Te interesa: cómo encontrar tu base de maquillaje perfecta
Para elegir bien la base de maquillaje es importante dedicarle un poco de tiempo a la búsqueda de la más adecuada a tu tipo y tono de piel. Además del color, son importantes la textura (fluida, compacta, en polvo…), el acabado (hidratante, matificadora, iluminadora…) y el uso (diurno o nocturno) que se le vaya a dar. Una vez elegida, cómo y con qué se aplica serán determinantes para un buen resultado.
La primera decisión es elegir la textura
Es fundamental saber el tipo de base de maquillaje que buscas porque en el mercado tienes una gama de texturas que van desde las más ligeras, que puedas extender como una crema hidratante, a las más densas y cubrientes. Se pueden clasificar del siguiente modo:
Fluida: es la más ligera e hidratante, pero la menos cubriente. Es perfecta para pieles secas y jóvenes e ideal para usar de día si buscas un resultado natural de “segunda piel”.
En crema: algo más densa y cubriente que la anterior, aunque igual de hidratante, por eso es adecuada para pieles secas y maduras.
Compacta: Con mayor cantidad de pigmentos, este tipo de base de maquillaje tiene mucha cobertura, por lo que su acabado es menos natural que el de las anteriores.
En polvo: Perfectas para pieles grasas ya que su acabado mate ayuda a controlar los brillos y el exceso de sebo.
La elección del tono
Lo importante de una base de maquillaje es que unifique el tono de tu piel, buscar la que se funda con ella y no la que te broncee o te haga parecer más pálida. Para encontrar el color adecuado debes probar la base en un lateral de la cara, cerca de la mandíbula (no en el dorso de la muñeca o en el brazo), para comprobar que la base se funde perfectamente con la piel del rostro y del cuello.
La firma de cosméticos 3INA ha facilitado este trabajo porque con the custom drops ofrece la posibilidad de crear tu base perfecta en casa añadiendo unas gotas de pigmento a tu crema hidratante o a tu base. Acertar con el color es tan sencillo como añadir más o menos pigmentos hasta dar con la tecla.
En verano es recomendable cambiar de base, no sólo porque si te bronceas debes cambiar el color, también porque la textura en esa época del año debe ser más ligera y menos cubriente.
Dime qué acabado quieres
Además de unificar el tono y de buscar un acabado mate, aterciopelado o ligeramente irisado, puedes pedir que tu base de maquillaje tenga algunos pluses:
Hidratante: si tienes la piel muy seca y necesitas agentes hidratantes para mantener la piel jugosa por más horas.
Con protección solar: especialmente indicada para llevar de día si quieres ahorrar tiempo y dinero.
Matificadora: si necesitas un extra de control de brillos.
Iluminadora: para pieles apagadas que necesitan un aporte de luz.
Efecto tensor: con activos rejuvenecedores que mejoran la firmeza.
Aplicar la base para un acabado profesional
Una vez elegida la base queda otro paso importantísimo que consiste en aplicarla en el rostro. Es necesario hablar de cómo y con qué extenderla:
El orden para aplicar la base correctamente debe ser de arriba abajo y de dentro hacia afuera, es decir, comenzar por el centro de la frente, nariz y barbilla y extender hacia las sienes, los pómulos y la mandíbula.
En cuanto al método a utilizar, depende de las preferencias de cada cual y del tipo de base elegida, puedes hacerlo con las manos, con brocha o con esponja.
Con las manos. Es la mejor manera de controlar la cantidad cuando eliges bases fluidas y en crema, además permite fundir mejor el producto al calentarlo previamente en las manos.
Con brocha. Existen diferentes tipos de brocha que se utilizan para extender los distintos tipos de base: ovalada para bases fluidas, en crema y compactas, kabuki para bases en polvo y lengua de gato, perfecta para bases fluidas.
Con esponja. Permite más cobertura que con las manos y menos que con las brochas y se pueden utilizar con todo tipo de texturas.
Lo ideal es probar las diferentes alternativas hasta encontrar la que mejor se adapte al acabado que quieres conseguir.