Decía Steve Jobs que "todo el mundo en este país debería aprender a programar un ordenador... porque eso te enseña cómo pensar". Leyendo las noticias de los últimos días, además te puede hacer muy rico. El último caso de adolescente forrado gracias a sus horas de enganche informático es Nick D’Aloisio (@nickdaloisio), que fundó Summly con 15 años y ahora con 17 la ha vendido a Yahoo! por cerca de 30 millones de dólares (24 millones de euros). Como él, cientos de ‘geeks’ de manual son hoy los jóvenes más ricos, por delante de estrellas del pop, futbolistas o modelos. Ergo, ¿interesa liarse con el popular del instituto o echar un vistazo en el club de ciencias?
"Estaba repasando para un examen de historia usando Google, entrando y saliendo de los resultados de búsqueda, cuando noté que era bastante ineficiente. Si estaba en un sitio interesante, lo leía, y eso era perder tiempo". Así comenzó la historia de Nick D'Aloisio, el nuevo prodigio de la informática y uno de los adolescentes más ricos del mundo. Bajo esta premisa se fundó Summly, una aplicación para iPhone que condensa y simplifica el contenido de las páginas de Internet y los resultados de búsqueda y que Yahoo! acaba de adquirir por una enorme cifra de dinero.
Nick no es un chico tan diferente a los demás. Vive en Wimbledon (Londres) con sus padres -él directivo de Morgan Stanley, ella abogada-, se hace la cama todos los días e intenta mantener su dormitorio recogido. "Desde crío mostró habilidad para tecnología. Pronto empezó a programar y a hacer cosas que nosotros no entendíamos", recuerda la madre. Le gustan las humanidades, el rugby y el cricket son sus deportes preferidos y de mayor quiere ir a la universidad a estudiar filosofía. En su tiempo libre estudia chino y ruso y sobre todo, programa con su ordenador aplicaciones para el móvil.
Con 15 años creó la primera versión de Summly y llamó la atención de inversores de capital de riesgo como el actor Ashton Kutcher, el director de Zynga Mark Pincus, la artista Yoko Ono y News Corp., la compañía del magnate australiano de los medios de comunicación Rupert Murdoch. Hoy su aplicación es una de las más descargadas del mundo y él, uno de los adolescentes que más dinero posee en la cuenta corriente. Lo grande es que es autodidacta, porque en la escuela jamás ha dado programación, y bastante modesto: "no fue tan difícil".
Su caso no es el primero. Bill Gates fundó en un garaje Microsoft con 19 años, Shawn Fanning revolucionó el mundo de la música con Napster con 18. Kevin Systrom ideó Instagram con 20 y todos conocemos la historia de Mark Zuckerberg, aunque sólo sea por ‘La red social’: con 19 sentó las bases de Facebook y ahora con 28 años es el joven más rico del mundo junto con su ex socio Dustin Moskovitz, ocho días más joven que él.
La juventud es un grado y las nuevas tecnologías igualan las posibilidades de triunfar. Los nativos digitales controlan como nadie un mercado donde el dinero está en manos adultas, pero el ingenio se despierta cada vez a edad más temprana. "Hasta hace poco, los chavales querían montar una banda de rock. Ahora, por primera vez en el historia, aspiran a crear una empresa", asegura Carlos Barrabés, uno de los emprendedores más conocidos en España.
Tal es el caso de Donyy Ouyang, conocido como Mr Donny, que con 17 años fundó Kinkarso Network, una red que permite combinar múltiples actividades en una misma plataforma, como escuchar música, interactuar en redes sociales o incluso comprar; o Cameron Johnson (en la imagen) que con nueve años ya diseñaba invitaciones para las fiestas de sus padres, con once su empresa ‘Cheers and Tears’ vendía tarjetas en todo el país y de ahí a crear la exitosa compañía de anuncios para Internet Surfingprizes.com. Ahora, con 22 años, da conferencias sobre el éxito empresarial.
Ephren Taylor quería tener las últimas novedades del mercado de los videojuegos peros sus padres no se los regalaban. Con 13 años creó su propio videojuego, compatible con su videoconsola, y con 16 era millonario gracias a desarrollar páginas webs. O Michael Sayman, que con 15 años ingresa miles de dólares con sus juegos para iPhone y iPad sin salir de su dormitorio en Miami.
También las chicas saben de informática y de negocios. Ashley Qualls fundó con 14 años Whateverlife.com, un sitio web para ofrecer a los usuarios de Myspace.com diseños y tutoriales; un simple divertimento que llegó a tener más visitas que Vogue.com y que la ha hecho multimillonaria. Jessica Mah comenzó en las finanzas con 13 años y es la fundadora de Indinero.com, un negocio que presta asistencia a otras empresas. Catherine Cook facturó su primer millón de dólares con 18 años gracias a Myyearbook.com, conocido hoy en día como Meetme, una idea que desarrolló con su hermano David y contó con la inversión inicial de su otro hermano, Geoff. Como un juego de niños.
Los jóvenes españoles no están tan “alelados” como muchos creen. Buen ejemplo de ello es Jorge Izquierdo, un joven madrileño que con 14 años ha creado apps tan exitosas como uRlate, que avisa si llegas tarde por un atasco o A++genda, una aplicación para saber los deberes que tienes pendientes, el horario de clase y te desea suerte de cara a los exámenes. El asturiano Luis Iván Cuenca tiene 17 años pero ya le ha dado tiempo de montar tres empresas tecnológicas y de ganar varios premios a nivel europeo. Desde Murcia, Alberto Elías es CEO de una empresa de informática y asesor de la comisaria europea Neelie Kroes, y eso que acaba de estrenar la mayoría de edad.
Pau García-Milá a los 17 años fundó eyeOs, negocio que él mismo define como "líder en el mercado del Escritorio en Cloud Computing" y por el que recibió el Premio Impulsa Empresa 2010. Le expulsaron de la facultad por ser “mal estudiante” y aún lamenta haber rechazado colaborar en un proyecto que hoy está valorado en miles de millones: Twitter. Pablo Soto puso en jaque a las principales discográficas internacionales con su software de P2P cuando tenía 22 años.
JASP que saben a que juegan en el mundo de las nuevas tecnologías y que quizás no son los más populares de sus colegios y no llenen estadios pero, en los negocios son las auténticas estrellas.