Soleá Morente: "Echo muchísimo de menos a mi padre, pienso en él cada día"
Soleá, la pequeña de los Morente, habla mucho de su padre. La mayor parte del tiempo lo hace con alegría, con orgullo, y se arranca espontáneamente a contar anécdotas. Pero hay veces que la emoción viene y se hace grande y flamenca. Como cuando explica con ojos brillantes que este primer disco, titulado con mucha intención 'Tendrá que haber un camino', le conecta también con su ausencia. Y, claro, "eso duele". "Le necesito mucho –dice-. Me gustaría contarle todo, que escuchase el resultado, que me diese su opinión. Está siendo un poco duro porque le echo muchísimo de menos y porque fue algo que empezamos juntos".
Su hermana Estrella también está muy presente en estas trece canciones. Le ha ayudado con su voz, a las palmas, todo calor. Soleá la respeta mucho, le "impone cantar con ella", dice incluso. Pero esta recién llegada, la primera de la familia en ir a la universidad, la chica independiente que ama Granada y tiene miedo a conducir, quiere buscar su "lugar propio, desde el que expresar quién soy". ¿Cómo es ese sitio que mezcla raíz flamenca con indie y pop? Lean:
¿Por qué ese título: 'Tendrá que haber un camino'?
Tenía el disco ya más o menos hilvanado, pero me costaba ponerle título porque es muy diverso. El orden de las canciones me ayudó a darle un sentido al disco, un orden global, un concepto claro. Porque mucha gente me dice, '¿tú qué eres? Esto no es flamenco, pero tampoco es indie… ¿qué es este disco?'. Y yo les digo: ‘Bueno, pues este disco soy yo: cómo me siento, lo que tengo dentro, lo que he visto, de lo que me acuerdo y lo que estoy viviendo’.
¿Entonces te sientes flamenca, indie y pop?
Mi raíz es flamenca, porque vengo de una casa muy flamenca y he escuchado el cante el baile y la guitarra desde antes de nacer. Mis bisabuelos, mis abuelos, mis primos, mis padres, mis hermanos… No se salva nadie en casa, todo el mundo es cantaor o guitarrista o tocador o percusionista. Y ‘Tendrá que haber un amigo’, el título, me ayuda bastante a definir cómo es mi momento, esa búsqueda de mi propia identidad. Ese algo que no sé lo que es, como una inquietud, una curiosidad. Me piden muchas veces que lo defina, que ponga una etiqueta a mi sonido, pero no puedo. Es muy difícil y prefiero no hacerlo.
Y con toda esa gente cantando en casa, vas tú y decides estudiar filología hispánica...
(Ríe) Sí, al principio fue muy difícil elegir. Cuando acabé selectividad toda la familia se ganaba la vida encima de un escenario, y se iban de gira y tenían bolos, y yo también quería dedicarme a eso. Mi hermana, mi padre, mis tíos… todos trabajaban unos con otros. Y mi padre me dijo, que me conocía mucho: ‘mira, yo sé que tú querrías subir a un escenario, pero esto no es tan fácil como algunas personas piensan y también se sufre mucho. Así que yo te aconsejo que conozcas la universidad, que estudies una carrera, porque la música ya lo tienes en casa cuando quieras y lo puedes incluso combinar’.
¿Eres la primera en ir a la universidad?
Sí. A mi padre le hubiese gustado estudiar, él fue muy autodidacta y fue aprendiendo de aquí y de allá. Era un hombre muy culto. Y me dijo que a él le gustaría que por lo menos yo lo hiciese. Estrella tiene su carrera musical, mi hermano estudio en el conservatorio… Fue una gran experiencia para mí y me lo pasé muy bien con él: hasta venía a algunas clases conmigo de libre oyente (ríe). ¡Estábamos muy unidos!
¿Qué clases le gustaban?
¡Todo! Le apasionaba todo porque era un hombre muy curioso. Era tan grande por esa curiosidad que le movía siempre a aprender. Hasta el último día estuvo estudiando. El concejo que nos daba era que siguiésemos formándonos siempre, que nunca parásemos, porque es la mejor herramienta para combatir. Le gustaba la literatura, por supuesto, pero también la parte de la lengua y la gramática, cuando yo le contaba de dónde venían las palabras.
¿Estará muy presente ahora que estás sacando tu disco, no?
Le echo muchísimo de menos. Mucho. Todos los días desde que se fue me acuerdo de él cuando me levanto y me acuesto. Y ahora, con el disco, más. Le necesito mucho. Me gustaría contarle todo esto, que escuchase, que diese su opinión… Está siendo un poco duro porque le echo muchísimo de menos y porque fue algo que empezamos juntos. Me apoyó mucho cuando le dije que quería grabar algo, siempre ha confiado en mí. Me quedo con un consejo que me dio: ‘lo que hagas, hazlo de verdad, porque te apetezca y te salga de forma natural, nunca forzado’. Este consejo y el de formarse son claves para mí. Le recuerdo hasta el último día estudiando solfeo con la guitarra y hasta inglés, que se apuntó conmigo a un curso.
¿Juntos?
Sí (ríe), en Granada, nos apuntamos los dos y, como viajaba muchísimo, un día me dijo que le habían dicho que no podía seguir porque tenía el cupo de faltas cubiertos y estaba muy disgustado. Yo le dije, ‘bueno, papá, relájate que es que no puedes llegar a todo, que ya haces muchas cosas’.
¿Era muy aplicado?
¡No sabes! Con mi hermano también fue alguna vez a clases del conservatorio. Mi hermano era súper pequeñito y a veces le daba vergüenza (ríe) ir con su padre a clase. Pero, claro, se hacía amigo de los profesores. Era muy responsable. Iba y estudiaba más que nosotros.
