Tenía la intuición de que estos novios no me iban a decepcionar ni un segundo y así ha sido. La boda de Jordi Cruz y Rebecca Lima nos deja para el recuerdo la imagen romántica de una pareja más que bonita y natural en el día de su enlace. Y eso es algo que no siempre todas las parejas pueden decir, porque a menudo se empeñan en disfrazarse ese día con atuendos que no les representan por ningún lado. El secreto era sencillo, no intentar ser otra cosa que lo que son en sus vidas diarias. Y aquí los novios acertaron de pleno. Estaban guapos y naturales hasta el infinito.
1. La novia. Estaba divina con su sencillísimo vestido palabra de honor de Carlos Bacchi, su pelo natural, su cara de felicidad, su velo romántico, sus joyas, la pulsera art decó de los años 30… Estupendo era su segundo vestido, de Alberto Palatchi, con bustier drapeado en moulage, y sus esmeraldas…
2. El novio. No podía estar más guapo con su chaqué, su pelo revuelto tan él, el reloj de su padre para el recuerdo, la flor de su solapa. Sencillamente perfecto.
3. Samantha Vallejo-Nágera se convierte en la invitada ideal de las bodas del verano con su vestido doble en rosa encendido y cuello con lazada.
4. También lo hacen Macarena Rey y su vestido lencero floral con gargantilla de perlas. Estaba espléndida.
5. El vestido verde de Ona Carbonell era otra acertada opción de invitada.
6. Esa ceremonia mediterránea mirando al mar de la Costa Brava. Los arreglos florales en sepia y rosa antiguo con este toque vintage, el divino ramo de la novia en el mismo tono, la presencia en el momento del enlace del hijo de ambos que cumplía 1 añito… Fue una boda bonita.
Hay algo que no entendí de los looks de los invitados. Unos iban muy de boda nocturna y otros muy de boda liviana de media tarde. ¿Quién erró?
1. Quique Dacosta necesita un fondo de armario ya de ya. No digo más.
2. A mi querido Álvaro Muñoz Escassi le habría quemado la camisa oscura. Sólo la entendería si actuase de cajonero en el sarao posterior.
3. Tampoco acertó de pleno Pepe Rodríguez con su tres piezas de cuadros verde agua y sin corbata, aunque era tan él y sus divertidas excentricidades que me provoca una súper sonrisa. Y en una boda de mañana me habría encantado.
4. El fallo de Daniel Illescas fue optar por el esmoquin cuando no se había especificado en el dress code por los novios. Sólo los invitados deberían llevarlo si el contrayente lo llevase. Al ir de chaqué el novio, de ceremonia tradicional, los invitados perfectos llevan traje oscuro, marino o marengo es lo ideal, y corbata. Pero nadie podría decir que Dani y Katia, con su vestido bicolor en tonos tinta, no estuviesen guapos, porque lo son.
5. Como nadie podría decir que el impecable Boris Izaguirre en tantas ocasiones, divino en otras y siempre encantador, acertó. Al contrario, erró inesperadamente con su traje gris tan claro en una ceremonia de tarde/noche. Pero claro, Boris siempre es un soplo de aire fresco ante los errores de tantos otros.
Y con eso me quedo hoy, con el poder de algunas personas de estar fresh hasta cuando no aciertan. Con eso y con el buen sabor de boca de una boda bonita y romántica con unos novios tan monos que te los comerías a besos.
¡Mucha felicidad les deseo!