A la reina Letizia le han salido este año dos competidoras de órdago en los Premios Princesa de Asturias en eso de acaparar las miradas.
Una, como tiene que ser, su hija Leonor, protagonista absoluta de los galardones que llevan su nombre.
La otra, la inmensa actriz y mujer que es Meryl Streep, que ha revolucionado esta edición a toda la ciudad por su cercana simpatía y complicidad.
Ni la lluvia, ni el frío, han podido ensombrecer esta histórica y especial edición.
1. La reina Letizia no defrauda. Su vestido midi de escote asimétrico con un hombro al aire era depurado y perfecto. Su melena de ondas, tan habitual en sus últimas apariciones, sus pendientes de aro, su perfecto makeup. Estaba espléndida.
En la noche previa su top rosa de mangas abullonadas con pitillos negros también fue un acierto redondo.
2. El azul tradicional de Asturias era el guiño entrañable del midi con péplum de la princesa Leonor, mucho más favorecedor que el negro corto estampado del concierto de la noche anterior. Estaba guapa y natural con su melena y su sonrisa de siempre. Sus pendientes lágrima de aguamarinas también fueron acierto. Su discurso fue el reflejo de lo que está aprendiendo a pasos agigantados.
3. El simplísimo y elegante negro midi con cinturón de una Meryl Streep tan estrella y tan cercana con el mundo. Chapó por ella y por toda su simpatía estos días en España y sobre todo por su entrañable emoción en un discurso tan magistral como su propio trabajo.
4. El abrigo caftán en negro y oro de la reina Sofía, que sigue siendo fiel a ese estilo clásico tan suyo.
5. El azul baby de Nuria March y su lazada a un hombro.
6. Paloma Rocasolano, madre de la reina, y su más que sobrio look de este año. No era error esa sobriedad, al contrario. Y sus pendientes de perlas suplían toda simplicidad.
En el limbo dejo la infanta Sofía. Su blanco y negro asimétrico con aberturas laterales no era un error en sí mismo, pero sigo echando de menos aquel romanticismo de sus faldas de bailarina de antaño.
1. No importa si llueve o hace frío, para el escaso trayecto de la alfombra azul no hace falta abrigarse como Pedro Francisco Duque, exministro de Ciencia e Innovación, como si fuese a una expedición en el Polo Norte.
Si las damas de esta velada no se cubrieron, mal está que lo hagan los caballeros.
Valga este único error, anecdótico, este año para reivindicar lo positivo de estos premios y la evolución de nuestra heredera al trono que últimamente me gusta hasta cuando se trastabilla.
Su discurso de hoy demuestra el buen futuro que nos espera con ella y la superación consolidada de un tiempo, no muy lejano, que fue complicado en la imagen de la casa real española.
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