Esmeralda Moya vive estos meses entre Madrid y Santander. Y está muy contenta. Dice que así puede unir sus dos grandes pasiones, la interpretación y la familia. Después de grabar a orillas del Cantábrico con Jon Kortajarena la serie de intriga 'La verdad', su vuelta al 'prime time' de Telecinco, pueden aprovechar los tres para visitar a los abuelos de Bastian (su marido, el actor Carlos García es cántabro). Y ya de paso, hacer surf en el Sardinero, uno de sus retos de este año. Hablamos con ella sobre su trabajo, su tatuaje nuevo y la maternidad. Algo esencial para ella y que, dice, "te coloca mucho todos los sentimientos".
¿Cómo va el rodaje de 'La Verdad'?
Muy bien. Estoy muy centrada en este papel, yendo y viniendo a rodar en Santander. No puedo contar mucho, pero te diré que hago de la novia de Jon Kortajarena y le ayudo a solucionar un caso concreto. Ahí lo dejamos. Habrá intriga, suspense y mucha investigación, iremos tirando del hilo poco a poco para desenredarlo todo y saber… 'la verdad' (risas).
¿Qué tal con Jon?
Muy bien, hace como 15 años que nos conocemos, porque yo empecé como modelo y coincidimos en varios proyectos.
¿Te apetece volver a 'prime time'?
Mucho, sobre todo después de ser mamá de Bastian. Me apetece muchísimo esta serie, tengo unas ganas locas.
¿De dónde viene el nombre?
De Sebastián, que a mí me gusta mucho. Y luego dijimos ‘Sebas’, pero no nos acababa de gusta. Pero Bastian sí, y también por ‘La Historia Interminable’. Le pega mucho el nombre, le acompaña mucho, porque es muy imaginativo y le gustan los cuentos y le encanta la música y tocar instrumentos.
¿Qué toca?
Ahora le ha dado por la armónica. A mi marido [Carlos García] le gusta mucho la música y tenemos por casa varios instrumentos. Un pianito que soplas, la guitarra, la armónica… y él lo ha visto desde muy bebé y lo coge y experimenta.
El gen creativo sí que lo tiene en casa con dos padres actores…
¡Sí, teatrero es un rato! ¡Para eso tiene tres años! Pero que se dedique a lo que más feliz le haga. No voy a poner impedimentos a nada, su padre y yo le vamos a apoyar en su vocación. Nosotros tenemos la suerte de dedicarnos a lo que más nos gusta y muy poca gente puede decir eso hoy en día.
¿Os ayudáis a pasar el guion en casa?
Mucho. Nos entendemos muy bien. Pasamos texto juntos, nos entendemos los horarios, los rodajes son muy largos, las obras son en días que la gente tiene ocio… Pero aparte de eso, jamás hablamos de trabajo en casa. Y no hemos pactado nada, surgió: la casa se queda como momento de descompresión.
Cuando os coinciden obras y rodajes, ¿cómo os organizáis?
Tenemos mucha suerte, él es de Santander pero yo soy de Madrid y mis padres viven cerca. Así que se lo dejamos a ellos. También es verdad que intentamos estar todo el tiempo posible con el niño, pero porque nos gusta mucho. Para eso tienes un hijo, para criarlo tú, disfrutarlo tú, educarlo tú…
¿Qué te parece lo más difícil de ser madre?
Parece una tontería, pero nada se te hace difícil. Hay veces que es verdad que si llegas muy cansada es más complicado, pero ni los madrugones ni nada me cuestan mucho.
¿Nada?
Soy todoterreno. Ser madre es lo mejor que he hecho: ¡Bastian me da mucha fuerza! ¡Y muchas ganas! Todo me parece positivo, la verdad… Cogerle en el cole, ir al parque, todo me gusta.
¿Cómo te definiría en tres adjetivos?
