El borreguito vuelve y no sólo a casa por navidad en forma de pastores a Belén, vuelve moderno, vuelve cambiado y además combinado con pana, con cuero y hasta con plástico. De aquella pelliza masculina de los setenta ya le quedan pocos rasgos, ahora se tiñe de colores, aparece en forma de apliques e incluso toma tanto protagonismo que deja de ser forro para convertirse en abrigo. Con vaqueros, con vestidos, con cuello alto o con camiseta, deja que sea tu apuesta invernal más confortable.

Sus principios: una prenda de cine para chicos duros

El borreguito formaba un tándem indivisible no sólo con la piel vuelta, sino con los tipos más atractivos y cool del cine de finales de los sesenta, basta mencionar a Steve McQueen en "The War Lover" (1962), Robert Redford en "Downhill Racer" (1969) y Alain Delon en "The Girl In A Motorcycle" (1968). En los setenta se volvió irresistiblemente popular, tomando la forma de aquél pesado abrigo llamado pelliza, así que casi todos los chicos que se sabían -o se pensaban- atractivos y cool, tenían una en el armario. Desde entonces el abrigo de borreguito ha vuelto a aparecer, bien rescatado de alguna tienda de segunda mano, bien del fondo más hondo de algún armario. Pero en su penúltima vuelta, la de este año, aparece con algo más de protagonismo, con aires nuevos, más ligero y con nuevos compañeros.

Su nueva mejor amiga es una biker de cuero de colores

Se sabe que el cuero no abriga lo suficiente en invierno, así que la mejor manera de poder darle uso en días de frío es que vaya forrado de borrego desde el bajo hasta el cuello. Si además quieres llevar una biker que sea realmente moderna, el borreguito y el cuero tienen que ser del mismo color y a ser posible tan llamativos como el rojo y verde agua de Acne y Caroline Kummelstedt. Ahora súmale lo que quieras: un pantalón vaquero, un vestido de seda o de terciopelo, una blazer, una camiseta o un cuello vuelto, porque todo le sienta bien.

Las mil maneras de ponerse el borrego según la pasarela

Ni una ni dos, han sido muchas las firmas que han apostado por este tejido para confeccionar prendas de abrigo: a modo de forro en Hermes, Louis Vuitton o Proenza Schouler, como protagonista absoluto en Max Mara, que lo hace reinventando su Tedy Bear, también en Miu Miu, quien además se atreve a combinarlo con plástico, en Yves Saint Laurent se presenta en dos versiones antagónicas: en la clásica cazadora de piel vuelta camel y en el interior de unas excesivas mangas desmontables que llegan más allá del hombro. Marc Jacobs lo combina con pana, otro de los tejidos estrella de la temporada, Balmain y Coach lo incluyen en prendas desestructuradas y Versace se ha unido a la tendencia de darle color. Así que hay infinidad de propuestas para casi todos los gustos.

El borreguito más allá del zurrón de pastorcito

Este tejido se ha llegado incluso al mundo de los complementos y este bolso de Barbara Bui en un ejemplo de cómo puede quedar integrado perfectamente en un modelo clásico de piel. Pero los bolsos no son su único objetivo, también se ha dejado ver en el exterior de algunos zapatos: ribeteando las botas de Etro, forrando los mocasines de Gucci y las flip flops de Ugg, cubriendo las mules de Phillip Lim o adornando únicamente la pala de las de Zara. Y además ha encontrado otra utilidad: en forma de aplique como adorno inesperado en vaqueros y sudaderas.

Borregos a golpe de clic por menos de 100 euros

El mejor medidor de si una tendencia está calando en la calle está en las colecciones de las tiendas low cost y parece que en el caso del borreguito hay unanimidad en considerarlo uno de los grandes protagonistas de la temporada. Hay que rastrear las tiendas low cost y sus versiones online para encontrar piezas tan interesantes como el abrigo azul de Zara, que sigue la tendencia de coordinar el borrego en el mismo el color. Otra pieza que hay que tener en cuenta es el abrigo bicolor de Mango, una prenda inspirada en los de Saks Pott y que fueron la estrella del street style del pasado año. El tercero que se puede convertir en best seller es el abrigo largo de H&M, una especie de Teddy Bear de Max Mara pero de peluche y cincuenta veces más barato que el original.