Hugo Silva: “El ego del actor te hace sentir a veces como un dios y otras como un perro”
Hugo Silva no puede vivir sin sus gafas de sol. Hubo un tiempo en el que se compraba un par cada mes (él mismo dixit), pero ahora está más "tranquilo". Se las pone en los huecos entre las entrevistas, como si quisiese dejar de ser visto. Tiene por delante un intenso día de promoción de 'Dioses y Perros', la película en la que un chaval de barrio, un boxeador que ha tocado fondo, vuelve a tomar el pulso a la vida gracias al enérgico personaje que encarna Megan Montaner, radiante con un vestido de flores esta mañana.
Hemos quedado en una sala de cine, a estas horas desierta de espectadores. Por los ventanales del fondo entra un sol potente y los pasillos están oscuros. Los dos actores aparecen a contraluz. Hugo se quita las gafas y se sienta junto a Montaner. Sabe lo que responder que sume a la película, pero ni una frase más allá que pueda dar lugar a un titular privado. Megan, tampoco. "¿Lo de las portadas? Pues lo llevo como siempre, no voy a dejar de salir aunque quiera, así que relativizo", dice Hugo en un momento. Además, repetirá varias veces lo importante que es para él la lealtad, "esa familia que uno va escogiendo".
-Desde la primera escena se ve que tu personaje recibe de la vida golpes duros… y que se queda noqueado hasta que el personaje de Megan llega a salvarle...
Hugo: Es un tipo que vive en el autocastigo para limpiar su alma, que está llena de culpa. Esa dinámica no da pie a evolución ninguna. Así que tiene que venir el personaje de Megan a salvarme y sobre todo a que comience a ocuparse de sí mismo, porque se ocupa de todos menos de su propia vida.
-¿Qué partes de ese personaje tienes tú?
Hugo: Las circunstancias del personaje no son las mías, pero sí es cierto que tiene un sentido del humor y unos orígenes muy cercanos. Me ha dado la oportunidad de volver a mi juventud y agarrar el personaje por ahí.
-¿Volver al barrio?
Hugo: Sí, yo soy de barrio, como él. Tengo ese rollo. Ese sentido del humor que se ríe de tu sombra. Volví con los colegas y a mirar para atrás.
-¿Y el sentimiento de amistad que se respira?
Hugo: Sí, tiene un sentimiento de amistad muy potente. De lealtad hacia los suyos. Eso me gusta mucho. Y de alguna manera yo también lo tengo: hay amigos que se convierten en familia a lo largo de la vida y me gusta porque los eliges tú y vas evolucionando con ellos. Con los míos estoy a muerte.
-¿El personaje de Megan es más optimista, no?
Megan: Sí, los polos opuestos se atraen. Mi personaje es una loca enérgica, un remolino que le da chute de alegría y que necesita un poco de la serenidad que Hugo le da. Ella es esperanzadora, vitalista e intenta buscar más las soluciones quedarse en los problemas anclada.
Hugo: Sí, mi personaje es más de quedarse en los problemas.
-¿Y tú, Megan, qué parte tienes de tu personaje?
Espero no ser tan verborreica, pero sí tengo la parte enérgica y optimista.
-¿Ha habido química a la hora de trabajar los personajes?
Hugo: Ha sido muy fácil. Hemos trabajado desde el principio con mucha improvisación y la magia de este trabajo es que te pones a trabajar y de repente fluye.
Megan: Todo ha ido saliendo, no hemos tenido ningún problema en pillarnos el punto.
-Hugo, cómo te has preparado la parte física de ese boxeador de extrarradio…
El guión me llegó un mes antes de rodar, así que fui directo a Jero García, un boxeador profesional ahora retirado que nos entrena a muchos actores a la hora de enfrentarnos a diferentes papeles de boxeo. De todos modos yo no partía de cero, había hecho ya algo de artes marciales. Me metí a saco. Empecé a entrenar incluso los días que rodábamos. El entrenamiento me daba mucha información física del personaje y de ahí he tirado mucho a la hora de interpretar.
-Vuestros personajes se conocen en una parada de autobús… ¿en qué sitios curiosos habéis ligado?
Megan: (Risas) Yo soy bastante clásica. De citas muy normales, vamos. Miraditas ya es otra cosa… eso siempre está.
-Hugo, ¿cómo ha sido la experiencia de dirigir un corto?
Sí, ha sido una aventura muy enriquecedora porque he aprendido mucho sobre cómo somos los actores desde el otro lado. Ojalá no sea la última, pero no puedo contar nada del argumento porque estamos ultimando el montaje.
-¿Cómo lleváis salir en portadas cada dos por tres?
Hugo: ¿En las portadas? Pues lo llevo como siempre, no voy a dejar de salir aunque quiera, así que relativizo".
Megan: Siempre hay que relativizar... si no, puede ser bastante duro.
-¿Nuevos proyectos?
Megan: Tengo una comedia por estrenar en breve… tenía ganas ya de cambiar el registo de drama y época y me lo he pasado muy bien con una dosis de humor.
Hugo: Tengo bastantes cosas. El estreno de ‘Musarañas’, la mini serie para tele ‘Los Nuestros’, una obra de teatro con Inma Cuesta, mi corto…
-¿Y tenéis tiempo para vosotros?
Hugo: Como todo el mundo. Todo lo que estoy promocionando ahora es un trabajo hecho el año anterior. Hay un tiempo para todo. Y ahora no te crear que se ponen en pie tantos proyectos, así que hay que aprovechar todo lo que va viniendo.
-¿Cómo es un día perfecto cuando no estáis trabajando?
Hugo: Para mí, pasar tiempo con los míos.
Megan: Yo en cuanto puedo me escapo al monte, con mis perras. O paso un día tirada de peli y tapeo. Vamos, lo normal de gente normal.
-La película habla de gente que vive muy bien y otros que son un poco machacados por la vida. ¿Vosotros os habéis sentido así, a veces dioses y a veces perros?
Megan: Todos nos hemos sentido a veces dioses y a veces perros.
Hugo: Sí, el ego es algo con lo que trabaja el actor y es muy traicionero. Cualquiera que se suba a un escenario y encima no esté muy a disgusto allá arriba tiene un ego potente. El ego del actor te hace sentir a veces como un dios y otras como un perro.
-Vuestros personajes tienen un sueño muy concreto, ¿vosotros también?
Megan: La verdad es que no sueño con nada en concreto… solo me gustaría estar orgullosa cuando pasen los años de lo que he hecho. Que los míos y yo miremos atrás y estemos satisfechos con el camino recorrido.
Hugo: Antes soñaba con irme fuera y hacer tal o cual cosa, y aún me apetece (risas), pero sobre todo de un tiempo a estar parte sueño con que aquí se haga buen cine. Que entre todos creemos una industria potente y que todos podamos trabajar en proyectos de calidad que se vendan fuera.