Aprendió español en apenas dos semanas, el mismo tiempo que tuvo para engordar nada menos que 10 kilos. La carrera de la actriz rumana Olimpia Melinte es un ejemplo de precocidad y esfuerzo. Estas cualidades han encontrado su justa recompensa: una nominación a los Premios Goya como Mejor Actriz Revelación que la sitúan como una de las caras del nuevo cine europeo a tener en cuenta.
El 18 de julio de 1976, durante los Juegos Olímpicos celebrados en Montreal, tuvo lugar un acontecimiento único. Ese día, una atleta rumana de sólo 14 años llamada Nadia Comaneci consiguió un 10 de valoración en un ejercicio de barras asimétricas. Así se dio a conocer la mejor gimnasta de la historia, aunque desde muy pequeña Nadia ya mostraba una disciplina de hierro, una capacidad de trabajo excepcional, además de una enorme ambición por ser la número uno.
Un carácter que parece heredado por su compatriota Olimpia Melinte, la gran revelación de los Premios Goya de 2014. Nacida en Iasi el 7 de noviembre de 1986, Olimpia siempre quiso ser actriz y consiguió el apoyo de su familia para estudiar interpretación tanto en el colegio como en la universidad. En estos primeros años, en la clases de teatro, conoció el esfuerzo que el trabajo interpretativo requiere. Pronto comenzó a destacar en su país, tanto en el teatro como en el cine, consiguiendo diferentes galardones y reconocimientos. Se consagró en Italia con ‘Seven Acts of Mercy’ donde la vio por primera vez Manuel Martín Cuenca, director de 'Caníbal', que tras un duro casting la convirtió en la coprotagonista del filme.
No lo tenía fácil Olimpia. No hablaba ni una palabra de español y sus personajes, ya que debía dar vida a dos gemelas, eran más corpulentas que ella. Decidida a no dejar pasar su oportunidad se puso a dar clases intensivas de castellano y a coger kilos: “Fue muy difícil. Cuando hablé con la nutricionista por primera vez pensamos que yo no sería capaz de hacerlo. Pero con la fuerza de Manolo y de Antonio (de la Torre), mucho jamón y unos batidos especiales, al final lo conseguí".
El resultado de su transformación y su excelente interpretación causaron sensación en los festivales de Toronto, Torino o San Sebastián, donde además fue una de las más elegantes de la alfombra roja. Recuperada a base de gimnasio y dieta, Olimpia lució una figura envidiable, una fragilidad encantadora y una simpatía que cautivó a la prensa especializada en la ciudad vasca. Para ella, uno de las experiencia más importantes de su carrera: “Fue fantástica, casi abrumadora. La película estuvo muy bien valorada, todo el mundo nos felicitaba, nos aplaudía, nos decía lo que le había gustado. Fuimos como estrellas. Te sientes muy bien porque tu trabajo resulta reconocido”.
El nuevo reconocimiento ha venido de la mano de la Academia de Cine Español cuando la pasada semana la nombró como una de las actrices aspirantes al premio a la Mejor Actriz Revelación. La rumana competirá con otras prometedoras actrices de nuestro cine como Belén López, María Morales o Natalia de Molina. Tampoco en esta ocasión será sencillo, ella lo sabe, pero pondrá toda su energía en conseguirlo. Nadia conquistó los Juegos, Olimpia está a un paso de hacerse con el oro... en forma de pintor cabezón.