Con el vestido de novia de Ana Peleteiro se vuelve a demostrar que no hay nada mejor para acertar en el día de la boda que seguir siendo lo que uno es, sin intentar disfrazarse de otra cosa.
Hemos tenido este verano un ejemplo claro de cómo errar en una boda sin que eso tenga que ver con el presupuesto, la firma, ni la leche en bote. Hablo una vez más de Tamara Falcó, que a pesar de vestirse con la casa exquisita de Carolina Herrera NY no conseguía ser la novia perfecta. Ella cambió de vestido pocas semanas antes de su boda y eligió todo lo contrario a lo que tenía previsto. Y no, no fue error de la firma en sí sino de que ella o alguien se empeñasen en vestirla de invierno en pleno verano castellano y de proyectar una imagen muy distinta y mucho más clásica y hasta rancia, de la que tiene en su vida cotidiana. Ese era el verdadero error.
Si Peleteiro se hubiese vestido de novia ultra clásica habría cometido el mismo desatino.
1. La novia. No será su vestido el que me parezca más divino del mundo mundial y los taconazos con plataforma me horripilan pero todo el conjunto era ella, representaba lo que es y la imagen que siempre proyecta. Y eso fue el acierto, salvando todas las distancias entre la firma de Lorena Formoso que ha hecho este vestido y la mega firma internacional de Carolina Herrera y el sello Gordon para la boda de Tamara.
No por tirar muy alto se acierta siempre porque no hay peor error en una novia, insisto, que disfrazarse ese día con algo que no la representa en absoluto.
2. Rosa Buganvilla, fruncido y manga larga de Victoria Colección, by Vicky Martín Berrocal, para Natalia Maquieira.
3. El atelier de Silvia Fernández hizo el vestido Camelia de Cristina Cerqueiras.
4. El meter blazer en negro con un vestido de invitada clásico es una estupenda opción en una boda en el norte. Eso hizo Salma Paralluelo con su vestido verde botella.
5 Rojo, midi asimétrico, cruzado y con lazada. El acierto simple de Lara Tronti.
Una boda más ellos, algunos, no estuvieron a la altura de las féminas. Aunque alguna de ellas, y sus vestidos de sirena Disney, me matasen. También lo digo.
1. Lo del traje negro con TShirt y zapas blancas de Xurxo Carreño me vale para un evento casual pero qué terror es cuando los chicos se empeñan en ir así a una boda con no sé qué excusa de la modernidad.
No, Xurxo, esto no es moderno. Y mira que me diviertes…
2. Claro que peor es ir a una boda en bermuditas, con zapas y calcetines a media pierna. Igual quería todo era por lucir los tattoos nuevos… Santa Madonna.