Con la publicación de la lista de los mejores influencers de 2022 según Forbes, la embajada de Italia acogía anoche en Madrid a un buen puñado de las/los españoles que aún no saliendo en dicha lista pasean su palmito por las redes patrias.
Y muchos de mis lectores se preguntarán que cómo es posible que siendo eso, influencers, no haya nadie que epate con su elegancia y/o glamour en este photocall festivo de ayer. Pues así va la cosa. Que digo yo que lo de los títulos, sean los que sean, poco tiene que ver a menudo con las realidades.
O dicho en lenguaje mortal, que la influencia no siempre está ligada con el gusto. Y tampoco es un drama repartir errores a cascoporro. Que nadie se indigne.
Visto lo visto me voy a quedar con unos pocos aciertos, algunos tan dispares y locos que podrían no serlo en un simple parpadeo.
1. Entre tanto renombre con ganas de postín se coló anoche Sofía Suescun y su esmoquin verde con sandalias de plumas en color nazareno eran lo mejor lo de la velada. Con mucho.
2. El satén rojo de Laura Escanes, ajena a los dimes y diretes, estaba entre los aciertos de verdad. De los buenos, vaya.
3. Las transparencias negras de Laura Matamoros me gustaban menos que su raya en medio y su cabello efecto mojado. Pero hay que ser guapa para esto. Y ella lo es.
4. A Marta Díaz, sin tirar cohetes, le salvó su cota de malla brilli sobre su mini blanco.
Las Pombo, esas tres hermanas que no siempre aciertan.
1. A María alguien le podía decir que estos vestidos cortos y rectos como sacos que tanto le gustan no son lo que mejor le sienta.
2. El largo de Marta con botas como de un día de lluvia de invierno y barro no lo pillé.
3 El vestido con bajo de flecos de Lucía Pombo no sé ya si era error o qué, pero de entre lo malo tampoco era lo peor.
4. Dulceida no es Madona, ni Lady Gaga, ni una musa de los 90, pero ella se viste como tal. Será por intentos, que la premiaron.
5. A Ignacio Ayllón siempre le faltan 10 centímetros de tela en sus sastres petados.
6. El vestido ochentero rizado y fruncido de Teresa de Andrés era feo, tal cual.
7. Si alguien me explica por qué Marta Sierra se cargó su vestido rojo de lentejuelas con esos dos repollos descolgados en sus senos ya igual duermo tranquilo.
Y por cierto, el top de cristal azul con plumas de Luc Loren era divino, no sé si un acierto para él, pero divino. Y algo es algo.
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