Niña Pastori: "Mi hija mayor me ha compuesto el single del disco con 10 años"
A la Niña le han traído un calzado del 37 para el día de promo. Y usa un 39. Así que lo aguanta a ratos y nos recibe descalza en la sede de Sony, en la madrileña calle de la Castellana. Pide disculpas y se parte de risa. Eso marcará la entrevista, muy de estar por casa espontáneamente. Y se agradece, porque lleva varias desde esta mañana y salirse del carril siempre trae otra temperatura a la charla. La de 'Cai' (seguro que ahora estás acabando el verso: 'en la madrugáaa') estrena 'Bajo tus alas' un disco especial, en el que su niña Pastora, que se llama así por la abuela Pastori, la de la Isla, ha compuesto el tema principal con apenas 10 años. Con algo de ayuda de su padre, eso sí, el percusionista Julio Jiménez Borja, 'Chaboli', hijo a su vez de Jeros el de Los Chichos, que le ha dado el ritmo. Un entramado familiar lleno de duente y gen flamenco, con el que han querido colaborar otros grandes amigos: Pablo Alborán, Manuel Carrasco y Vanesa Martín cantan a dúo con esta artista, que fue 'descubierta' por Camarón, lleva una carrera de tres décadas y ha vendido más de dos millones de copias.
¿Cómo hay que llamarte?
María está bien, así me llaman mis amigos y familia.
Poca gente sabe que tu nombre es María Rosa García García
Es que mi nombre profesional es por mi madre, Pastora, que iba a cantar por San Fernando y los pueblos como Pastori de la Isla. Yo la acompañaba desde muy chica, mucho antes de los 8 años que empecé a cantar enfrente de la gente, y ya se me conocía como por la Niña de la Pastori.
¿Aprendiste a cantar mirándola?
Eso es, a ella. Somos cinco hermanos, todos varones y mayores, y mi madre tiraba mucho de mí mientras ellos se quedaban en casa con la Tata que los cuidaba, la hermana de mi bisabuela. Ella dice que yo no me dormía, que aguantaba, y que por eso me llevaba. Me críe en ese ambiente y en esa tierra, escuchando mucho cante. Va en el gen. No he podido crecer en otro sitio mejor para mi música. Se aprendía viendo en directo en las peñas y ensayando en el patio de casa. Cante, baile y toque. Cuando tenía 8 añitos me quise presentar a un concurso porque había un premio de 25.000 pesetas y yo quería una bici. Le dije a mi madre que si me dejaba presentarme para comprármela y ella dijo: ‘¿tú? ¿tú cuándo has cantao?’. Y allí que la canté y me llevó a un sitio de flamencos a ver si seguía el tono. Le dije: ‘pónmelo a cinco por medio’ y todo el mundo se quedó muy sorprendido de que supiese eso. Y sí, gané el concurso. ¡Y me compré mi bici! (risas)
Camarón también se sorprendió…
Me presentó en el Teatro Andalucía, en Cádiz, cuando tenía 11 años. Fue un momento mágico. Y súper importante en mi vida.
¿Lo recuerdas bien?
Perfectamente. Además pasé el día entero con él, fuimos a su casa, se despertó, fuimos al teatro y cantó impresionante ese día. Siempre cantaba el mejor, pero ese día especialmente le cogió muy bien y fue impresionante. En mitad paró y dijo que iba a salir una niña de su tierra, que era yo. Canté dos o tres cositas delante suyo… y eso se queda en mi recuerdo.
¿Es el mejor para ti?
Es lo máximo que hemos tenido en el flamenco. No ha habido nadie como él, ni va a haber. Habrá otro, y otro que lo haga muy bien, pero no un Camarón. Un Camarón no vuelve.
¿Por qué?
