Limpiar, exfoliar, nutrir: cómo preparar tus pies en casa para el destape inminente
Queda poco para que empieces a quitarte capas de ropa y comiences a enseñar brazos piernas y, por supuesto, los pies. Olvidados durante meses, los pies son posiblemente esa parte del cuerpo de la que sólo te acuerdas en el momento de colocarte las sandalias, momento en que puedes encontrártelos en un estado lamentable. Preparar, reparar e hidratar son las tres reglas básicas para una puesta a punto exprés.
Preparar los pies: limpiar y exfoliar
Es necesario empezar por una limpieza profunda de los pies antes de meterte en faena y no es exactamente igual a la que haces a diario en la que basta enjabonar, enjuagar y secar bien. Una limpieza profunda requiere algo más de paciencia. Lo primero que se debe hacer es retirar el esmalte, si llevas las uñas esmaltadas, y cortarlas o limarlas si es necesario. A continuación, toma un barreño con agua templada, añade jabón o gel y deja los pies en remojo unos 5 minutos. Si te resulta más cómodo puedes invertir el orden.
Limpia todo el contorno de las uñas con un palito de naranjo, pero en casa no toques las cutículas, es mejor dejar este paso en manos profesionales.
Utiliza una lima específica para suavizar las durezas de los talones y a continuación aplica una exfoliante en ambos pies: talones, empeines y dedos, haciendo hincapié entre estos. La exfoliación puedes hacerla con una crema granulada, en este caso finaliza la limpieza enjuagando y secando a conciencia. Otra opción es utilizar durante una hora unos calcetines exfoliantes de tisú, que promoverán la renovación celular durante los 7 días siguientes, verás cómo se pelan hasta que desaparece toda la piel muerta.
El momento de la reparación
Con los pies limpios y exfoliados, es el momento de aportarle todos los nutrientes necesarios mediante la aplicación de una mascarilla. De nuevo tienes la opción de utilizar una crema o un calcetín de tisú (el funcionamiento es similar a las mascarillas faciales) que ya incorpora todos los ingredientes necesarios para una nutrición intensa, hidratando y reparando la piel en profundidad.
Hidratación cada día
Si la limpieza profunda y la exfoliación son tareas esporádicas (una vez a la semana o un par de veces al mes), la hidratación se debe realizar a diario. Utiliza una buena crema hidratante para pies y, siempre que puedas, usa tras la crema unos calcetines de algodón durante al menos una hora -o todo el tiempo que sea posible- de este modo conseguirás unos pies suaves, sin grietas, ni durezas.
Esmaltar: el último paso
Una de las cosas más divertidas de la pedicura en verano es que puedes lucir tus uñas decoradas y lo ideal es que te sepas maquillarlas perfectamente para que el resultado sea digno de ser enseñado.
Utiliza una base fortalecedora incolora, aplica un par de capas de esmalte y finaliza con un brillo secante y protector, luego deja secar el tiempo necesario. De este modo mantendrás la pedicura impecable por más tiempo. Recuerda remover el esmalte en un par de semanas y dejar que las uñas respiren si no quieres que cojan un tono amarillento.