Si al hablar de rímel sólo tienes en cuenta precios, marcas y colores, te olvidas de lo mejor: el cepillo con el que lo aplicas. Para espesar las pestañas hay que elegir un cepillo grueso mientras que para alargarlas tienes que usar uno fino, pero no sólo de su forma, grosor y modo de aplicación dependen los resultados, también es importante cómo lo cuidas. Evitar los grumos o que se quede seco antes de tiempo tiene truco, hoy te contamos estos y otros secretos muy útiles de la máscara de pestañas y su compañero de fatigas, el cepillo aplicador.
La elección del rímel: dime qué resultado buscas y te diré qué cepillo elegir
Tubular, grueso, curvado, en espiral, alargado, de cerdas cortas… la oferta en cepillos de rímel parece infinita, así que tienes que salir a la caza y captura del tuyo con las ideas claras: ¿qué resultado busco para mis pestañas?
Un resultado natural lo consigues con un cepillo tubular, para alargar y separar, busca un cepillo cónico, si lo que quieres es longitud debe tener las cerdas largas, para espesarlas elige un cepillo grande y grueso, para dar definición lo mejor es en forma de espiral, para alargar las pestañas lo mejor es un cepillo de cerdas sintéticas, cortas y rectas, si quieres rizar y elevar elige el cepillo curvo, define las pestañas más finas con el de bola y para un efecto ‘drama’ apuesta por las cerdas largas y apretadas.
Cómo aplicar el rímel para que el resultado sea el que tú quieres
Cuando las pestañas no son demasiado espesas y buscas darles más volumen, la manera adecuada de aplicar el rímel es con movimientos en zig-zag para que se separen y se maquillen todas, hasta las más finas y pequeñas. Para que tus ojos parezcan más grandes y redondos debes aplicar la máscara girando el cepillo y ascendiendo en vertical, además de maquillar tanto las pestañas de arriba como las de abajo. Si prefieres unos ojos almendrados, el movimiento debe ser en oblicuo.
Para dar un extra de volumen a las pestañas, puedes utilizar un primer de pestañas para crear mayor superficie de agarre. También puedes usar polvos de talco, polvos sueltos o micro-pestañas postizas entre dos capas de rímel. Si tus pestañas son muy rectas, usa el rizador antes de aplicar la máscara, con ésta no será suficiente por muy curvo que sea el cepillo.
Cómo cuidar tu rímel: esas cosas que haces y no deberías hacer
Aunque ya lo hayas oído te lo volvemos a decir, no hagas ese gesto de bombear el cepillo dentro del tubo de rímel, es la mejor vía para que se seque y aparezcan grumos. La vida útil del rímel va de tres a seis meses, así que si ya lo has hecho (sí, ya lo has hecho) y tu rímel se está secando antes de tiempo, devuélvelo a la vida: prueba a sumergirlo en agua caliente antes de aplicártelo o a echarle unas gotas de colirio para los ojos. Para el futuro debes saber que la manera correcta de extraer el cepillo es presionando sobre las paredes del tubo.
Otro gesto prohibido es limpiar los restos de rímel que quedan en la punta del cepillo sobre la boquilla, es otra manera de conseguir futuros grumos. Como es máscara que se pierde, lo mejor es quitarla con un papel.
Un último consejo, muy importante, es que no compartas nunca tu rímel, es una maravillosa vía para el contagio de infecciones.