Era un artista perfecto en lo suyo. En el cante flamenco, que no tiene nada que ver con otra música, era perfecto. A ver si me explico. Así a lo sencillo, para explicártelo, el resumen es que es muy difícil poner compás y estómago. Hay cantaores que clavan muy bien las cosas que no requieren mucho ritmo, pero luego si le metes ritmo ves que flaquean. O al contrario: cantan muy bien los cantes rítmicos, pero si le metes algo de estómago, no va. Camarón lo tenía todo: lo que cantase iba perfecto.
Otro momento clave fue cuando Alejandro te apadrinó
Mira, tengo mucha. Muchos artistas buenísimos han querido compartir su música conmigo. Eso es un honor. Y Alejandro es que es como familia. Nos queremos mucho y tenemos el mismo sentido del humor.
¿Por qué este título de 'Bajo tus alas'?
Tiene un significa más allá de lo obvio. El tema que da nombre al disco está compuesto por mi niña mayor, Pastora, y me identifico mucho con la melodía y la letra. Lo empezó con una conversación que teníamos su padre y yo por casa, y ella estaba poniendo de lejos su oído, y surgió en un momento muy de verdad y expresa mucho de lo que siento.
¿Se puso a componerla sin más?
Pastora es una niña muy especial. Es muy sensible ya a sus 10 años y le gusta mucho leer y escribir. De repente ve una situación y escribe una carta a mi madre o le deja una nota a alguien de la familia. Y vino con un papel con la letra escrita. Nos emocionó mucho a su padre y a mí. Estábamos hablando de que hay muchos músicos de corazón puro que no tienen las alas o los medios para estar donde realmente merecen. Y otros que sí, aunque tengan menos talento. Esta profesión es complicada: una imagen o un estilo de moda te puede dar un éxito que no tienen músicos de verdad. Los tiros van por ahí. Viene uno con un bachucho y de repente es la canción más bajada y más oída. Y otras que escuchas una que te encoge el alma y nada. Es una responsabilidad para mí inculcar en los niños lo que es la buena música.
¿Cantan tus niñas?
Sí. Están todo el día con la música, queramos o no. Pastora también hizo la melodía del tema, aunque solo hasta la mitad. Luego le ayudó su padre.
¿Te gustaría que se dedicasen a la música?
Me da igual, no te creas que me hace una especial ilusión. Esta profesión tiene mucho sacrificio, aunque la gente crea que no. Y mucho esfuerzo. Te tiene que gustar de verdad, si no, no vales. Si lo que tienes no es puro, no sirve.
¿Tu chico va contigo de gira?
Él es mi percusionista, lo que pasa que toca piano y guitarra también. Y es el productor de mis discos. Así podemos hacer una simbiosis de lo personal y lo profesional cuando voy de gira.
¿Se os hace difícil?
Me lo preguntan mucho los amigos. Si no se nos hace complicado mezclar amor y trabajo, pero ara mí ha sido una alegría, fíjate. Porque vuelves al hotel y estás con él y puedes hablar con tranquilidad lo que te ha pasado. Al final esta vida es muy solitaria y es tu compañero y tu familia y siempre está bien tener a alguien cerquita de tu confianza. Las niñas se quedan en casa. Solo vienen a veces, si estamos cerca de Cádiz y no tienen cole. O si es verano y nos ponemos todos más salvajes.
¿Siempre te piden cantar 'Cai'?
Siempre. No puedo dejar de hacerla.
¿Amor odio?
Nooo, a mí me encanta. Me lleva a mi gente, a mi padre, a mi madre, mi olor, mis rincones. Vuelo de repente a mi tierra. Me siento súper a gusto cantándola, sobre todo si estoy lejos. Eso sí, la dejo para el final como tema estrella.
Tras Camarón, Alejandro, carrera de tres décadas: ¿Algún reto?
Me apetece mucho cantar en Nueva York, fíjate, que nunca lo he hecho. Y hacer algo algún día con Mon Laferte, que es maravillosa. Siempre quedan cosas por las que ilusionarse.