La princesa Leonor se convierte por primera vez en la verdadera protagonista del desfile de la Fiesta Nacional por encima de su padre y de la mismísima reina Letiza, que acaparaba siempre toda la atención en esta fecha durante los últimos años.
Cada día me gusta más Leonor y reconozco su preparación y responsabilidad en toda su dimensión como la futura reina de España.
1. Leonor. Con su uniforme militar de gala del Ejército de Tierra ya como Dama Cadete y esa naturalidad fresca que tiene, a pesar de lo estricto de su participación este mes en los compromisos militares.
2. La reina Letizia y su medido y perfecto vestidor no falla jamás. Su vestido camisero midi azul y floreado de Juan Vidal era una estupenda decisión en este inusual 12 de octubre con temperatura de casi verano. Melena suelta con ondas y ausencia de grandes joyas.
3. El rey Felipe VI y su impecable imagen, ya sea de uniforme militar o de civil.
4. El más que correcto y estupendo vestido blanco de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso con escote blazer, manga francesa y cinturón. Por fin.
5. El simple y correcto vestido burgundy de la portavoz del PP en el Congreso Cuca Gamarra.
6. Blanco y rojo y con chaqueta de tweed y pantalones. Lo correcto del dress code de la minista de Defensa, Margarita Robles, al decidir no llevar vestido.
7. El apropiado blanco y negro para un otoño sin tiempo de otoño de la ministra Pilar Alegría.
8. El vestido gris plomo con lunares pompón, abotonado y con cinturón lazada, de la ministra Yolanda Díaz era demasiado oscuro pero no un error ni mucho menos.
9. El vestido azul de la presidenta de Navarra, María Chivite, tampoco era error en sí, a pesar de que no me convenciese el satén fruncido. Pero con el abrigo blanco y la cartera tipo sobre, de colores, se queda en los aciertos.
Dos vestidos verdes y dos errores en un código de vestimenta que debería ser de ceremonia de día.
1. Uno el de la ministra de transportes Raquel Sánchez, de cóctel más que de ceremonia matinal, aunque tuviese mangas divinas. Ella se había vestido de Dinastía y de aquellos exagerados 90 con todo el afán de protagonismo. Y hoy, además, no era el momento ni el lugar con el telón de fondo de un Gobierno sin Gobierno.
2. El segundo error en verde, no por el color sino por el escote Bardot tan poco de ceremonia de mañana, el de Lidia Bedman, mujer de Santiago Abascal.
3. El vestido rosa de tirantes con bordados en pedrería de la ministra María Jesús Montero tampoco era lo más adecuado en la ceremonia de mañana.
4. El vestido negro de encaje con zapatos rojos de la presidenta Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, tampoco era una acierto, a pesar del corto ceremonial.
Este año ellos, los hombres, no derraparon. Claro que complicado es hacerlo con un simple sastre azul marino, que es lo más correcto en estas ceremonias y por el que casi todos se decantaron. Menos mal.