Federico Moccia: “Quiero que Mario Casas vuelva a ser 'H' en el final de mi trilogía”
Te sonará por su novela 'Tres metros sobre el cielo'. O por 'Tengo ganas de ti'. O, si no has leído los libros, por la mítica escena en la que Mario Casas, encarnando a 'H', un adolescente rebelde y enamorado, atraviesa en moto la ciudad llevando detrás a María Valverde con los ojos vendados. Federico Moccia ha vendido 2.5 millones de libros y ha llevado al cine a 3 millones de personas, convirtiendo su saga en el fenómeno fan-romántico (e italiano) más importante de los últimos años. Ahora ha estado en España para rematar con 'Tres veces tú', la última entrega de esta trilogía, en la que los personajes han crecido, ya trabajan y buscan tener familia. Y sí, sabe que Mario y María se enamoraron durante el rodaje, y también que lo dejaron unos años más tarde... pero les quiere a ambos, juntos de nuevo, en la gran pantalla.
Dice que es 'el desenlace de la historia de amor más grande de todos los tiempos'...
Para mí lo es. Es mi historia, de hecho. El primer libro es lo que yo viví con 18 años: fue lo más importante del mundo, no hubo nada comparado. El segundo fue del reencuentro unos años después. Y ahora el tercero, bueno, va de esos mismos personajes en la edad adulta, en la que las prioridades cambian.
¿Tú te enamoraste como Hache?
Sí. Más.
¿Qué dijo ella cuando lo leyó?
Nos reencontramos varios años después de dejarlo. Dijo: 'me ha gustado mucho el libro, pero la protagonista no se parece para nada a mí'. Y yo me pregunté: '¿pero con quién he estado yo cinco años?’. Y he entendido que cuando uno está enamorado ve a la persona solo a través de sus ojos. Se la imagina, la sueña, la adivina… pero no es ella, son tus ojos, el amor que tu pones en ella.
¿Seguís teniendo contacto?
Afortunadamente no.
¿Habéis rehecho la vida por separado?
Cuando era un chaval pensaba que toda la vida iba a estar con ella, pero no. Estoy casado y tengo dos niños pequeños con una mujer maravillosa.
¿Te esperabas este éxito de la trilogía?
Para nada. Yo escribí el primer libro para liberarme de esta historia. Estuve fatal durante un año y medio. Tuve un desamor horroroso. Si lo has probado, lo sabes.
¿Todo el mundo ha tenido al menos uno, no?
No lo sé, es muy subjetivo. Depende de cuánto uno ama y de la personalidad. No puedo decir que mi dolor es más grande que el tuyo porque es inimaginable lo que uno siente. Es irrepresentable.
¿Cómo es el desamor para Moccia?
Algo desgarrador, obsesivo (siempre recordando la misma escena y la misma frase) y placentero, de algún modo.
¿Hay cierto placer en el dolor entonces?
Sí, es terrible (risas). Incluso en el sentirlo físicamente. Yo lo pasé muy mal: me acuerdo que una mañana me llevó mi padre a dar un paseo para que me airease y le dije: 'mira, están cantando los pajaritos'. Y mi padre respondió: 'Bien, menos mal, estás mejor' (risas).
¿Podemos decir que tú has sido el Mario Casas en la realidad?
Claro que podemos decirlo. ¡Y me encanta Mario, qué tipo! También su cabeza, es una persona divertida. Es muy difícil encontrar un cuerpo así de bello y que por dentro es también así de despierto. Me encanta su espíritu y su curiosidad.
¿Te gustaría que Mario fuese el protagonista también de la tercera parte?
Por supuesto, me encantaría. Quiero que Mario Casas vuelva a ser 'H' en el final de mi trilogía. Ya estamos negociando los derechos en Italia, a ver si hay suerte y se hace también en España. Además ahora él ha crecido y puede ser una prueba magnífica para él como actor.
Dijo que 'Tres metros sobre el suelo' fue el mejor de su carrera…
Es que fue perfecto para él. Para su momento, para su vida, para su carrera…
¿Sabes que se enamoró de María Valverde, la protagonista, también en la vida real?
Lo sé, lo sé… Y también que luego lo dejaron. Sería perfecto ahora mismo, que también lo ha dejado con la chica con la que estuvo después. Estoy al tanto.
¿Qué Mario nos encontraríamos en esta tercera entrega?
Uno crecido. En otro momento de la vida. Pasó el periodo de juventud, el de universidad y ahora llega el del trabajo y la familia. Todos han subido un escalón. Y él ha tomado una decisión importante y está muy satisfecho con su madurez y con su pareja nueva, a la que ama. Ha hecho tanto de todo, que está en otro momento y buscando otras cosas.
¿Y el amor lo sentirá diferente?
Claro, de un modo más constructivo. Nos digo que ahora sea un contable del sentimiento, pero quiere otras cosas. Ya no atraviesa la ciudad solo para ver a su amada un minuto: ahora prefiere más la calma y está tranquilo con su nueva pareja. Fue mi vida con 26 o 27 años, cuando empecé a trabajar en la televisión y conoces gente nueva que te cae bien y mal y poco a poco te construyes un espacio. Pero luego alguien vuelve y tienes que mirarte dentro…
¿Es el libro de ponerse a prueba entonces?
Inevitablemente. Los problemas no se resuelven ignorándolos, sino afrontándolos.
¿Te da pena acabar la trilogía?
Muchísimo. Este es el libro que me ha hecho sentirme peor, he sentido un bajón. Hay además una decisión que, bueno, no puedo contar, pero vino de un modo natural y me ha tocado mucho… Pero diré que me gusta lo generosos que se hacen los personajes finalmente. Uno de ellos llega a la conclusión de que si no puede tener al otro, al menos puede ser feliz con su felicidad. Amas de verdad cuando su felicidad es una prioridad.
¿Es una de las definiciones del amor, no?
Bueno… depende. Nadie es así de generoso…
¿Seguro que no?
No lo creo. Lo ves como una derrota personal, no como una grandeza. Se suele 'obligar' a ser algo más infeliz, pero contigo.
¿Tu mujer ha leído los libros?
Está en ello, tenemos dos hijos pequeños y estamos a tope. Mi hermana Valentina sí, fue la primera. Me escribió una crítica que me divirtió mucho, porque reconoció muchas escenas comunes y cenas que hemos vivido. Ella es muy severa, otras veces me ha dicho que se ha aburrido… pero en este ha dicho que le ha encantado... y que lloró mucho al acabarlo.