Si eres de divertirte con la moda, con esta tendencia te lo vas a pasar bomba. Llevar los zapatos mezclados, ponerse dos colores, e incluso dos modelos diferentes (de la misma altura si no quieres ir cojeando) se ha convertido en uno de los detalles fashion más recurrentes del street style. Algunos modelos desparejados vienen así de fábrica, otros son el resultado de la mente inquieta de las chicas más influyentes.
Esta temporada, con la fiebre de los noventa y el regreso de Carrie Bradshaw como icono de moda, es justo recordar que fue una de las precursoras de esta tendencia. De ahí que hasta la mismísima Sarah Jessica Parker haya querido hacerle un homenaje en la gala de otoño del ballet de Nueva York vestida de Zac Posen y retomado este gesto de llevar zapatos desparejados (de su propia firma, así cualquiera) un detalle que promete dar mucho juego.
Si nos centramos en el pasado más reciente, hay que hablar a Phoebe Philo, quien decidió combinar el mismo modelo de calzado en diferentes colores para el desfile de la colección de primavera/verano 2017 de Céline cuando aún era su directora creativa. Un año después consiguió calar en la calle, pero sólo se atrevieron con ella las auténticas gropupies del Céline dorado de Phoebe Philo.
Pero no se trata solo de intercambiar pares de zapatos, algunas firmas han creado pares desparejados perfectamente equilibrados. Es el caso de Jacquemus, que lleva varias temporadas combinando en sus zapatos figuras geométricas desiguales, con un resultado tan armónico que han conquistado hasta a Selena Gómez.
No es fácil, pero de eso se trata. Lo mejor es apostar por el negro y combinar el mismo modelo de calzado en blanco y en negro. El problema es que no es fácil tener en el armario dos modelos exactamente iguales en dos colores distintos, hay que ser una friki de los zapatos nivel Imelda Marcos.
Es más fácil tener una amiga que se haya comprado el mismo modelo en otro color, que calce tu mismo número de pie y que tenga las mismas ganas que tu de hacer un intercambio.
Otra opción, para no ir a lo sencillo, es jugar al blanco y negro de pies a cabeza.
También puedes convertir en absoluta tendencia un estilismo sencillo de camiseta y falda en colores neutros.
Otra opción es usar un solo color para componer el estilismo y mezclar zapatos en dos tonalidades.
E incluso hacer una apuesta completamente loca en la que los tonos ácidos sean los protagonistas, aunque entre ellos no tengan nada en común.