Vanesa Martín sabe que sus canciones han sido usadas por muchas parejas para mandarse mensajes. De hecho, algunos temas han sido un auténtico catalizador de rupturas. Pone palabras a sentimientos contradictorios y eso traduce mucho el alma. Ahora, con su nuevo disco, 'Crónica de un baile', la energía viene luminosa. A esta malagueña de 32 años no le gusta hablar de su vida privada, que está "sanota", dice, pero tira de espontaneidad y sentido del humor. Le encanta el mar, sus perras (Bongo y Carmela), el 'pescaíto' frito, el vino tinto, recordar a su abuela, las piedras azules y la música, que no dejaría por nada del mundo… "ni siquiera por amor".
-¿Tampoco por amor?
No, sin la música no podría vivir: y necesito vivir para poder enamorarme.
-¿Te ponen nerviosa las entrevistas?
Bastante.
Quedamos en la discográfica Warner, en una de las arterias madrileñas. Viene de un baño de firmas en su Málaga natal y tiene por delante una maratoniana jornada de promo y decenas de entrevistas. Su cuarto disco, de sonido más British y con un puntito indie, trae doce historias diferentes "en las que se puede ver que no soy una persona pesimista ni que se esconda: soy bastante extrovertida, muy libre y positiva. Aunque cuente una historia dramática, siempre hay un 'pues ya está, esto duele pero se suda, me rehago y a seguir para adelante", dice.
-También tienes algo melancólico…
Pues sí (risas). Y sensible. Tengo ciertos viajes recurrentes y todo lo que me ha removido he acabado haciéndolo canción.
-¿Todas las historias son autobiográficas?
¡Esa duda también se la plantea mi padre! (risas) Siempre me dice: 'no te habrá pasado todo eso, ¿no?' Hay muchas que sí, que a lo mejor me sucedieron hace tres años y ahora es cuando encuentro el lenguaje adecuado para sacarlas afuera. Pero hay historias basadas en películas, libros, en cosas que les ha pasado a amigos… De hecho ya me temen, saben que como me toquen un poco la fibra, la música va detrás.
-¿Y de este disco cuál es biográfica? ¿Cuáles son tus favoritas?
No te voy a decir cosas concretas (risas), pero inevitablemente cosas tuyas tienen que mostrarse en tu música. De las favoritas es muy difícil elegir… Quizá elegiría las que me llevan a mis momentos. Por ejemplo, yo escucho ‘Hablas’ y me remueve. Las tengo muy recientes y se me viene la imagen del momento en el que la compuse y por qué. Venía de una etapa en la que no estaba muy por la labor de enamorarme y en un momento en que parecía como que me había enganchado a alguien, hubo un momento de mareo y decidí irme. Fue un momento de decir: 'no, rompo aquí y me voy: fuera mareos'. Que puede que me vuelva a pasar y no soy yo de piedra, pero no aquel no era el momento.
-¿Eres muy enamoradiza?
No, pero cuando algo me sorprende y alguien me tira los esquemas al suelo sí me detengo a ver qué pasa. No soy de esas personas que se cierran. Pero tampoco estoy para mareos, la verdad. Otra especial es 'Polvo de mariposas'.
-¿De qué va?
No sé si sabes que las mariposas tienen un polvo en las alas que si lo tocas ya no pueden volver a volar. Hace mucho leí un cuento de un niño que cazaba una mariposa preciosa y la tenía en una urna y la miraba y la miraba y la mariposa le decía: pero déjame que vuele en libertad, si te vas a cansar de mí. Y el niño le decía: no, no. Y bueno, en esa etapa mía no estaba yo capacitada para retener a nadie. Y yo sentía que había sido precioso, pero no sentía lo que tenía que sentir, ¿qué haces cuando no estás ahí?
-¿Qué locura has hecho por amor?
¡Varias! Cogerme un coche y plantarme a las dos de la mañana en no sé dónde para dar una sorpresa a alguien. Cambiarme el AVE para aparecer un día antes… soy muy de sorpresas. ¡Me encantan! Aunque espero no llevármela yo algún día…
-¿Te ha pasado alguna vez?
No (risas), menos mal que a día de hoy no.
-¿Sabes que tus temas han servido de catalizador para muchas parejas, no?
Mucho. Y a veces para mal. Con el primer disco, como era muy triste, la gente me venía a los conciertos y me contaba que había roto con su novio al oír algunas. Me pasó mucho con 'Durmiendo sola', una de las primeras. ¡Qué de parejas me han dicho que lo han dejado con ese tema! A veces me da un poco de cargo de conciencia.
-Quizá te están agradecidos…
Espero que sí. Las cosas a veces son mejor así. Últimamente me emocionan cosas muy bonitas que me cuentan sobre los temas. Como ayer firmando, una madre me contaba que su niño de dos añitos había estado en la UVI muy malito y que le ponía mi música y el niño sonreía. Y a mí se me saltaban las lágrimas. Ahora te lo estoy contando y se me ponen los pelos de gallina. ¡Qué poder tiene la música a veces y no somos conscientes!
-¿Qué es lo primero que haces al despertarte?
Normalmente pongo música, me doy un paseo con mis perras, Bongo y Carmela, y me voy directa al desayuno: café con leche y pan con aceite, mediterránea total.
-¿Cómo es un día perfecto para ti?
Irme a la playa. Soy un animal de mar y me encanta Cádiz. Puedo pasarme horas enteras entre el kayak, un buen libro, la musiquita, el sol… Luego comer un 'pescaito' frito rico y por la tarde un concierto. Y ya luego dejarme enredar, soy muy de dejarme llevar por la energía que vaya surgiendo.
-¿Una manía?
Quedarme unos quince minutos sola en el camerino antes de salir a cantar.
-¿Una ciudad para perderte?
Florencia. O Berlín y Venecia. Italia me encanta. A Venecia fui en carnavales y por casualidad encontré en un barecito pequeño en una calle perdida en el que empezaron a sacar trombones y tambores y trompetas y acabamos cantando juntos todos. Yo me dedicaba al flamenquito. Tengo dos millones de vídeos del momento, fue muy especial.
-¿Estás muy enganchada al móvil?
Sí, a veces hasta me hago días de cura de móvil y me lo dejo en casa adrede. Este verano lo he hecho alguna vez. Llevo mis redes, así que imagínate.
-¿Un amuleto de la suerte?
Tengo piedras que de repente me sugieren algo. Me dijeron que las piedras azules son las de la voz y siempre llevo alguna. Y mis amigos me las regalan.
-¿La última vez que lloraste?
La semana pasada, con la película 'Begin again'. Salí del cine comprándome la banda sonora. Me encantó. Y por algo mío, el otro día en Málaga en la primera firma que tuvimos: ver a toda esa gente dándote su calor…
-¿El último capricho?
(Se mira las botas, negras con hebillas). Éstas y esta camiseta y un lote de ropa que me he comprado para todo este momento de la promo. Me vine arriba y ¡he renovado el armario!
-¿Un sentimiento favorito?
La alegría. Y la melancolía. Y la sensación de soledad para componer.
-¿Vino o cerveza?
Siempre vino. Soy una enamorada del tinto. Y en veranito el blanco con el pescado.
-¿Hay alguna pregunta que te gustaría que te hiciesen y nunca lo hagan?
Bueno, ahora que estamos con el disco nuevo y toda esta ilusión, me encantaría llamar a mi abuela, que falleció hace seis o siete años, y abrazarla y contarla lo bien que va todo. Es muy especial para mí…