Este estilismo tan divertido que consiste en llevar un vestido sobre unos pantalones, que ha arrasado tanto en pasarela como en la calle, tiene intención de llegar con la misma fuerza al menos hasta el otoño. Parece complicado, pero es más sencillo de lo que parece. Practícalo con vestidos camiseros, con los que tienen demasiada abertura, los transparentes y los excesivamente cortos. Verás qué rápido le coges el pulso.
El mejor truco de transición al otoño
Las medias dan mucha pereza, al menos los primeros días de otoño, así que usar tus pantalones de verano bajo los vestidos (también de verano, por qué no) te va a ayudar a solventar muchos estilismos durante la rentrée. Los vaqueros serán una de tus grandes bazas ya que podrás combinarlos tanto con vestidos veraniegas como con los de nueva temporada, además las superposiciones son perfectas para esos días en los que las temperaturas oscilan muchos grados.
El vestido camisero es una apuesta segura
La manera más fácil y cómoda de combinar un vestido con un pantalón es apostar por los camiseros. Con o sin cinturón, larguísimo o a media pierna, el vestido camisero se lleva bien con todo tipo de pantalones, del más ancho al pitillo. Si quieres probar esta tendencia y no te atreves con apuestas más arriesgadas, esta es la combinación perfecta para no llamar en exceso la atención, a menos que la llenes de complementos.
Cuando el vestido es demasiado corto
Cuando del moreno sólo quedan recuerdos puede que no te apetezca tanto enseñar piernas, pero tampoco quieres dejar de ponerte ese vestido tan monísimo que te queda tan cortísimo. La solución de combinarlo con unos pantalones es un recurso tan divertido que se va a convertir en uno de tus grandes aliados minifalderos. Si el vestido es ancho o evasé, puedes combinarlo con todo tipo de pantalones. Si el vestido es recto, sigue su línea con el pantalón o elígelo estrecho.
Un vestido con grandes aberturas
Eso que en pasarela resulta tentador, en la calle se complica pues no es fácil caminar con aberturas que controlar. La solución es tan sencilla que basta con colocarte unos pantalones que contrasten, por aquello de enseñar el patrón de tu vestido. Amplio con amplio para un estilo casual y estrecho con estrecho para una apuesta nocturna.
Vestido transparente sin transparencias
Es otro de los estilos complicados para llevar sin más por la calle, así que puedes utilizar tu vestido transparente como un velo sobre camisetas y pantalones informales. Aunque en este caso no hay reglas pues quien se atreve a llevar un sobrevestido de tul se atreve a combinarlo con cualquier cosa, a llevarlo en cualquier momento del día y para cualquier ocasión.