Si tienes la piel, el bolsillo o la conciencia ecológica sensibles, es el momento de pensar en alternativas a las cremas hidratantes de bote. Entre aceites vegetales y esenciales, Juan Víquez, con veinte años de experiencia eco en productos de herbolario y responsable junto Rafael y Pablo del supermercado ecológico Bendito Alimento, nos ha guiado para encontrar las cinco mejores hidratantes naturales, nos ha contado cuáles son sus beneficios, cómo hay que aplicarlas y también en qué tipo de pieles. Además, nos han regalado tres fórmulas sencillas para hidratar la piel este verano: una relajante, otra refrescante y una tercera para todo tipo de pieles.
Aceite de coco de primera presión en frío
Este aceite vegetal está muy de moda, pero Juan nos dice que merece la fama que tiene y lo mejor es elegir uno eco como Dr. Goerg, Isla Bonita o Ecosana. Es apto para todo tipo de piel, incluso para las pieles grasas y para las sensibles. Nutre, hidrata y aumenta la elasticidad de la piel, es perfecto como bálsamo labial, para combatir el acné, las estrías y las manchas y, además, por su alto contenido en ácido láurico tiene propiedades antivíricas, antibacterianas y antiinflamatorias.
En frío su textura es sólida, pero basta el calor de las manos para que se convierta en un fluido fácil de aplicar en la piel y el cabello, donde recomienda su uso como serum en medios y puntas (basta muy poca cantidad) o como mascarilla (dejar actuar al menos una hora y lavar después con champú y acondicionador).
Aceite de Sésamo de semillas crudas
Juan me presenta este aceite, por supuesto puro como el de Marnys y mejor bio como el de Naturgreen, como un producto con propiedades muy interesantes: a su capacidad de hidratación hay que sumar otras como ser activador del bronceado. Cuenta con un factor de protección muy bajo, en ningún caso suficiente para esta época del año, aunque sí evita las quemaduras por frío. Por su alto contenido en vitamina E ayuda a combatir los efectos de los radicales libres, es apto para todo tipo de piel y muy beneficioso para el tratamiento de afecciones como la caspa o la psoriasis, que van asociadas a sequedad severa de la piel.
Combinado con aceite de ciprés ayuda a combatir la celulitis y si se añaden unas gotas de menta, se potencia con el efecto frío. Activa la circulación y fortalece las articulaciones por lo que se recomienda para aliviar el dolor de inflamaciones no traumáticas de las articulaciones.
Aceite de semilla de granada
Tan interesante como el anterior es el aceite de semilla de granada que, además de ser un excelente hidratante, por su alto contenido en ácido púnico tiene propiedades antioxidantes y antienvejecimiento y además favorece la producción de colágeno.
Entre sus virtudes menciona las siguientes: promueve la renovación celular, la regeneración de los tejidos, aporta firmeza a la piel, mejora su elasticidad, reduce la aparición de arrugas, alivia la piel sensible, es rico en vitaminas, polifenoles, minerales y nutrientes, previene la aparición del acné y trata los eccemas, la psoriasis y las quemaduras solares, alivia los dolores musculares y reduce la inflamación. Aunque no es habitual encontrarlo puro, dado su elevado precio, existen firmas de cosmética eco como Weleda que lo incorporan en algunos de sus productos.
Manteca de Karité
Este aceite es un clásico, razón por la que Juan considera necesario incluirlo en esta lista. Lo mejor es elegir marcas ecológicas como Mon Deconatur o bio como Cattier. Es más apropiado para pieles secas, para las que constituye un potente hidratante. Además tiene múltiples propiedades: es un excelente regenerador celular, protege de los radicales libres, es nutritivo, aporta elasticidad en zonas muy secas como talones o codos, restaura la estructura capilar aportando suavidad al cabello y contiene un ligero factor de protección solar que ayuda a prolongar el bronceado. Aplicado durante el embarazo, previene la aparición de estrías
Jabón de Alepo
La última recomendación que nos hace es un jabón artesanal, como los que fabrica Omamori, compuesto de aceite de oliva y de laurel, completamente natural y biodegradable. Se puede usar en la ducha diaria para hidratar todo tipo de piel, también como champú y hasta como espuma de afeitar. El aceite de oliva tiene propiedades hidratantes y antioxidantes, el laurel ayuda a equilibrar las pieles grasas y por sus propiedades antisépticas, antiinflamatorias y antisépticas, es especialmente beneficioso para pieles sensibles y para tratar eccemas, acné, psoriasis, dermatitis… Y además estéticamente es precioso.
Un regalo de despedida: tres fórmulas magistrales
Antes de despedirnos, Juan Víquez nos hace un regalo: tres fórmulas hidratantes con aceites vegetales y esenciales (100% puros como los de Marnys).
Hidratante y relajante para cualquier hora: añadir a 30 ml. de aceite de sésamo unas gotas de aceite esencial de lavanda o de azahar.
Hidratante y refrescante para las noches calurosas de verano: en 30 ml. de aceite de almendras, añadir unas gotas de esencia de limón.
Hidratante para todo tipo de pieles: mezclar 10 ml. de aceite de germen de trigo, 10 ml. de aceite de rosa de mosqueta y 10 ml. de aceite de sésamo. Si se va a hacer más cantidad, se puede sustituir el aceite de sésamo por el aceite de almendras que es más económico.
En cuanto a la caducidad, aclara que todos los aceites vegetales son muy duraderos, aunque el aceite de semilla de granada conviene conservarlo en frío.
Nos vamos del supermercado eco más bonito de Cádiz agradecidas, hidratadas y con la cesta de la compra llena.