Si te toparas con su cuenta de Instagram, @rosalia.vt, jamás dirías que Rosalía Vila es la nueva esperanza del flamenco en el s.XXI. Lejos de la imagen típica de cantaora, Rosalía se muestra como una diva del pop callejero, al más puro estilo Rihanna o Rita Ora, aunque lo que sale de su garganta son bulerías y fandangos. Cosa de los ‘millenials’, que tiene por norma no se limitarse a un estereotipo o a un sólo género y en su próximo disco ‘Los Angeles’, esta catalana va a romper todos los esquemas.
Dicen que los ángeles nunca mueren y que a los jóvenes no les interesa la música tradicional. ‘Los Ángeles’ es el disco de debut de Rosalía Vila y su tema central es la muerte, desde una prespectiva a veces luminosa, y aunque es la voz del flamenco más actual, el disco se mezcla con la música electrónica y el rap. ¿Contradicciones? Todas y ninguna, como no podría ser de otra manera.
Lo mismo sucede en sus redes sociales. Selfie a selfie descubres que estás ante una chica de 23 años con ganas de provocar, con aire de reggetonera de barrio, pero que también se pone la bata de cola y los anillos XXL de oros para provocar intensas emociones con su flamenco más puro. Rosalía no tiene categoría, ni en la música ni en la vida.
“Pa’ esa mierda ya no tengo tiempo” es parte de la letra de la canción que la ha dado a conocer y una filosofía de vida. La canta con el rapero (o ‘trapero’) C. Tangana en el éxito ‘Antes de morirme’, la puerta de entrada de Rosalía en la música más urbana y la forma por la que muchos adolescentes van a conocer a esta barcelonesa de 23 años. No es flor de un día, ni mucho menos. Rosalía fue 'infectada' por la picadura de Camarón a los 13 años y desde entonces sabe que quiere ser cantaora… aunque sea una cantaora diferente.
Los modernos del lugar pudieron oír su voz en el pasado Primavera Sound, cuando se subió al escenario acompañando a Rocío Márquez, otra flamenca diferente, en su actuación ante el gran público del festival. También ha actuado con Miguel Poveda, la Fura dels Baus o Chicuelo y ha llenado templos del flamenco como Casa Patas, aunque para su debut discográfico se ha buscado un socio mucho más transgresor.