Si quieres impresionar en la cena de empresa, tienes que ocuparte de qué te vas a poner o de cómo te vas a peinar y maquillar, pero igual de importante es lucir la mejor de tus caras. Hay trucos y tratamientos para todas las necesidades, tanto para las pieles jóvenes como para las más maduras. Atenuar manchas o líneas de expresión, difuminar las arrugas, aportar hidratación y luminosidad son sólo algunos de los milagros beauty que aún estás a tiempo de conseguir antes de la fecha con más citas sociales y familiares de todo el año.
Primeros auxilios: limpieza e hidratación
Son los que se deben dedicar todas aquellas personas que pasan por alto cualquier tipo de rutina de belleza. Una piel apagada puede ganar mucha luminosidad con tres simples gestos que no requieren apenas esfuerzo: limpieza, exfoliación e hidratación. La limpieza es un básico sin el que cualquier otro tratamiento carece de sentido, así que es hora de tomarse en serio eso de limpiarse la cara por la mañana y por la noche y si de vez en cuando incorporas un cepillo de limpieza facial, pues muchísimo mejor.
Pero la limpieza diaria necesita ir acompañada de exfoliaciones semanales, con el fin de retirar las células muertas de la piel que impiden la correcta absorción de los principios activos de cualquier cosmético.
El tercer elemento fundamental es la hidratación, una piel deshidratada está apagada y sin vida, por eso es necesario elegir cremas que contengan agentes hidratantes como Vitaminas A y C, ácido hialurónico, aceites vegetales, manteca de karité o aguacate.
Un pasito más allá: mascarillas
Quienes cumplan al dedillo con la rutina básica pueden dar un paso más, que consiste en la aplicación de mascarillas. Las hay para cubrir todo tipo de necesidades y para todos los gustos. Las más usadas, según su formato, son en crema, en polvo, en gel, de barro y de celulosa. En cuanto a la finalidad que se persigue con su aplicación, hay mascarillas hidratantes, purificantes, relajantes, antiarrugas, desintoxicantes, astringentes, aclarantes… Déjate aconsejar y elige la o las que más te convengan para poner a punto la piel en tiempo récord.
Tratamientos para nota: microdermoabrasión
Si las mascarillas no tienen secreto para ti, es hora de darle a tu piel algunos extras en un instituto de belleza. Puedes empezar con un peeling ultrasónico o con una microdermoabrasión con punta de diamante. Ambos tratamientos son métodos mecánicos de higiene facial con los que se realiza una exfoliación en profundidad. El resultado es una piel más luminosa, pues ambos contribuyen a eliminar impurezas y células muertas, desobstruir y reducir los poros, estimular la circulación sanguínea y linfática, aportar luminosidad y mejorar la elasticidad, la apariencia tanto del acné como de sus marcas, de las manchas, las líneas de expresión y las arrugas. Además, dejan la piel preparada para la mejor absorción de los principios activos de los cosméticos, obteniendo mejores resultados con la aplicación de tus cremas.
Para una piel matrícula de honor: radiofrecuencia
Si te aficionas a la aparatología y pruebas la radiofrecuencia, no sólo vas a ser la más radiante de las cenas navideñas, sino que tu piel te lo va a agradecer y lo vas a notar muchísimo. Es la alternativa no quirúrgica para combatir la flaccidez (tanto en la cara y el cuello, como en el resto del cuerpo). Consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas que aumentan la temperatura de la piel, estimulando la producción de colágeno. Esto se traduce en más firmeza, elasticidad y luminosidad, oxigenación de los tejidos, mayor definición del óvalo facial y mejor calidad de la piel.