Jesús Castro: "Tengo un radar para saber si le gusto a una chica por mí o por la farándula"
Dice que es un "malo-bueno". En la pantalla y en la vida real. Y que eso les gusta a las chicas. Ya se sabe: "a veces me mola romper un platito que otro… aunque luego los recojo del suelo". Jesús Castro ha crecido desde que llegó, miró y taquilleó con 'El Niño'. Por el camino hasta 'Perdóname Señor', la serie de Telecinco en la que ahora comparte plano con Paz Vega, ha aprendido a interpretar el mundo al que se consagra. O lo que es lo mismo: la fama, las críticas, lo que parece y lo que es. Ahora se pone "los cascos en vez de leer los tuits" y tiene incluso "un radar, que no me suele fallar, para saber si le gusto a una chica por mí o por la farándula y la foto". Le preguntamos más sobre cómo funciona ese sensor y sobre su madre, que está "muy orgullosa" desde que el gaditano le da primeros planos en vez de disgustos.
¿Qué vorágine de vida últimamente, no?
La verdad es que sí, ha sido un cambio tremendo… No hace mucho que empecé en esto, pero si miro hacia atrás me parece que ha pasado una eternidad. Sobre todo porque he vivido muchas cosas en poco tiempo. ¡Hace tres o cuatro años del Niño solo y me parece una década!
¿Una cosa que hayas aprendido?
A tener paciencia. Cada seis de enero le pido a los Reyes más.
¿Tu madre está contenta?
(Risas) ¡Mucho! Y eso es una de las cosas que más contento me pone a mí. Lo mejor de mi momento de ahora mismo es cómo me miran mis padres al llegar a casa. Yo no era el mejor estudiando y daba algún disgustillo y ruido que otro. Cambiar las penas por ese brillo en los ojos, no tiene precio. Dejaría todo solo porque eso se mantuviera.
¿Cuándo vas a hacer de bueno?
Me apetece muchísimo. Pero cuando me dicen que si me estoy encasillando, yo respondo que bendito encasillamiento. Al final yo lo que quiero es trabajar, y pocos privilegiados pueden en este mundo. Si encima es en lo que te apasiona, pues mejor que mejor. Yo me considero un suertudo. Así que lo que no voy a hacer es decir que no a un contrato de prota por si acaso me encasillo. ¡Bendito!
¿Los malos son más sexies?
Tienen un puntito que arrastran más que los buenos. Al final lo malotes-buenos tienen un algo que a las chicas les gusta más. ¡Es que los buenos son muy aburridos! Ya sabes lo que vas a hacer todo el día: playita y todo súper bueno… Con uno más malote, vives más al límite.
¿Cómo es un malo-bueno?
A ver, que sea malote (no el típico que no ha roto un plato nunca), pero a la vez buena persona. No pavito.
¿Tú eres…?
Desde luego no de los aburridos (risas). A veces me mola romper un platito que otro. Luego los recojo del suelo, eso sí, pero los parto. ¿No te digo que soy bueno?
¿Es difícil saber cuándo le gustas a una chica por ti o por todo el resto?
Mucho. Es complicado. Antes, para conocer a una chica, pues iba allí y ya está. Pero ahora tengo que tener más cuidado porque no sabes por dónde va ella. Si le gustas porque sí, por el ser humano que soy, o por todo lo que lleva mi trabajo. O si le gusta la farándula y quiere una foto como sea para venderla luego por ahí. Al final al amor hay que ir sin desear nada, sino que todo vaya fluyendo. Me da pena estar con la mosca detrás de la oreja todo el rato, pero igual te digo que tengo un radar.
¿Cómo funciona?
Normalmente basta con mirar a los ojos y hablar: ahí se ve todo. Me equivoco muy poco, la verdad. Alguna vez me fallará y patinaré, pero hasta el día de hoy me ha ido muy bien.
¿Tu hermano quiere ser actor también?
Mi ‘bro’ tiene 18 años y tengo una hermana que hace la comunión este año. Está pensándoselo, pero ha descubierto que no le gusta mucho actuar después de hacer un cameo en ‘Perdóname señor’. Monté un pequeño pub en Vejer que se llama ‘El rincón del Niño’ y lo lleva con mi padre.
¿Te dijo por qué no le gustó?
Cuando le ponían la cámara cerca no se sentía nada cómodo. Es normal, sentirse observado no es tan fácil de llevar como parece. Le gusta pasar desapercibido y no llamar la atención. Encima con esto de que nos parecemos, porque es verdad que somos como dos gotas de agua, en cada fiesta del pueblo le persiguen las niñas. Y lo pasa mal porque es muy yo: no le gusta esto de ‘yo soy tal’. Así que le preguntan y él miente: ‘qué va, hombre, me parezco pero no soy su hermano’ (risas).
¿Notas si te miran?
Todo el rato.
¿Qué tal lo llevas?
Hay un punto de incomodidad, pero me pongo mis cascos y que miren y que digan. Eso siempre va a pasar, así que yo me voy a mi mundo. Escribir un tuit en una pantalla es muy fácil Y la gente es súper valiente detrás de un ordenador… Antes me alteraba, pero ya no.
¿Un deseo?
Dos: seguir teniendo oportunidades en este mundo y que mi familia siga como está.