Esta imagen insólita con Jefes de estado, presidentes y vicepresidentes de gobierno con camisa blanca, sin chaqueta y sin corbata, sólo se puede dar en un país tropical donde vestir con Guayabera es vestir de etiqueta. Antes que el Rey Felipe VI y el presidente Mariano Rajoy la han lucido el Rey Juan Carlos I o Carlos de Inglaterra y hasta Gabriel García Márquez la vistió para recoger el premio nobel de literatura en 1982. Aunque se desconoce su origen real de esta prenda que se confecciona en lino o algodón, todas las leyendas lo sitúan en la Cuba española. Te contamos estas y otras anécdotas de esta ilustre prenda.
El origen cubano
Aunque en 1982 Gabriel García Márquez recogió el nobel de literatura vistiendo una prenda venezolana llamada ‘liqui-liqui’ muchos pensaron que era una Guayabera, por ser una prenda que usó a menudo a lo largo de su vida. Varios países se han disputado el origen de la Guayabera, entre otros México, Cuba, República Dominicana y Puerto Rico, aunque actualmente todos coinciden en que las primeras aparecieron en la Cuba española. La leyenda más antigua cuenta que en 1709 un matrimonio andaluz formado por el alfarero Joselillo Pérez Rodríguez y la costurera Encarnación Núñez García llegó a Sancti Spíritus, Cuba.
Eran tiempos en los que sólo se recibían telas enviadas desde España y ella mandó pedir un lino español con el que confeccionó una camisa a su esposo, dejó las faldas por encima del pantalón y colocó cuatro bolsillos que, según cuentan, llenaba de guayabas. Si este puede ser el origen de la prenda, el del nombre hay que situarlo en torno a 1862.
Los modelos clásicos
Dos reyes, Felipe VI y Juan Carlos I, han vestido guayaberas clásicas de similares características: con cuello de camisa, cuatro bolsillos, manga larga y sólo con alforzas (dos hileras en el delantero y tres en la espalda. Las de calidad se confeccionan en lino, algodón o seda, aunque es habitual usar una mezcla de lino y algodón. El primero es un tejido muy fresco y el segundo evita que se arrugue demasiado.
Aunque ya es posible encontrarlas en cualquier color, las clásicas son las blancas y las de colores claros. Se ha convertido en una prenda versátil, aunque para eventos formales deben ser de manga larga y suelen tener sólo dos bolsillos. Las bordadas son más festivas y se suelen reservar para las bodas .
La perfecta Guayabera
El tejido indica si una Guayabera es de calidad. Lo ideal es que sean 100% de lino o algodón, aunque se suele mezclar con tejidos de fibra sintética que son resistentes al moho, nunca más del 5%. Pero no sólo el tejido indica si una Guayabera es de calidad, hay que atender también a su patrón.
Las alforzas deben estar formadas al menos por 12 pliegues frontales de igual tamaño. De anchura debe quedar holgada pero no tan ancha que pueda parecer prestada. En cuanto al largo, debe estar entre 7,5 y 12 cm por debajo de la cintura, esto depende de la altura de quien la vaya a llevar.
Hechas a medida para el presidente
Muchos son los presidentes que han vestido la Guayabera en sus visitas a países latinoamericanos. Los expresidentes de Estados Unidos Jimmy Carter y Ronald Reagan, el expresidente cubano Fidel Castro (en 1994 se quitó en un acto oficial su uniforme verde oliva para ponerse una Guayabera blanca) y el actual presidente de gobierno de España Mariano Rajoy, algo que no hizo José María Aznar en 2002.
Para clientes tan exclusivos se han seleccionado a su vez a exclusivos sastres como Edgar Gómez (que la confeccionó entre otros para el Rey Juan Carlos en 2002) o Sixto Villegas, el diseñador de Guayaberas Mandalay, que viste al presidente de México Enrique Peña Nieto y a celebridades como el cantante Juanes.
Precios para todos los bolsillos
La Guayabera es una prenda intemporal que han lucido, además de políticos y aristócratas, artistas de todas las épocas, entre muchos otros el escritor Ernest Hemingway, el actor Johnny Depp (a su manera) o el cantante Juanes.
Sus precios, igual que ocurre con el de las camisas, depende del tejido y de si están hechas a mano y a medida o si la confección es industrial. Los precios más asequibles para guayaberas de algodón o lino pueden estar en torno a los 25 euros, las más exclusivas, por ejemplo las de Mandalay, dependiendo del trabajo que lleven pueden ir de los 110 a los 500 euros e ir a México a por ellas.