Parece que os trataba con mucho cariño.
Mucho. Era muy buen padre. Nos ha educado siempre desde la libertad. Nunca nos ha dicho: 'tenéis que hacer esto, tenéis que hacer lo otro', sino que nos daba lecciones sin querer y nos ponía el acento en que nuestra vida era nuestra responsabilidad y que él estaba ahí para lo que necesitásemos.
¿Empezaste este disco con él?
Sí, pero no este, otro que no pudo ser. Empezamos a hacer una selección de canciones: unas de él, otras que compartíamos porque nos gustaban a los dos, como 'Palabras para Julia', algunos fados, poemas a los que íbamos poniendo música… Pero no lo pudimos terminar. Y a lo largo de estos cuatro o cinco años me han pasado muchas cosas y tenía que contarlas, así que busqué otro camino.
¿Qué cosas?
Bueno, he aprendido mucho de la vida y de la música. Aprendí mucho cuando canté con ‘Los Evangelistas’, con todo esa banda y ese ruido, comprendí muy bien el concepto indie y el rock, que incorporé a mi raíz flamenca para decir las cosas desde una nueva conciencia. Y además, claro, desde que se fue mi padre soy otra persona. Todo eso me lleva a buscar y buscar un lugar propio desde el que pueda expresarme.
¿Al final este disco es un modo de estar más cerca de él, no?
Desde luego. La música para mí es un continuo diálogo con él. También la literatura. Todo lo que me emociona o me hace sentir siempre lo vinculo a él.
¿Te han criticado por mezclar indie con flamenco?
Bueno, siempre hay gente que no le gusta. Pero ni lo pienso: me he permitido la libertad de elegir lo que me hace sentir bien. Soy flamenca porque he nacido donde he nacido, pero también me interesan otros campos, que me ayudan y los necesito para poder construir mi mensaje.
Le dedicas el disco a tus padres. A tu madre le escribes: 'Mama, sin ti nada es posible'.
¡Es que es verdad! (Ríe) Mi madre es el eje alrededor del cual giramos todos en la familia. Siempre ha estado ahí como en la sombra, pero es la que manda. Además tiene un talento y una sensibilidad muy especial. ¡Para casarse con Enrique Morente algo tendría que tener también súper fuerte dentro!. Ella es bailaora, pero también canta. Mi padre decía que ella era la que mejor cantaba de la casa. Trabajó mucho tiempo en el café de Chinitas antes de casarse con mi padre. Todos acudimos a ella para cualquier lío, aunque es muy protectora y muchas veces le decimos, ‘ay, mamá’, porque está siempre pendiente. Pero luego sin ella nada es posible y tiramos de ella para todo.
Pasa mucho en las familias...
Yo no sé qué haría sin ella. Y eso que soy muy libre y muy independiente, pero sin ella no puedo. Aún vivo con ella en la casa.
¿Después de este disco te independizarás?
Estoy en ello, me iré dentro de poco.
¿En Granada o en Madrid?
Granada. Es que necesito la ciudad, me encanta y me inspira. Y también es otro vínculo de conexión con mi padre, aunque la segunda tierra de mi padre era Madrid. Yo nací en Madrid, de hecho, aunque mis hermanos sí nacieron en Granada. Así que voy y vengo todas las semanas. Tengo la espalda hasta arriba del autobús.
¿Vienes siempre en bus?
(Ríe) Sí, porque me da miedo conducir y la autovía. Tengo carnet, pero ni sé para qué.
¿Y tu hermana te ha ayudado con el disco?
Me ha apoyado en todo como una campeona. Se integra muy bien, algunas veces se presenta por sorpresa en alguna actuación y se pone a hacerme los coros. Me impone un montón.
¿Te impone cantar con ella?
Mucho. Es mi hermana, pero también una artistaza. Tiene una fuerza que respeto muchísimo. Y es súper generosa. Me ayuda en todo lo que le pido. Cuando se viene a cantar todo como que sube, se produce un subidón de energía. Y en el disco ha hecho coros, castañuelas, palmas… Y cantamos juntas la canción 'Tonto', con la Bienquerida.
Hay mucho amor en las canciones que has elegido.
¡Es que el amor es muy importante, lo mueve todo! Pero además una metáfora que me permite cantarle a otras cosas. Ese amor imposible del que hablo a veces en el disco también habla de esa búsqueda mía de un algo que no acabo de encontrar, esa inquietud por volar.
¿Cómo te ves en 10 años?
No sé dónde iré a parar. No lo pienso, me da un poco de miedo. Me gustaría ser la misma. Vinculada a la música, quizá un doctorado, retomar el disco original con mi padre que te comentaba, quizá ser madre…
¿Te gustaría?
Me encantaría, supongo que como a cualquier mujer. Pero hoy en día, ¡es que no hay tiempo! Hay que trabajar muchísimo y no veo el momento. Y tampoco he encontrado a la persona (ríe). Mientras tanto ya tengo a mis sobrinos, Curro y Estrella, que los quiero muchísimo, son mis niños.
¿Seguirán la tradición Morente?
Mi sobrina, que tiene nueve años, canta muy pero que muy bien. La escucho canciones de Adele, le gusta mucho el reggaetón, que está muy de moda… aunque algunos temas no están mal y otros me preocupan un poco que los escuche, la verdad, pero en fin. A Curro le gusta mucho la música y está estudiando batería. Queremos que alguien sea abogado y nos saque de líos, pero nada (ríe), los veo yo que también aman la música.