Las aguas flores o hidrolatos no se deben confundir ni con las aguas perfumadas, ni con las aguas termales, se trata de un agua con propiedades que se obtiene de la destilación con vapor de los aceites esenciales de una planta y que se utilizan como limpiador facial o como tónico facial y capilar. Sus propiedades difieren dependiendo de cuál sea la planta destilada. Las hay antioxidantes, antiinflamatorias, astringentes, antibacterianas, calmantes, tonificantes, hidratantes, purificantes, antioxidantes, equilibrantes…
Las aguas florales se obtienen de la extracción de los aceites esenciales de las plantas mediante un proceso de destilación al vapor. Durante este proceso, las sustancias liposolubles de la planta se concentran en el aceite y las hidrosolubles en el agua destilada, de ahí que sus propiedades sean similares a las de los aceites esenciales.
Lo mejor de los hidrolatos es que al tener un pH similar al de la piel son adecuadas para todo tipo de pieles, incluso las más sensibles. Según la planta de la que deriven tienen diferentes propiedades:
El agua floral de rosas además de ser calmante y relajante tiene propiedades regeneradoras por lo que es adecuada para pieles maduras.
El agua floral de lavanda es cicatrizante, antiséptica y antiinflamatoria, se recomienda para controlar el sebo en pieles grasas.
El hidrolato de siempreviva calma y cicatriza la piel inflamada o irritada, por eso se utiliza en pieles quemadas
El hidrolato de hamamelis tiene propiedades calmantes, purificantes y tonificantes, por lo que es una buena opción para usar después del afeitado
El agua floral de melisa tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, por eso es adecuada para pieles maduras y secas
El hidrolato de romero es antioxidante y regula la secreción sebácea y es una excelente ayuda para pieles con tendencia acneica y para combatir la caspa y controlar el cabello graso
El agua floral de menta es astringente, antibacteriana, tonificante y ayuda a regular la sudoración, además activa la circulación y reduce la dilatación de los vasos sanguíneos
El hidrolato de té verde es rico en vitaminas C, B1, B2 y B3, por lo que es un potente antioxidante y está especialmente indicado para pieles secas
El hidrolato de camomila purifica y calma la inflamación provocada por eccemas, psoriasis, alergias…, y también es adecuado para deshinchar los ojos
Estos son solo algunos ejemplos de hidrolatos y su uso cosmético, pero existen otros muchos como el de geranio, el de ciprés, el de azahar, el de salvia, el de eucalipto, el de aciano…, cada uno con sus propiedades particulares y sus usos específicos.
Al ser tan suaves, se pueden usar por la mañana y por la noche ya como limpiador facial, ya como tónico después de la limpieza. También se usan mezclando unas gotas con cualquier cosmético habitual: crema hidratante, nutritiva o champú, si necesitas usarlo en el pelo.
Lo ideal es elegir un hidrolato en espray tanto porque de este modo se conserva mejor, como porque la aplicación es más cómoda y se desperdicia menos producto. Teniendo en cuenta que carecen de conservantes, es importante darles uso antes que se degraden y dejen de tener propiedades. En cuanto a su conservación, lo ideal es que esté alejado de la luz y en un lugar fresco.