Por expreso deseo de Carlos III a esta coronación histórica sí se invitaba a jefes de estado y a miembros de las realezas de todo el mundo. También decidía el nuevo rey un claro dress code, muy diferente a la pompa de la anterior coronación del Reino Unido, la de la longeva Isabel II.
Se pedía sencillez y mujeres de traje corto. O sea, igual que en nuestra ceremonia diurna española para bodas y actos públicos.
Cumplieron todos los invitados, pero no todos acertaron. La casa real británica superó todas las expectativas con una regia Camila y una impresionante princesa de Gales.
1. De blanco marfil y bordado en plata sobre crepé de seda, by Alexander McQueen, la princesa de Gales unió las rosas, los cardos, los narcisos y los tréboles que simbolizan las cuatro naciones del Reino Unido. Encima, el Manto de la Real Orden Victoriana de raso de seda azul y ribetes escarlata. Como joyas, unos de los pendientes de perlas y diamantes que usase Diana de Gales y un tocado joya floral.
2. La reina Camila usó el más real de los blancos, también marfil, con bordados en plata y oro y brillantes del joyero real de Isabel II. Estaba regia, como nunca hubiésemos imaginado hace décadas, con su vestido de Bruce Oldfield, amigo personal y el creador de aquella Diana de Gales sofisticada que deslumbró al mundo. En su cabeza, la corona de la Reina María con 2.200 diamantes.
3. Entre las invitadas reales la reina Letizia arrasa. Su impecable y divino dos piezas, chaqueta peplum con hombros bordados de encaje y falda lápiz en color rosa chicle, de Carolina Herrera, y su tocado bóveda, muy Ascot pero made in Spain, de la sombrerera madrileña Isabel Terroso y dentro del protocolo aunque fuese exagerado, la convierten en lo mejor de todas las invitadas. Estaba tan perfecta y tan chic…
4. El pale blue midi de Marie Chantal era impecable.
5. Mary de Dinamarca eligió el morado en su vestido wrap y tocado con red y un espectacular broche de brillantes y turquesas.
6. En amarillo lavado con canesú y mangas de gasa Rania de Jordania, con estiletos blancos. Si alguien podía llevar esto era ella.
7. Amarillo, vestido abrigo y con cuello esmoquin y falda de vuelo. Pippa Middleton.
8. Azul Klein y tocado casquete, la simplicidad efectiva de Victoria de Suecia.
9. Jill Biden representaba a EEUU y estaba correcta con su dos piezas añil.
10. Blanco y de canesú troquelado era el de Máxima de Holanda aunque de ella siempre espero más.
11. El vestido capa rosa de Matilde de Bélgica la deja en el limbo del acierto y era buena opción en ella, que siempre me parece rancia.
12. Y será criticado el abrigo de rosas de Emma Thompson pero no estaba fuera del dress code marcado y era tan ella que eso es acierto también.
1. Kate Perry tenía un punto más que hortera y nada depurado, muy lejos del british más clásico.
2. No al traje de pantalón de la Gran Duquesa de Luxemburgo en este ceremonia.
3. El largo de Masenate Mohato Seeiso estaba fuera de todo protocolo. Por sus bemoles. Por mucho que nos hubiese gustado en otro tipo de ceremonia.
4 Rosa polvo y bordado. Mette-Marit de Noruega no siempre acierta en gusto aunque vaya correcta con el dress code. El color tampoco le favorecía ni un pelo.
5 La tristeza de Charlene de Mónaco empaña casi siempre sus looks, a pesar de que no sean errores de dress code. Tampoco era lo que mejor le sentaba con su gigante estructura ósea.
Hay que tener mucha pero mucha clase para llevar ese casquete, esa abotonadura joya en sus dos piezas y esa especie de fular cruzado que sale de un hombro. Eso se lo pone la que hubiese sido su suegra, Gracia de Mónaco, y nos habríamos muerto de gusto. Seguro.
Los gestos de la princesa Charlotte y el príncipe Louis en el gran día de su abuelo
Ahora que Camila es Reina, ¿recibirán sus dos hijos, Tom y Laura, algún título?