Las deportivas son el nuevo bolso: cuáles NO me pegan con qué
Las zapatillas de deporte se han convertido en un símbolo de estatus. Conseguir el modelo que agota existencias en cada reedición o el que ha resultado de la última colaboración entre una marca y un diseñador o un nombre famoso, te convierte de manera instantánea en alguien, igual que antes lo hacían un bolso de Dior, de Louis Vuitton o un Birkin de Hermés. Y aunque no cuentes con estas codiciadas piezas, la manera en que se llevan ahora son toda una declaración de intenciones: no soy mi madre, adiós tacones o soy activa y poderosa, podrían ser algunas de ellas. Se usan a diario y no sólo con pantalones, también con faldas y vestidos, pero hay reglas no escritas que, de momento, casi todo el mundo sigue. La razón es que las deportivas tienen sus límites y no se llevan (bien) con ciertas prendas, siempre que quieras que las tuyas encajen en este nuevo estatus del que, todo apunta, no se van a bajar.
No a los pitillos de cuero
Si te preguntas por qué, tendrás que confiar y hacer un acto de fe: por que no. Bueno, hay un par de excepciones para que no combinen como el agua y el aceite: que tengas unas maravillosas deportivas firmadas por Roger Vivier, como las de Olivia Palermo, o que hagas pocos malabares y te tires de cabeza a las clásicas, como hace Gigi Hadid con las Adidas. En cualquier otro caso, si eres de pitillos, apuesta por los de vinilo (que son moda) o elije un vaquero de toda la vida y podrás ponértelos con todos los modelos.
No a los pantalones de campana
En este caso es por una cuestión de proporciones: las campanas no estilizan, las deportivas tampoco. Así que a menos que tengas unas piernas bien torneadas y larguísimas (si es tu caso caso seguro que te queda estupendo), evita esta poco favorecedora y setentera combinación. No es una cuestión de tendencia, es una cuestión de equilibrio y proporciones. Pero si te empeñas, evita las de suela fina y apuesta por las de plataforma, al menos te darán unos cuantos centímetros de más.
No a otras prendas deportivas
Si te has decidido por el nuevo estatus de las deportivas tienes que olvidarte ya del athleisure, esa tendencia que arrasó en 2016 gracias a las Jenner, las Hadid y toda su tropue y que consistía en ir vestidas todo el rato con ropa de deporte. Esto sólo es admisible si realmente vas a hacer algún deporte. Ahora se trata de darle protagonismo a las zapatillas y crear contrastes con tus prendas de diario, no de que parezca que vas o vienes del gym. Esto se traduce en unas pocas reglas: mejor pantalón de pana, de terciopelo, de lana o vaquero que legging; mejor jersey de punto o camisa que top de licra; mejor chaqueta o abrigo que sudadera. Recuerda que lo interesante es crear contrastes.
No a las medias y regular a los calcetines
Una de las grandes tendencias del año es llevar zapatillas con vestidos y faldas, así que la gran duda es si puedes ponerte medias o calcetines. Si vas de raruna, puedes ponerte las medias que te dé la gana, cuanto más coloridas y estampadas, mejor. Si no es así, mejor que no. La mejor manera de calzarte las deportivas es con pinkies (no con los pies descalzos o terminarán oliendo mal), para enseñar la pierna limpia hasta el tobillo (no se te ocurra hacer trampas y ponerte unas medias color carne). También se podrían combinar con unos calcetines tobilleros siempre que que no sean de deporte. Ya sabes, nada que haga pensar que entras o sales del gimnasio.
No a llevarlas con un vestido de fiesta
Una cosa es que las zapatillas hayan alcanzado un nuevo estatus, y otra muy diferente es que ahora te las quieras llevar a todas partes. No a las deportivas si te vistes de gala, salvo que seas de las que lleva mochila cuando se viste de fiesta. Y no vale poner como excusa a Carolina de Mónaco, porque Carolina es mucha Carolina. Pero como en casi todo, existe una excepción (siempre que no se te ocurra elegir unas que lleven adornos o piedrecitas de strass): en casos de dolor extremo de pies, se admite llevarlas en el coche como calzado de repuesto para volver a casa.
No a que todo pegue con todo
Los buenos bolsos (y los buenos sabemos cuáles son), tienen personalidad propia y no es necesario preocuparse de si combinan bien o no con el resto de tu ropa, no importa su tamaño, forma o color porque siempre quedan bien.
Pues con las deportivas ha empezado a ocurrir lo mismo y está fuera de toda discusión si unas zapatillas amarillas van bien con un vestido rosa o si pegan ciertos colores con los de las flores de una falda. Piensa que ahora las deportivas están por encima del bien y del mal, no importa el tamaño, la forma o el color, sólo tienes que elegir bien el modelo que se adapte a tu pie. Pero no te agobies, si con tanto colorín tu estilo hace cortocircuito, no arriesgues y elige clásicos como el blanco o el negro, que no te darán quebraderos de cabeza.