Los reyes y la princesa Leonor han presidido hoy la apertura de la nueva legislatura, en una etapa complicada políticamente pero con el mayor índice de popularidad de la casa real española en décadas.
Todos los ojos volvían a posarse en nuestra futura reina y en esa mujer en la que se ha convertido.
Y echando un ojo a vuela pluma da miedo ver los modelitos que se gastan algunas de las representantes políticas, dan igual sus cargos.
1. La reina Letizia, a pesar de la ferviente popularidad de Leonor desde su jura de bandera, sigue siendo protagonista absoluta de estilo.
Llegó con su abrigo capa de Carolina Herrera con cuello de pelo falso, un must de su fondo de armario que saca en los días fríos cuando no queda más remedio que tapar cualquier vestido.
El de hoy, limpio de líneas y en burdeos, volvía a ser tan correcto como divino.
2. Leonor usó dos colores de puro otoño. Verde para su vestido simple y correcto, de Adolfo Domínguez. Y camel para un abrigo oversize con bolso en el mismo tono. Ambos, bolso y abrigo, del armario de la reina. En su cuello las condecoraciones de ambas cámaras por su mayoría de edad. Y taconazos, de Hugo Boss, algo inusual en ella hasta ahora.
No va a tener Leonor la sofisticación actual de su madre, pero tampoco la necesita. Me gusta su imagen de mujer terrenal y de mundo.
3. El rey Felipe VI y su aspecto siempre impecable. Tanto como su discurso.
4. Me gusta que Esperanza Aguirre siga siendo esa señora estupenda en cualquier acto.
Mucho deberían aprender algunas políticas de nuevo cuño. Y estoy hablando de imagen, no he dejado de hacerlo hasta ahora.
1. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, se ha quitado en parte el inexplicable luto al que nos tenía acostumbrados pero no sé si es peor el remedio que la enfermedad. Su vestido gris de Gales, bajo su farragoso abrigo negro, era un saco complicado. No hay remedio.
2. La ministra Montero debería hacer algo con su cabeza, estoy hablando de pelos, porque siempre parece que haya llegado en moto y sin casco al Congreso. O lo que es peor, que venga de un after.
3. A Yolanda Díaz le enturbió su vestido blanco llegar con su gabardina acolchada, como si fuese a hacer un reportaje de moda en la nieve. ¿No tendrá un abrigo simple para ceremonias? Si se descuida se casca un plumas. Y eso que ella, sinceramente, me parece la más estilosa, de largo, de todas sus compañeras de gobierno.
4. Y me voy a permitir meter hoy un error político, no siempre lo hago pues esta columna de opinión es estrictamente de imagen y moda, con todos sus protocolos, y no de otras índoles. Pero es error de imagen al fin y al cabo.
Me refiero a las ausencias, que hablan mucho y mal de la imagen de una cámara y de sus representantes, esos que trabajan para nosotros y que de nosotros cobran sus salarios.
Qué vergüenza me da, una vez más, que algunos de esos representantes se ausenten de su trabajo alegando que el rey no les representa. Qué atrevida es la ignorancia. No sé qué no entienden, tantos años después, de lo que significa una monarquía parlamentaria. Y de lo que implica la Constitución española.
Pero me callo ya, que no pretendo contar aquí todo lo que me parece la creación de este nuevo gobierno, porque ardería Troya.