Salir en sujetador a la calle: Dulceida, Katie Holmes y más vips dispuestas a convertirlo en tendencia
Si hace unos años se puso de moda el bralette como prenda íntima para salir a la calle, ahora le ha tocado el turno a su hermano mayor: el sujetador. En un gesto que refleja la más absoluta autosuficiencia, la recién separada Katie Holmes no ha tardado en apuntarse a enseñar lencería, carísima por cierto. Y no ha sido la única, mujeres tan reivindicativas como Dulceida o Kristen Stewart se han sumado a esta tendencia.
Lo cierto es que a pesar de no existir diferencias esenciales entre el patrón de un bikini y el de un sujetador, pues prácticamente tapan lo mismo, lo de enseñar la lencería en la calle requiere ciertas restricciones estéticas porque tiene unas connotaciones diferentes y son las mismas que hace años tenía no llevarla.
Lo primero que hay que recordar es que Katie Holmes y Jamie Foxx acaban de romper, que a él se le atribuye una infidelidad y que se trata de la primera aparición de la actriz tras esta dolorosa y humillante ruptura. Así que estamos ante su “revenge look”, es decir, su estilismo de venganza que es ese en el que apareces más bella y pletórica que cuando estabas con tu pareja.
Olvídate de pilladas, ni el conjunto elegido, que consiste en un sujetador a juego con un cárdigan de cachemir, ni el gesto de la actriz, que permite ver su lencería, son casuales y hasta el Telegraph ha acuñado un nuevo término para esta nueva especie de twin-set: bra-digan.
Lo interesante es todo lo que transmite Katie Holmes con este look:
Uno: este jersey de lana buenísima me abraza mejor que tu (Jamie Foxx)
Dos: estoy bronceada después de unas vacaciones maravillosas sin ti
Tres: soy super sexy y tú te lo pierdes
Cuatro: estoy forrada (el sujetador y el cárdigan de la firma Khaité suman un total de 1.865 euros) y soy autosuficiente
El resto del conjunto, un vaquero recto y mules negras, es tan “casual” que parece no haber tenido intención de epatar, aunque lo tuviera todo calculado.
Vamos con otra de esas mujeres que en cada una de sus apariciones aparenta no querer ser sexy, pero no lo consigue y multiplica por mil su legión de fans.
Su opción es combinar un traje de tweed de Chanel, de esos de señora bien de toda la vida, con un top lencero de esos de chica mala de toda la vida. Un contraste inquietante en línea con el ahumado negrísimo de sus ojos y la raíz oscura de su pelo decolorado.
El mensaje de la actriz está bien claro: la personalidad no está en lo que te pones, sino en cómo te lo pones.
Dulceida es de esas mujeres que reivindica su sexualidad y su sensualidad sin ningún tipo de pudor y le importa poco que guste o no guste al resto. Salir a las calles de Madrid en sujetador y con pantalón vaquero ha sido una de sus últimas ideas contra el calorazo y consigue hacerlo con toda la naturalidad de quien está acostumbrada a saltarse las reglas. Un bolso buenísimo y unas cadenas al cuello son todo lo que ha necesitado para que la llamen diosa en su cuenta de Instagram.
La lección que hay que aprender es que cualquier prenda puede transmitir tu seguridad, pero ninguna es capaz de dártela, porque la ropa no es más que un medio.
También Ángela Rozas, madamerosa, se atreve a sacar la lencería a la calle. No es un sujetador, en su caso ha combinado un body flúor de encaje con un divertido peto de lamé. Lo interesante es que consigue un estilo sugerente, pero cómodo y festivalero.
Su truco es no dar demasiada importancia a la lencería ya que remata su estilismo con zapatillas deportivas. El mensaje es el siguiente: sé que es un atrevimiento, pero igual podría haber llevado este body que una camiseta cualquiera, aunque el resultado habría sido radicalmente distinto.