebra como oportunidad para los sentimientos.
Las redes, ese otro ecosistema en la nube, ya están empezando a arder. Entre los que han compartido las fotos del suelo está Dani Martín, que también se ha conmovido con la iniciativa: "#Vandalismosentimental Ojalá que los que permiten hacer o no hacer esto practicaran más este tipo de vandalismo! Madrid bonito", ha escrito en Instagram. Es uno de los más conocidos, pero el único: "Me mandaron esta foto hoy, responsables de mi sonrisa los @BOAMISTURA #amArte”, dice una tuitera. Quién sabe, quizá sea importante para alguien del primer párrafo.