En plena sierra de Tramontana, en su Mallorca de siempre, con esa cara de felicidad y una dulzura casi frágil, esa que pocos conocen de la mujer poderosa que es, se casaba Chenoa con Miguel Sánchez Encinas. Querían una ceremonia íntima y privada, con pocos invitados y muchas ausencias según algunos.
A la novia la vistió Laguna. Ese Hannibal al que tanta guerra le he dado mil veces a lo largo de su historia de moda desde mis Puntadas con o sin hilo. Ese mismo que luego siempre es educado y gentil, hasta para demostrarme su enfado. Y esta vez acertó, porque a pesar de lo que digan muchos, Chenoa estaba guapa, dulce, frágil y sexy a la vez…
Acertaron ambos, modisto y novia, y eso es lo más importante.
1. La novia. Toda ella. Me gustaban sus dos vestidos. El de novia ceremonial, con sus mangas abullonadas, su espalda abierta, la sencillez de su doble crepré blanco tiza... Y el de novia celebrante, simple y perfecto, en la misma línea que el primero, pero ya sin mangas, ni atrezzos.
Me gustaba su recogido, su ramo silvestre, sus joyas perfectas. Me gustaba y me gusta ella, de siempre, y ella lo sabe.
2. El novio. Con su chaqué clásico en azul marino. Y su porte.
3. El entorno de las raíces infantiles mallorquinas de la novia, lejos de su Argentina natal, en plena sierra de Tramontana. Y lo idílico de la finca Comassema.
4. La naturalidad de una boda familiar e íntima, más allá del entendible secretismo.
5. Entre los pocos invitados de 'OT', me gustaba el midi rojo español de Geno, con su volante y sus tirantes ultra finos. Y su recogido de efecto mojado.
6. Me gustaba también el romántico vestido floral empolvado de Soraya Arnelas.
7. Y el ochentero pistacho, con sus mangas farol, de Natalia.
8. Gisela eligió un blanco y negro floral, midi y con pamela. Muy ceremonia y muy ella y eso también es acierto.
¿Que había errores? Alguno hubo, no grave, pero ni tiene sentido destacarlos hoy ni son públicos quienes los cometieron. Así que aquí me quedo, con el gusto de ver a una novia guapa y feliz y una ceremonia natural y bonita de las que nos agradan, más allá de los flashes y las luces que acaparen sus protagonistas.
Enhorabuena Chenoa, querida, también por aquí. Ya sabes que te deseo eso, que seas inmensamente feliz. Lo demás, siempre está de más.
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