Pues como es una virgo: ordenada, presumida y trabajadora, porque tengo como ansiedad enorme por aprender de cada cosa que hago. No sé si es por esta etapa de los treinta, porque a los veinte no me pasaba, pero es como si tuviese unas ganas enormes de vivir desde que soy madre.
¿Crees que es por eso?
Diría que sí. Te posiciona. Te coloca mucho todos los sentimientos.
¿Qué significa el tatuaje de tres corazones de la muñeca?
Quería acabar mis 30 años simbolizando los tres amores que formamos mi hijo, mi marido y yo. Me apetecía hacer algo simbólico, aunque el orden de los factores no importa. También es tres corazones por los treinta años. Llevaba tiempo pensándolo, pero como estaba en moda, me decían que no me lo hiciese. Siempre he contado con todo el mundo para hacer algo, pero esta vez no, esta vez decidí hacer algo porque me apetecía sin más. Al fin y al cabo no hago daño a nadie. ¡Esta vida solo se vive una vez y nadie la va a vivir por mí!
¿Ese propósito ya te lo has incorporado?
Sí, soy muy de propósitos y de retos. De repente me apunto a una carrera de 10 kilómetros, un curso, clases de voz… Me gusta tener objetivos a medio y a corto plazo… porque si te los pones a largo plazo, de repente tu felicidad depende demasiado de eso. Así voy sintiendo que puedo, aunque la verdad es que en el trabajo no puedes hacer eso, porque no depende de ti y hay muchos filtros previos. Es mejor ocuparse que preocuparse de lo que va viniendo. Si no, es un sin vivir.
¿La maternidad fue otro reto?
Mi hijo es lo mejor del mundo. Es un regalo. Nosotros siempre quisimos ser padres y al mes y medio de casarme ya me quedé embarazada.
Dicho y hecho…
Por qué no. En nuestra generación ponemos a veces demasiadas excusas. Si te quedas embarazada con curro, porque tienes. Si no tienes, porque cómo te vas a quedar embarazada cuando están a punto de ofrecerte algo… Hay que lanzarse. Entiendo que ahora las cosas son complicadas y te lo piensas porque hay que mantenerle y no es fácil, pero en la época de mis padres y de mis abuelos se sacaba todo adelante. Cuando tienes un hijo haces todo lo que está en tu mano para que crezca bien. Muchas veces me olvido de mí, aún sin querer, para dárselo todo a mi hijo.
¿Queréis tener más?
Sí, aunque no sé cuándo. Lo mismo espero tres años. Cuando tenga 33 o así.
¿Nunca le muestras en redes?
No, nunca. Es una decisión muy personal, no me parece tampoco mal. Que cada uno haga lo que quiera, nosotros decidimos que no porque queríamos que fuese totalmente anónimo. Ya si más adelante se dedicase a algo público, que lo haga él.
¿Habéis sentido la presión de los medios?
Siempre he sentido que me han tratado con cariño. Si tratas a la gente con respeto, te tratan igual. Siempre ha sido una cosa muy cordial. Nos debemos al público también, y nos tenemos que sentir agradecidos porque el 50% de nuestro éxito es gracias al público. Pongo un límite y nunca me lo han sorepasado: igual he tenido suerte, no lo sé. Cuando di a luz, veía a los fotógrafos día y noche esperando, así que cuando salí les agradecí su atención y posé un momento con el niño con la cara tapada. Estaban haciendo su trabajo y ellos tampoco se acercaron a sacarle de cerca.
¿También tienes un blog?
Desde hace un año emprendí la aventura del blog yo sola. Y me va muy bien, porque me gusta mucho tener contacto con mis seguidoras casi a diario. Hago muchas quedadas con ellas. Por ejemplo un ‘beauty exprés’ o unas clases de yoga al aire libre o patinamos: pongo la fecha con dos meses de antelación y ellas se van apuntando. Ya vamos por la quinta. Somos con una pequeña familia.
¿Haces surf?
Sí, otro de mis retos de este año. ¡Y en Santander además! Eso sí que es un reto…