Aciertos y errores de la boda de Victoria de Hohenlohe
Máxima, Guillermo y Amalia de Holanda se llevaron todo el protagonismo, por sorpresa, en los festejos de boda en Jerez de la Frontera de Victoria de Hohenlohe, duquesa de Medinaceli.
Pocos sabían que los reyes de los Países Bajos y la princesa heredera serían invitados estrella de la boda de la noble con más títulos de Europa.
Aristocracia, realeza europea y algunos miembros de aquella mítica Jet Set marbellí que vio crecer a Victoria Elisabeth de Hohenlohe-Langenburg se daban cita en tierras gaditanas para celebrar este enlace con el financiero Maxime Corneille.
Una boda que por las disputas y los enfrentamientos de los distintos ramales de los Medinaceli, por culpa de una herencia complicada, dejó a la novia sin tiara familiar y sin poder celebrar el enlace en cualquiera de las propiedades que podrían haberla alojado, entre ellos la histórica Casa Pilatos de Sevilla, que pertenecen a la Fundación de la Casa Ducal de Medinaceli.
Aciertos
1. La novia. Por deferencia y porque era muy ella, aunque no me fascinase su vestido diseñado por su amiga Sol Prado para T.ba. en color marfil. Pero era una joya de vestido. La cola estaba bordada a mano en una mantilla tan regia como todos sus títulos nobiliarios. Su recogido con broche y sin velo era perfecto. También sus pendientes lágrima de diamantes.
2. El vestido de Sofía Palazuelo, murciélago midi en color taupe con lunares maxi en negro y pamela de rafia negra, se convierte en el look de la perfecta invitada divina. Lo firmaba Garaizabal.
3. La madrina y su vestido rojo de manga larga y cuello caja con volantes. Era perfecto, incluso con el repollo de su tocado que le robaba parte del protagonismo.
4. Otro rojo estupendo, en midi y de encaje troquelado, fue el de Clara Caruana, pareja de Luis Medina.
5. El corto ceremonia perfecto fue el de Miriam Al-Ghazi de Jordania, viuda del príncipe Kardam de Bulgaria.
6. El gris siempre me ha parecido un color elegantísimo. El de Sandra Schmidt-Polex, la madre de la novia, gris azulado, con canesú y mangas transparentes, era perfecto por su simpleza para no robar protagonismo a su hija.
7. Las rosas del vestido con cinturón de Ana Gamazo Hohenlohe eran exquisitas.
8. Máxima de Holanda siempre es un valor seguro en cualquier evento o ceremonia. Y en esta boda también lo fue Amalia y su floral rojo encendido con mangas abullonadas.
Errores
1. La falda plisada con blusa anudada en corte cut out de la condesa Hermine de Grunne ni me gustaba para una boda, ni mucho menos para una de este tipo tan clásica y ceremonial. Encima se lo plantó con una pamela tan gigante que debió de dar el día a los comensales de su mesa.
2. Había muchos errores más, porque vimos a invitadas que, ya manda madre a estas alturas el mundo, siguen creyendo que a las bodas de día se va de largo y con vestidos y escotazos de fiesta.
Pero como no son tan públicas como el resto, aunque estos ojos las hayan capturado para el mal recuerdo, no me corresponde criticarlas aquí públicamente.
En petit comité ardería Troya.