El corrector de ojeras es un instrumento de belleza que, bien usado, rejuvenece e ilumina la mirada, pero puede convertirse en el gran enemigo de tu maquillaje. La mala elección del color y de la textura o la forma y lugar de aplicarlo son aspectos básicos a la hora de obtener un buen o mal resultado. Estos son los errores más comunes que se cometen con este producto.
Olvidar los previos
Para evitar que el corrector se pueda cuartear en tiempo récor, haciendo más visibles las líneas de expresión, es importante usar previamente un contorno de ojos que hidrate la zona. Una vez aplicado, habrá que esperar a que se absorba completamente para que el corrector quede perfectamente adherido a la piel.
Usarlo después de la base
En esto hay diferentes prácticas: hay quien prefiere aplicar primero la base de maquillaje en todo el rostro (contorno del ojo incluido) porque ayuda a camuflar un poco las ojeras, y sobre ella usar el corrector; otros consideran que da mejores resultados aplicar base de maquillaje dejando a salvo la zona de las ojeras para no recargar en exceso el contorno. En cualquier caso, nunca debajo de la base de maquillaje.
Exceso de corrector
Para un resultado natural hay que procurar que el acabado quede difuminado y uniforme. Esto no se consigue colocando una capa gruesa de corrector, la manera correcta es aplicar capas muy finas, dos si es necesario espaciadas entre ellas unos minutos, que no carguen la mirada.
La forma de aplicarlo
La manera de aplicar el contorno de ojos es una cuestión muy personal. Hay quien prefiere los dedos, quien se maneja mejor con el pincel y quien sólo utiliza la esponjita, y en cada caso el sistema es diferente. Si se usan los dedos, hay que evitar arrastrar el producto, habrá que aplicarlo a golpecitos. Tanto el pincel como la esponja permiten mayor precisión y menor fricción.
Cubrir todo el contorno
Es un error garrafal aplicar el corrector en redondo por todo el contorno del ojo, éste sólo debe cubrir la zona de la ojera y extenderse ligeramente hacia el hueso del pómulo en forma de triángulo, de lo contrario se crea un efecto panda que no favorece en absoluto.
La textura equivocada
Teniendo en cuenta que la función del corrector es hacer desaparecer las ojeras, es necesario elegir uno de textura cubriente. Si sueles rematar el maquillaje con polvos, hay que tener mucha precaución con el contorno del ojo porque al resecar la zona, las líneas de expresión se marcarán con mucha facilidad.
Mala elección del color
El corrector de ojeras depende de cada persona, no todos valen para todas las ojeras y su elección depende del color de la piel y del tono que tengan ls ojeras. El corrector debe ser similar a la bese, aunque un tono más claro, no blanquecino porque no corregirás la ojera, la convertirás en una mancha gris.
Si tus ojeras son poco pronunciadas, bastará con un corrector beige, de lo contrario, hay que seguir unas pautas: si las ojeras tienden a verde hay que buscar un corrector ligeramente rosado, en caso de ser azules lo ideal es que contenga pigmentos anaranjados y si son de color violeta se neutralizan con un corrector amarillento.