Si escuchas todo lo que te dicen, te puedes marear bastante: que si lo ideal es lavarlo poco o lavarlo mucho, que si el limón, el bicarbonato o el vinagre de manzana son la solución, que no uses acondicionador, que te compres tal o cual champú… Partiendo de que la solución no está en la calle sino en la ciencia y que es necesaria una visita a tu especialista, hay ciertas reglas que debes seguir en cuanto al cómo, cuándo y con qué lavar tu pelo graso
Grasa y exceso de grasa
Segregar grasa es natural, todas las pieles lo hacen como medida de protección del cuero cabelludo, pero una producción excesiva de sebo transforma el aspecto del cabello, dejándolo apagado, apelmazado y sin brillo. La primera medida es obvia, será necesario consultar a tu especialista para que determine el origen de este descontrol de las glándulas sebáceas, ya que puede ser genético, hormonal o emocional.
Si el problema no es transitorio tendrás que adaptarte a nuevos hábitos de higiene capilar en cuanto al cómo, cuándo y con qué lavarte el cabello.
Cómo lavar el cabello
La primera regla que debes aprender se refiere al modo en que te lavas el pelo. Es importantísimo no frotar el cuero cabelludo con fuerza ni con las uñas, ya que de este modo se elimina la capa lipídica de la piel y provocarás un efecto rebote porque tu cuerpo intentará reemplazarla generando más grasa. Lo ideal es masajear con delicadeza y sin hacer mucha presión.
La segunda regla que debes tener en cuenta es la temperatura del agua: evita enjuagarte el pelo con agua caliente ya que estimula la producción de sebo. Lo ideal es que el enjuague lo hagas con agua tibia e incluso fría, pero no hace falta que esté helada.
Cuándo lavar el cabello
La tercera regla está relacionada con la frecuencia de lavado. Si bien hay quienes aconsejan evitar lavar el cabello con frecuencia, lo cierto es que desde La Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV) recomiendan hacerlo cuando esté sucio, incluso todos los días si es necesario. Quienes prefieran espaciar los lavados, pueden recurrir al truco del champú en seco para mantener el cabello limpio durante más tiempo. Una vez lavado, evita peinarlo con cepillo, basta desenredarlo con un peine, y tampoco debes toquetearlo demasiado.
Con qué hay que lavar el pelo
La quinta regla está relacionada con la elección del champú. Por una parte, hay que olvidar todos aquellos que contengan siliconas y que aparentemente suavizan el cabello porque sólo conseguirás taponar el cuero cabelludo e impedir que respire. Evita también los que contengan sulfatos porque, si bien es cierto que ayuda a eliminar la grasa, destruye los lípidos naturales de la piel y provocará el temido efecto rebote. Los que debes utilizar son champús con Ph neutro y que contengan fórmulas enriquecidas con ingredientes de acción astringente, bactericida y equilibrante.
En sexto y último lugar hay que dejar claro que si lo necesitas no pasa nada por utilizar acondicionador, siempre que lo apliques de medios a puntas y nunca en el cuero cabelludo y aconsejar el uso de una mascarilla de arcilla una vez a la semana, será de gran ayuda para luchar contra el pelo graso.