Parece facilísimo, pero no lo es si no quieres perder tu identidad y llevar un estilo adecuado para el evento. No es una boda, así que tampoco hay que pasarse, pero es una ceremonia que requiere cumplir con ciertos formalismos. El problema es que, en la mayoría de los casos, se cae en una extraña cursilería que tampoco tiene sentido, por eso te proponemos algunas ideas inspiradoras para acertar con tu estilismo de comunión, sin pasarte ni quedarte corto.
Errores que se cometen habitualmente
Por supuesto, la elección de la ropa es una cuestión de gustos, pero hay ciertos estereotipos en los que, incluso en contra de tus preferencias personales, se suele caer cuando se trata de acudir a una comunión. Uno de ellos es elegir colores pastel, aunque no te favorezcan o no te gusten demasiado. Otro es recurrir al encaje, que si es malo (y generalmente lo es) es terrible. El tercero es creer que no hay vida más allá de los lunares o las flores. También están esas sandalias plateadas que dices que pegan con todo, craso error. Y ese traje oscuro que llevan muchos hombres porque sirve para cualquier ocasión, no es cierto. Y esos clutchs que parecen obligatorios, o ese tocado de flores… tocado y hundido.
Hay miles de errores en los que caes porque intentas disfrazarte de invitada o invitado de comunión, pero para acertar hay que pensar sólo dos cosas: una es que no eres protagonista del evento (aunque lo hayas pagado, ya seas el padre, la madre, o el espíritu santo) y la segunda es que debes vestir según tus gustos, aunque respetando ciertas reglas. Se trata de una ceremonia religiosa y aunque te la traiga al pairo, tienes que cumplirlas. Si no, no vayas. Para hacértelo más fácil te damos varias ideas estilosas y nada cursis que pueden encajar en tu personalidad.
Camisa y pantalón.
Aunque se ha adoptado como costumbre, no hay ningún mandamiento que exija ir vestida de verde agua o rosa algodón a una comunión. Puedes elegir cualquier color que vaya del blanco hasta el negro, aunque este último no sea la elección ideal para el día, pero como ya hemos dicho es una cuestión de gustos. Un recurso perfecto es elegir una blusa con pantalón a juego en tonos vibrantes, y aquí vale todo: del amarillo al azul. Si el tiempo no te lo permite, vale también un traje pantalón.
Puedes combinar el conjunto con un zapato o sandalia que contraste o, si te gustan las monocromías, en el mismo tono. Pero ten muy en cuenta que el mismo tono no es sólo el mismo color, cuidado con eso. Y no, no vale el calzado plateado que usaste en la boda de no sé quién porque están nuevos y pegan con todo, porque ni pegan con todo ni pegan en la comunión.
Vestido de cóctel
Llámalo de cóctel o como quieras, lo importante es que no te pongas un vestido que pueda ser interpretado como de novia civil, ya sabes, mejor de color o estampado que blanco o crudo. Será perfecto si tiene un tamaño midi, aunque si tienes unas piernas bonitas nada impide que lo lleves unos centímetros (no demasiados) por encima de las rodillas. Recuerda que vas a una iglesia y aunque nadie te va a decir nada, por una cuestión de respeto evita los escotes excesivos.
Si es un día de calor y la celebración es al aire libre, puedes completar el estilismo con un sombrero o una pamela poco o nada sofisticada, bastará una de rafia o paja sencilla. Olvida los peinados rebuscados, si te quieres recoger el pelo basta una coleta y también los tocados de flores, ni siquiera uno discreto a juego con el de la niña. Y si tienes que llevar bolso, hazte con una cartera de mano, mucho mejor que desempolvar el clutch de la última boda.
Vestido largo informal
Si vas a llevar un vestido en general no es recomendable elegirlo largo, pero hay excepciones que dependen tanto del tejido como del patrón. Un vestido largo de tejido rústico, es decir, de algodón, de hilo o de lino, puede ser una estupenda apuesta para una comunión siempre que el patrón sea adecuado, es decir, que no parezca que estás en un barco o en una piscina. También puedes optar por vestidos fluidos de acabado mate y colores divertidos (no al blanco ibicenco, ni a los encajes y otros calados) e incluso los patrones tipo caftán, pero sin brillos o bordados.
Combina estampados
Si has elegido llevar dos piezas, ya sea camisa o blusa con falda o pantalón, puedes darle una vuelta de tuerca combinando dos estampados. Lo básico para que dos estampados juntos queden bien, es que se muevan en la misma gama de tonos. Si es así, no temas en mezclar rayas con flores, o con lunares, o con cuadros.
En cuanto a los hombres…
Si eres el padre o no siéndolo te sientes cómodo o en la obligación de ir con traje, hazlo bien y búscate uno para vestir de día, es decir, estampado de rayas, de cuadros, de tonos tostados, marrón, gris, azul… algo que no sea ni demasiado formal ni demasiado oscuro, pero no te vayas a los tonos pastel. Lo de la corbata es opcional, pero te puede dar mucho juego. La camisa es obligatoria, así que no se te ocurra inventar con camisetas o polos.