Cómo quitarte las uñas de gel en casa sin destrozarte las tuyas
Una manicura con uñas de gel es la mejor manera de llevar tus manos impecables durante semanas. El problema llega a la hora de deshacerte de ellas: o vas al salón a que te las quiten o te destrozas las tuyas. Hoy te contamos cómo hacerlo en casa sin que queden restos y sin que sufran las uñas naturales. Y es más fácil de lo que te imaginas.
Antes de empezar, prepara las uñas
El primer paso es el que siempre realizan en el salón: retirar todo tipo de decoración (piedras, brillantitos...) y limar el esmalte de gel. Este paso es imprescindible para romper el sello superior de la capa de gel que recubre la uña, de este modo el quitaesmalte que apliques a continuación penetrará de manera más efectiva. Utiliza para ello una lima de grano fino (100-300), rasca suavemente y evitando dañar la cutícula.
Aplica quitaesmaltes en las uñas
Antes de nada es recomendable proteger con vaselina las cutículas ya que vas a necesitar quitaesmalte con acetona y puede dañar la piel.
Humedece bien con acetona diez trozos de algodón (uno por cada uña), colócalo sobre el esmalte y envuelve cada dedo en cinta adhesiva o papel de aluminio, aunque también puedes hacerte con unas almohadillas de espuma específicas para esta tarea. Deja actuar el quitaesmalte entre 20 y 30 minutos.
Retira el esmalte de gel
Trascurrido el tiempo indicado, el gel se ha ablandado lo suficiente como para poder retirarlo sin esfuerzo con un palito de naranjo o con el empujador de cutículas. Si no es así, necesitas dejar actuar el quitaesmalte otros 10 minutos.
Repara y nutre tus uñas
Notarás que tus uñas están sensibles, tanto por el gel como por la acción de la acetona, así que toca primero reparar y luego nutrir. Lo primero que debes hacer es limpiar los restos de acetona e incluso puedes pasar suavemente un pulidor.
Finalmente solo queda nutrir cada uña para reponer la humedad que ha perdido y puedes hacerlo con un aceite específico o con crema de manos y uñas.